Máquina creada por estudiante da nueva vida a botellas de plástico como filamentos 3D

Elder Gutiérrez, estudiante de Ingeniería de Sistemas, Imagen Unifranz

La contaminación por plásticos se ha convertido en una amenaza urgente para los ecosistemas y las iniciativas que buscan dar una segunda vida a los residuos son cada vez más necesarias. El plástico, especialmente en su versión más común y desechable —las botellas PET—, invade ríos, calles y vertederos, provocando un daño irreparable al medio ambiente. En este contexto, un proyecto desarrollado por un estudiante boliviano propone una alternativa tecnológica y sostenible: transformar botellas plásticas usadas en filamento para impresoras 3D, reduciendo así el impacto ambiental y promoviendo una economía circular.

“El nombre de mi proyecto es ‘extrusor verde’. Utiliza tecnología de extrusión para transformar desechos plásticos en filamento (material termoplástico que se utiliza para imprimir objetos en tres dimensiones), un insumo clave para las impresoras 3D”, explica Elder Gutiérrez, estudiante de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz y creador de la innovadora máquina recicladora.

Según datos del estudio “Producción, uso y disposición final de los plásticos de un solo uso en Bolivia” (WWF, 2021), el país desecha anualmente alrededor de 142.699 toneladas de plástico. De ese total, una proporción considerable corresponde a botellas PET, y se estima que el 5% —unas 7.134,95 toneladas— termina en botaderos a cielo abierto o cuerpos de agua, agravando la contaminación de ríos, caminos y espacios urbanos.

En respuesta a esta problemática, Gutiérrez y su equipo desarrollaron el proyecto «extrusor verde», una máquina capaz de transformar botellas PET en filamento de 1,75 mm de diámetro, un insumo utilizado en impresoras 3D. “La motivación fue que el material de filamento 3D es complicado de conseguir y muy caro. Entonces, decidimos reciclar material que casi no cuesta nada para fabricar nuestro propio filamento”, comenta el estudiante.

El dispositivo funciona mediante un sistema de corte, calentamiento y extrusión. Las botellas son primero convertidas en tiras, luego calentadas a una temperatura controlada de aproximadamente 200 °C y finalmente moldeadas en filamento gracias a un motor con torque. Este filamento puede ser utilizado directamente en impresoras 3D, generando hasta 10 metros por cada botella de tres litros reciclada.

“Realmente, además de aportar a quienes invierten en impresión 3D al conseguir un material más económico, queremos contribuir al medio ambiente. El impacto es grande. En la universidad todos consumen bebidas en botellas y muchas terminan en las calles, obstruyendo desagües y contaminando. Nosotros queremos darle nueva vida a ese plástico”, señala Gutiérrez.

El proyecto aún se encuentra en fase experimental, pero ha sido desarrollado con piezas fácilmente accesibles, muchas de ellas obtenidas en ferreterías o incluso recicladas de otros equipos. Según el estudiante, uno de los próximos desafíos es profesionalizar los componentes para mejorar su rendimiento, resistencia al calor y eficiencia energética.

“Estamos demostrando que es posible generar un impacto positivo con recursos accesibles y tecnología básica. Es cuestión de voluntad e innovación”, enfatiza Gutiérrez, quien sueña con llevar el proyecto a escala industrial y ofrecerlo como una solución viable a comunidades, talleres y centros educativos.

La iniciativa forma parte de los Proyectos Integradores impulsados por Unifranz, una plataforma educativa que alienta a los estudiantes a resolver problemas reales desde sus áreas de estudio. Estos proyectos tienen como objetivo vincular el aprendizaje académico con el compromiso social y ambiental, incentivando el pensamiento crítico y el espíritu emprendedor.

“El fin del proyecto es crear conciencia y ofrecer soluciones prácticas para un problema que nos afecta a todos. Si logramos que más personas se sumen a esta causa, podremos generar un cambio real”, concluye Gutiérrez, convencido de que la tecnología debe estar al servicio del bienestar colectivo.

Con este tipo de propuestas, los Proyectos Integradores de Unifranz no solo enriquecen la formación académica, sino que también motivan a los estudiantes a identificar desafíos urgentes en su entorno y convertirlos en oportunidades de cambio. Al fomentar una educación basada en la innovación y la responsabilidad social, estas iniciativas proyectan una nueva generación de profesionales comprometidos con un futuro más sostenible.

El extrusor verde no solo ofrece una solución tangible al problema de los residuos plásticos, sino que también se convierte en un ejemplo de cómo la creatividad, el conocimiento técnico y el compromiso ambiental pueden converger para transformar realidades. En un país donde el reciclaje todavía enfrenta grandes barreras, este proyecto representa una esperanza para cambiar el rumbo y construir una sociedad más consciente y tecnológica.

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