Comienza la puesta en escena, las luces de las patrullas policiales destellan en el departamento del edificio. Un pasillo sombrío, apenas iluminado por la luz de las farolas, guarda un misterio desafiante para los investigadores. Entre las sombras, los especialistas en criminalística comienzan su trabajo de recolección de pistas, conscientes de que la verdad se oculta entre ellas.
El docente de Criminalística de la carrera de Derecho de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz sede Cochabamba, Guillermo Mendoza, enfoca su enseñanza en el desarrollo de habilidades esenciales para los futuros profesionales del área. Destaca la importancia de cultivar habilidades analíticas, como la capacidad para identificar evidencias, ordenar datos y aplicar el pensamiento crítico. Además, resalta la necesidad de habilidades en la toma de decisiones para evaluar las opciones de acción en la escena del crimen y generar alternativas de manejo efectivas.
Su metodología de enseñanza enfatiza en la importancia de la aplicación sistemática del registro del lugar del hecho. Destaca que los pasos se deben seguirse de forma meticulosa para preservar la escena del crimen y evitar la contaminación, destrucción o alteración de indicios o evidencias. Asimismo, destaca que la calidad del trabajo del equipo multidisciplinario influye de forma directa en el resultado de la prueba, ya que el laboratorio forense trabajará con el material obtenido durante el registro.
Del indicio a la prueba
Una corriente de aire frío se cuela por las ventanas para añadir un toque de intriga al ambiente del departamento. La tensión es palpable en el aire mientras los peritos forenses investigan el enigma oculto entre los rincones oscuros. El departamento se convierte en el escenario ideal para aplicar técnicas y conocimientos de criminalística.
Mendoza destaca la importancia del concepto de «indicio» en el ámbito criminalístico. Según explica, un indicio es un signo aparente que sugiere la existencia de algo. Suele ser un elemento subjetivo que permite inferir otros fenómenos relacionados con el hecho delictivo como, por ejemplo, una mancha de color rojo cuya naturaleza aún no fue confirmada.
En relación al término «evidencia» —explica el experto—, se refiere a algo material capaz de demostrar la existencia de un hecho. Esto puede incluir objetos o elementos orgánicos encontrados en el lugar del crimen, como huellas dactilares, que sirven para establecer la identidad o la relación con el delito.
Por último, el concepto de «prueba» cobra vital importancia en el proceso judicial, ya que es la razón que demuestra la veracidad de una afirmación. Mendoza distingue entre la prueba científica, obtenida mediante el método científico en el laboratorio forense, y la prueba procesal, presentada en el juicio oral para confirmar o desestimar hipótesis anteriores. En la práctica forense, la prueba procesal sigue un recorrido específico, desde su obtención hasta su valoración por parte del tribunal.
Simulaciones como herramienta educativa
La escena del crimen, llena de misterio, refleja la complejidad del trabajo de los investigadores. En cada detalle, en cada huella dejada por el criminal, se halla una pieza crucial para resolver el caso y asegurar justicia para las víctimas.
En su enfoque, Mendoza subraya la necesidad de que los estudiantes se conviertan en aprendices autónomos, estratégicos y excelentes, lo que se logra mediante el uso de metodologías activas para un aprendizaje cooperativo y el intercambio de ideas entre los miembros del equipo. Además, resalta la importancia del análisis de casos reales para alcanzar una conceptualización experiencial y la búsqueda de soluciones eficaces, que ubica a los estudiantes en contextos profesionales y los motiva a demostrar sus habilidades y conocimientos.
Los resultados obtenidos a través de este enfoque son significativos. Los estudiantes no sólo construyen su propio aprendizaje de manera significativa, sino que también se enriquecen a través de la cooperación con sus pares, lo que los motiva de forma permanente a adquirir mayores conocimientos y desarrollar habilidades personales.
Este método no sólo mejora la calidad del aprendizaje, sino que también hace que el contenido de la asignatura sea más dinámico y relevante. Además, el uso del portafolio como herramienta de evaluación facilita la coordinación entre alumnos y docentes para mejorar de forma continua el proceso de construcción y reconstrucción de competencias, lo que contribuye aún más a la mejora del aprendizaje del estudiante.
Desde el análisis de indicios hasta la presentación de pruebas en el ámbito judicial, Mendoza dejó una huella profunda en la formación de expertos en criminalística en Cochabamba, preparándolos para enfrentar los desafíos de campo, con rigor y excelencia.
Semblanza
El docente Guillermo Mendoza obtuvo títulos en Ciencias Policiales y en Ciencias Jurídicas. Además, se especializó en Derecho Constitucional en Buenos Aires, Santa Fe de Bogotá y Santiago de Chile, así como en Criminalística, enfocado en Dactiloscopia y Manejo de la Escena del Crimen.
Cursó maestrías en Ciencia Política, en Defensa, Seguridad y Desarrollo, y en Criminalística en la Universidad Policial. Durante su carrera policial, trabajó como investigador especial tanto operativo como administrativo.
En el ámbito legal, dio asesoramiento en materias constitucionales y penales. Desde 2004 enseña en Unifranz las asignaturas de Criminalística y Derecho Constitucional, destacándose por su dedicación y actualización constante.
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