Universitarias de Unifranz transforman residuos del huevo en innovadora crema contra cicatrices y arrugas

By Aldo Juan Peralta Lemus

Imagen Unifranz

Hialuronic Cream es un sorprendente desarrollo con potencial impacto en la medicina regenerativa, porque abre el camino hacia un futuro más saludable y sostenible. Es una innovadora crema cicatrizante formulada con ácido hialurónico extraído de un recurso tan inusual como poderoso: la membrana interna del huevo de gallina. El hallazgo no solo abre nuevas posibilidades en el tratamiento de heridas y quemaduras, sino que también representa una alternativa sustentable que promete importantes beneficios.

El proyecto se desarrolló en el laboratorio de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, donde las estudiantes Guadalupe Tarqui, Cinthia Laura, Celia Ururi, Mariana Mamani y Erika Chura, guiadas por sus docentes, se propusieron encontrar una forma de obtener ácido hialurónico sin recurrir a métodos costosos y muchas veces poco sostenibles. Las universitarias pertenecen a la carrera de Bioquímica y Farmacia y, tras un proceso de investigación y arduo desarrollo, pudieron convertir un desecho cotidiano en una crema de medicina regenerativa.

“Nuestro proyecto integrador fue la determinación de una crema cicatrizante a partir de ácido hialurónico obtenido de la membrana del huevo de gallina”, explica Mariana, una de las integrantes del grupo desarrollador. Pero esta historia va mucho más allá de la ciencia. Es un testimonio del poder transformador de la educación cuando se vincula con la sostenibilidad, la innovación, el conocimiento y las experiencias cotidianas.

“Antiguamente las mamás utilizaban lo que es la membranita de huevo para poner en una cicatriz o una herida. Es por esa razón que nosotros vimos uno de los beneficios. Otro de los beneficios es que hay personas, más que todo de rango femenino, que usan cremas con un contenido de ácido hialurónico que les ayuda a fortalecer, hidratar la piel y mantenerse más jóvenes, además evita que las arrugas se propaguen más”, explica Mariana. Esta es una lección viva de cómo en Unifranz la educación forma agentes de cambio que piensan de manera global.

El colágeno tipo I y el ácido hialurónico presentes en la membrana de la cáscara del huevo de gallina favorecen la regeneración de tejidos. Un estudio publicado en el International Journal of Dermatology en el año 2018 demostró que los péptidos (cadenas cortas de aminoácidos) derivados de la membrana mejoran la elasticidad de la piel y reducen arrugas, según pruebas realizadas en voluntarios tras ocho semanas de uso.

Este componente es ampliamente utilizado en medicina estética y tratamientos para la piel, pero su extracción suele requerir procedimientos complejos o el uso de tejidos animales de alto costo. Esta nueva alternativa desarrollada por las universitarias no solo simplifica el proceso, sino que también lo hace más accesible y sostenible.

El proceso de producción de Hialuronic Cream ocupó diferentes fases, desde la investigación bibliográfica hasta la formulación final de la crema. El grupo de investigadoras confirmó que la membrana de la cáscara del huevo de gallina tiene un elevado porcentaje de ácido hialurónico y, al ser un componente orgánico de uno de los alimentos de consumo masivo, puede encontrarse en diferentes lugares como el hogar y comercios, donde generalmente es desechado y no aprovechado en su totalidad.

“Nosotras, como primera fase, nos propusimos investigar acerca del principio activo, del ácido hialurónico, y cómo obtenerlo”, agrega Erika. Sin embargo, para obtener una cantidad considerable de muestras y materia prima para estudiar y experimentar, las jóvenes estudiantes recurrieron a diferentes comercios en busca de cáscaras de huevo.

“Fuimos a pastelerías donde utilizan más de 100 huevos al día. Entonces, realizamos la recolección de los huevos de gallina. Los mismos han pasado por una fase de asepsia y de limpieza minuciosa, para después realizar la separación de la cáscara de huevo, con las membranas, de manera física”, explica Erika.

El siguiente paso fue el secado de las membranas para que fueran pulverizadas y así obtener el polvo fino requerido para que pase por las respectivas pruebas de control. Sin embargo, se presentaron inconvenientes, específicamente en los controles microbiológicos, donde encontraron presencia microbiana. Esto no detuvo a las jóvenes universitarias en su objetivo de conseguir el ácido hialurónico.

“Hemos seguido con el proceso para determinar si el principio activo era viable o no. Entonces, hemos realizado un proceso de centrifugación. ¿Qué hemos obtenido aquí? La separación del ácido hialurónico de los otros elementos que se pueden encontrar dentro de la membrana de huevo de gallina”, destaca Chura.

Con la obtención de la sustancia, las universitarias procedieron a formular la crema, que a la fecha es funcional y ha sido probada con resultados alentadores. Las pruebas indican que el producto ayuda con la cicatrización y mejora la elasticidad de la piel en la zona afectada.

“Nos sentimos muy felices por el resultado, porque ha sido muy positivo para nosotras cinco, ya que hemos hecho pruebas en personas, por ejemplo una enfermera, una licenciada. La verdad sí ha dado buenos resultados”, asegura Mamani.

La presentación de la crema inicialmente viene en pequeños envases de aproximadamente 20 gramos. El próximo paso para este producto, según las desarrolladoras, es analizar las condiciones para su industrialización. Es más, dos de las integrantes revelan que tuvieron contacto inicial con dos laboratorios.

“Dentro de las mejoras que podemos realizar es industrializar el producto. Como ya conocemos el procedimiento que hemos realizado para extraer el ácido hialurónico, podemos aplicarlo en distintos productos aquí dentro de Bolivia”, revela Chura.

Este avance no solo refleja el talento y compromiso científico de las jóvenes investigadoras, sino que también abre la puerta a futuras aplicaciones en el desarrollo de productos cicatrizantes, hidratantes y regenerativos de origen natural.

Actualmente, Hialuronic Cream no es solo un logro académico; es el resultado de un modelo educativo que apuesta por la formación integral, donde el conocimiento se convierte en herramienta de transformación social. Es liderazgo educativo que siembra futuro.

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