
Siempre estar abiertos a sorprendernos: el poder de la curiosidad en la educación
La curiosidad es uno de los motores más poderosos para el aprendizaje significativo. El impulso por preguntar, explorar, entender lo desconocido y buscar conexiones donde antes no las había impulsa la educación, la curiosidad no solo alimenta el conocimiento, sino que abre puertas a nuevas formas de pensar, resolver y transformar. Mantener viva esta fuerza interior —especialmente en contextos formales de aprendizaje— es una de las claves para formar individuos críticos, creativos y resilientes.