Turismo experiencial: vivir la cultura, la gastronomía y la esencia de La Paz

By Paula Beatriz Cahuasa

La experiencia del viajero está cambiando. Atrás quedaron los recorridos rápidos y las visitas superficiales a sitios históricos, museos u obras arquitectónicas. Hoy, el turismo experiencial o inmersivo se posiciona como una de las tendencias más fuertes en la industria y La Paz, con su riqueza cultural, natural y gastronómica, está a la vanguardia. 

«El turismo ya no se trata solo de ver, sino de vivir y participar», asegura Fernando Villagra, director de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

El turismo inmersivo invita a los viajeros a formar parte de las tradiciones y costumbres locales. En La Paz, esta experiencia puede incluir desde participar en rituales aymaras hasta vestir trajes tradicionales como el de la icónica cholita paceña. 

«Uno de los personajes que más llama la atención de los turistas es la chola paceña. Siempre preguntan por qué se visten así, y esto nos permite explicar el sincretismo colonial y la evolución cultural de este personaje”, comenta Villagra. Además, existen empresas que ofrecen experiencias únicas como vestirse de chola para una sesión de fotos, una actividad que combina moda, tradición y empoderamiento.

Por otro lado, la riqueza cultural de La Paz incluye rituales como la ch’alla y las ofrendas a la Pachamama, donde los visitantes no solo observan, sino que participan activamente. 

«El turista de hoy quiere involucrarse, sentir que forma parte de las costumbres. Esto transforma su visión y les permite llevarse un aprendizaje único», destaca Villagra.

Gastronomía como experiencia

La gastronomía es otro de los pilares del turismo inmersivo en La Paz. La ciudad se ha posicionado internacionalmente gracias a restaurantes vanguardistas, como Gustú o Ali Pacha, que han fusionado sabores ancestrales con técnicas modernas. Ingredientes locales como la quinua, el cacao, el chuño o la miel son protagonistas en platos que sorprenden por su creatividad y autenticidad.

Además, la tendencia del ‘turista foodie’ (conocedor de comida gourmet) ha cobrado fuerza. «Hay viajeros que eligen destinos específicamente para explorar su gastronomía. La Paz tiene mucho que ofrecer a este tipo de turistas gracias a chefs y estudiantes que están innovando con productos locales», agrega. 

Este enfoque no solo pone en valor los ingredientes bolivianos, sino que también impulsa a las comunidades locales que los producen.

La Paz, más que una puerta de entrada

Históricamente, La Paz ha sido la puerta de ingreso a Bolivia para turistas interesados en destinos icónicos como el Salar de Uyuni o la Amazonía. Sin embargo, la designación de la ciudad como «Ciudad Maravilla» ha impulsado su desarrollo como destino en sí mismo. 

«La Paz ha hecho un gran trabajo al posicionarse como un lugar que ofrece cultura, gastronomía, arquitectura y mucho más», explica Villagra.

Pero el verdadero potencial de La Paz no se limita a sus límites municipales. Cuando un turista llega a la ciudad y visita lugares cercanos como El Alto, Tiwanaku, Copacabana o Coroico, lo percibe como un todo. No distingue fronteras municipales. Esta visión subraya la importancia de trabajar en una estrategia de metropolización turística que unifique esfuerzos y potencie la experiencia integral del visitante.

Villagra subraya la necesidad de trabajar en conjunto con los municipios cercanos para crear un área metropolitana turística. «Las políticas y la planificación deberían considerar esta región como un circuito natural, uniendo esfuerzos con destinos como Cusco, la Amazonía y Uyuni para formar un corredor turístico occidental», propone.

Este enfoque permitiría aprovechar la diversidad cultural y natural de la región, ofreciendo al turista una experiencia más integrada y completa. Para el experto, se debe pensar en el turismo como una herramienta para conectar comunidades, preservar tradiciones y generar impacto positivo en la economía local.

El teleférico y otros imperdibles

Dentro del municipio, La Paz cuenta con atractivos que se han convertido en experiencias esenciales para cualquier visitante. Desde el icónico teleférico, que ofrece vistas espectaculares de la ciudad, hasta el místico Mercado de las Brujas, cada rincón de La Paz invita al turista a descubrir su magia.

«El Valle de la Luna, la calle Jaén y el mirador de Quilli Quilli son otros sitios destacados que muestran la diversidad de paisajes, historia y tradición que tiene nuestra ciudad», menciona Villagra. Estos lugares permiten al viajero sumergirse en la esencia de La Paz, conectando con su pasado y presente de manera única.

La Paz está demostrando que el turismo inmersivo no es solo una tendencia, sino una forma de conectar culturas, educar y transformar percepciones. Al combinar experiencias culturales, naturales y gastronómicas, la ciudad se posiciona como un destino que invita al visitante a vivir su esencia.

En palabras de Villagra, «el turismo del futuro está en la participación activa del visitante, en ofrecerle historias que lo toquen y experiencias que lo transformen. La Paz tiene todo para ser un referente en turismo experiencial, sólo debemos organizarnos y seguir innovando».

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