Internacionalización universitaria a distancia: Cruzar las fronteras sin salir de casa

By Leny Chuquimia

La educación superior a distancia redefine la internacionalización como una experiencia accesible.

La internacionalización en la educación superior ha trascendido los límites de la movilidad física. Ya no es necesario hacer maletas, conseguir visados y vivir en otro país. Gracias a la educación a distancia, se puede vivir la experiencia sin salir de casa.

“La internacionalización a distancia para los universitarios es una oportunidad para conocer nuevas personas, culturas, entornos y a uno mismo, porque de ahí parte la autogestión. Hay nuevas formas de trabajo y nuevas competencias que se van desarrollando y que le permitirán, en un futuro, adaptarse a un entorno más competitivo”, señala el asesor de Movilidad Estudiantil de Unifranz La Paz, Iván Menacho.

También conocida como internationalization at home, es una modalidad que busca incorporar dimensiones culturales, curriculares y colaborativas globales sin necesidad de que el estudiante se traslade físicamente al extranjero. Esta estrategia amplía la participación real de estudiantes de cualquier país.

Así, la educación online emerge como un puente hacia la internacionalización “para todos”, no solo para quienes pueden viajar.

Aulas digitales para encuentros globales

Un informe de UNESCO-IESALC revela que, de 130 países con planes nacionales de educación, el 63 % incluye objetivos de internacionalización, especialmente en enseñanza. Las regiones con mayor impulso son Asia Central, con cerca del 90 %, mientras que en África Subsahariana y el mundo árabe apenas alcanza el 50 %.

En Japón, el Proyecto Global 30, impulsado por el Ministerio de Educación, promueve carreras impartidas en inglés y programas híbridos que combinan clases virtuales y presenciales. Además, se fortalece la visibilidad global de sus universidades para atraer a estudiantes extranjeros.

Para que estas iniciativas funcionen, se trabaja con programas y campus internacionales virtuales. En 2023, existían 333 de estos campus activos, que no sólo ofrecen formación, sino que también impulsan investigaciones colaborativas.

Las plataformas virtuales son muy importantes, pues dan la base para diferentes herramientas y recursos.

“En Unifranz contamos actualmente con programas virtuales, a la par de docentes que realizan clases espejo, aulas call y masterclass. También hemos ido implementando, por la coyuntura después de la pandemia, programas virtuales semestrales con ciertas universidades de Colombia y México”, manifiesta Menacho.

Pero no se trata solo de formar. Como parte de estas experiencias académicas, Menacho señala que se encuentran las pasantías virtuales, las cuales ayudan en el desarrollo de la carrera y en el acercamiento a lo laboral.

Una educación más accesible

Una de las ventajas de la internacionalización desde casa es la accesibilidad. Aunque la experiencia física ofrece muchos beneficios, el hecho de que el estudiante no deba trasladarse física y geográficamente hace que quienes tienen limitaciones económicas o familiares tengan más posibilidades de vivirla.

“Esto es una ventaja. La modalidad está enfocada en los estudiantes que tienen ciertas limitaciones. Algunos tienen restricciones en el tema financiero, otros ya trabajan y hay estudiantes con otras responsabilidades. Ellos pueden hacer la internacionalización directamente desde su hogar”, afirma Menacho.

En cuanto a los aspectos técnicos, lo esencial es contar con una conexión a internet, ya sea desde un celular o un ordenador. Esto puede depender de la plataforma que utilice la universidad de destino, ya que hay clases sincrónicas y asincrónicas, además de diferentes herramientas para acceder al material educativo.

Aún quedan desafíos

Asegurar la calidad académica y la adaptación pedagógica para estudiantes de diferentes contextos es uno de los principales desafíos. En países con una baja digitalización, además de lo anterior, se tiene el reto de facilitar el acceso a un internet estable y económico. Otro de los retos es superar las barreras lingüísticas.

Con todo, la educación superior a distancia redefine la internacionalización como una experiencia accesible, flexible e inclusiva.

Aunque la modalidad es virtual, al igual que la presencial, ofrece a los estudiantes nuevas oportunidades para continuar formándose. Estas experiencias, al finalizar, pueden ayudar a conseguir nuevos intercambios en las universidades de destino, otros cursos o nuevas oportunidades para posgrados.

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