Tierras raras, ¿qué son y cómo pueden transformar la economía de Bolivia?

By Paula Beatriz Cahuasa

En un escenario global dominado por la transición energética y el avance tecnológico acelerado, los 17 elementos conocidos como «tierras raras» pasaron de ser casi desconocidos a convertirse en minerales estratégicos, esenciales para la fabricación de celulares, vehículos eléctricos, turbinas eólicas y sistemas de telecomunicación. 

Bolivia, rica en recursos naturales, también posee yacimientos de estos elementos en los departamentos de Cochabamba, Santa Cruz y Potosí. Por ejemplo, en la provincia Independencia (Cochabamba), según reportes del Ministerio de Minería, se identificó titanio y uranio. Lo mismo sucede en la Chiquitania cruceña, en Manomo y otras regiones (uranio y torio), generando expectativas sobre su potencial económico y productivo.

Héctor Córdova, analista minero y asesor de la Fundación Jubileo, aclara que «estos elementos no son raros por su escasez, sino por sus propiedades únicas y por la dificultad de explotarlos económicamente». 

Según el experto, la creciente demanda mundial de tierras raras está ligada a un factor determinante: «Sin tierras raras, ni los celulares, ni los vehículos eléctricos, ni las energías renovables podrían funcionar».

Pero, ¿qué son las tierras raras? El Ilustre Colegio Oficial de Geólogos de España, a través de su plataforma digital “Tierra y Tecnología” explica que se ha dado el nombre de tierras raras a un conjunto de 17 elementos químicos: escandio, itrio, lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometeo, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio. 

Una oportunidad estratégica, pero compleja

El anuncio reciente del interés de Irán por explorar yacimientos de tierras raras en Bolivia desató expectativas y cuestionamientos. Para el especialista, sin embargo, esta posibilidad debe ser analizada con prudencia. 

«No es un proceso que de la noche a la mañana vaya a resolver nuestros problemas. Quizás más bien los va a crear, porque estos yacimientos no son muy ricos y la concentración de las tierras raras es pequeña», advierte Córdova.

Asimismo, subraya que la explotación de estos minerales implica enormes desafíos ambientales y técnicos ya que el proceso químico y metalúrgico para obtener tierras raras de alta pureza es intensivo en el uso de reactivos químicos y la posibilidad de contaminación es grande. “Por eso, hay que pensarlo bien antes de embarcarnos, como país, en este desafío», sostiene.

Un recurso estratégico para la transición energética

A nivel global, las tierras raras son consideradas «críticas», no solo estratégicas. Esto se debe a dos factores: su importancia industrial y el riesgo en la cadena de suministro. Actualmente, China controla más del 60% de la producción mundial y ha utilizado esta ventaja para posicionarse como líder tecnológico.

«Hasta el año 2010, prácticamente todas las tierras raras provenían de China. Europa celebró cuando descubrió un yacimiento en Suecia, pero ellos mismos dijeron que necesitaban ’12 o 15 años para que podamos entregar tierras raras’. No es sencillo», recuerda Córdova.

Frente a esta coyuntura, las tierras raras se perfilan como un recurso estratégico para el país, siempre que logre superar los desafíos logísticos, ambientales y económicos que implica su explotación. Además, Bolivia tiene una ventana de oportunidad única para negociar mejores condiciones y fortalecer su soberanía sobre sus recursos. 

Si Bolivia confirma la existencia de yacimientos significativos de tierras raras, podría atraer inversiones y asociaciones internacionales. Sin embargo, el país debe prepararse para maximizar los beneficios de estos recursos.

Por ese motivo, el experto recomienda «aprovechar las necesidades de estas potencias para mejorar nuestra posición de negociación internacional, para que los términos de intercambio favorezcan más al país».

¿Una nueva historia para Bolivia o el mismo error?

Bolivia ya ha vivido antes la experiencia de promesas no cumplidas con sus recursos naturales. La explotación de gas y, más recientemente, del litio, no han generado el impacto económico y social esperado. 

«Corremos el riesgo de que la novia se nos quede en el altar, como en el caso del litio», alerta Córdova. Sin embargo, matiza que las tierras raras tienen un futuro más prometedor, «porque estos elementos todavía no son sustituibles». La clave, según Córdova, estará en establecer un marco regulatorio sólido, garantizar el control estatal y evitar los errores cometidos en el sector aurífero, donde el Estado ha perdido soberanía y recursos. 

«Afortunadamente, con las tierras raras no se puede trabajar como en el caso del oro. Ninguna cooperativa podría hacerlo; requieren empresas bien organizadas, con una inversión de capital impresionante y tecnología de punta», afirma.

En la misma línea, Kadir Lanza, director de la carrera de Ingeniería Económica y Financiera de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, señala que es necesario un marco normativo que garantice seguridad jurídica para incentivar la inversión privada en este sector. “En un escenario ideal, Bolivia debería implementar un marco normativo claro y predecible que garantice seguridad jurídica, fomente la inversión en capital y tecnología, y evite modelos ineficientes. La promoción de la competencia y la libre empresa facilitaría el desarrollo de infraestructura, la generación de empleo y la inserción en cadenas de valor globales”, manifiesta el académico.

La educación y el capital humano, factores clave

Finalmente, Córdova enfatiza que la riqueza mineral no es suficiente si no se apuesta por la formación y la capacidad de negociación. 

«Creo que ahí el factor humano es esencial, la educación es vital. Hay que trabajar para reconducir nuestras relaciones internacionales y sacar la mayor tajada ahora que podemos», concluye.
El potencial de las tierras raras para Bolivia es innegable, pero también lo son los riesgos y desafíos. La oportunidad está sobre la mesa. El país deberá decidir si repite la historia de extractivismo sin beneficios sostenibles o si escribe un nuevo capítulo de desarrollo soberano y estratégico, apostando por la minería responsable, la educación y la planificación a largo plazo.

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *