Sacos, abrigos, blazers, blusas y faldas de alta gama, pero hechas por manos bolivianas y con diseños inspirados en las culturas aymara, quechua y guaraní, da vida a Bohemio, una startup iniciada por estudiantes que busca dar visibilidad al trabajo de artesanos nacionales.
“Estas prendas están elaboradas por personas expertas en el área de tejidos culturales bolivianos. Tenemos personas expertas en el área de la cultura aymara, de la cultura quechua y de la cultura guaraní, que son las tres principales”, señala Diego Peñaranda, ingeniero comercial en formación de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz y socio de Bohemio.
Peñaranda indica que cada prenda vendida por Bohemio es única desde su concepción, haciendo que sean irrepetibles y exclusivas.
“Cada prenda es única para un solo cliente, en la cual el diseño es exclusivo para esa persona y no van a haber dos iguales. Ésa es una garantía”, agrega.
Debido a la calidad de sus productos y a la exclusividad de los diseños, la empresa cobra, en promedio 1.400 bolivianos (cerca de 200 dólares) por producto, aunque este precio puede variar dependiendo del tipo de prenda, de los materiales y el diseño.
Peñaranda explica que la motivación de la empresa y su objetivo es visibilizar el trabajo boliviano y sus culturas en el ámbito de la alta costura.
“La idea de crear esta empresa surge porque no vemos, actualmente, prendas hechas que apoyen la cultura de Bolivia, poco a poco se pierde la noción de aprender y apreciar prendas actuales, prendas de moda, pero con diseños que lleven la cultura boliviana. Nuestros objetivos son que nuestra empresa llegue a ser más conocida, que sea la más grande de Bolivia y que luego llegue a un mercado internacional”, agrega.
En Bohemio, los jóvenes se encargan de formar el sistema de costos, logístico y de organización. Además, estructuran sus canales de difusión, de ventas y analizan las proyecciones que la empresa puede tener a futuro.
“Bohemio está presente en todas las redes sociales. A través de estas plataformas las personas que estén interesadas en adquirir alguna prenda, pueden comunicarse con nosotros de manera directa. Es importante resaltar que cada diseño es único y no se repite; por lo tanto, cada cliente lucirá un modelo exclusivo”, destacó Peñaranda.
La startup es una empresa de nueva creación que, gracias a su modelo de negocio escalable y la implementación de las nuevas tecnologías, tiene grandes posibilidades de crecimiento.
El último mapeo TIC en Bolivia del ecosistema digital revela que existen 1.149 empresas y 155 startups tecnológicas en el país que se abren paso en el competitivo mundo de los negocios y que han recibido más de un millón de dólares de inversión.
Hammeleth Saavedra, director de la carrera de Ingeniería Comercial de Unifranz, asegura que la creación de startups y emprendimientos por parte de los estudiantes fortalece sus habilidades y los prepara para la vida profesional.
“Ejecutar programas y proyectos reales que ayuden a un sector de la sociedad, permite a los estudiantes adquirir experiencia laboral antes de graduarse. Las empresas buscan profesionales que se desarrollen en el área y tengan experiencias reales de trabajo”, afirma.
Antonio Riveros, CEO (Chief Executive Officer), de Creotec y presidente de Startups Bolivia, señala que el desarrollo de estos emprendimientos es muy importante para el país, ya que atrae un movimiento económico que busca talento e innovación.
“Es importante el desarrollo de startups en Bolivia porque atrae un movimiento económico a partir de la economía del conocimiento. Esta economía que factura miles de millones de dólares en el mundo no requiere multimillonarias inversiones si no canalizar talentos a la innovación”, indica.
Estos talentos e innovación se pueden explotar en startups financieras, de inclusión digital, educación, entre otras, dice Riveros, sin dejar de lado el potencial de la economía naranja.
“Yo diría que las startups bolivianas tienen mayor oportunidad en resolver temas de inclusión financiera, inclusión digital, educación y agroindustria sostenible porque son problemáticas reales que tenemos y solucionables con tecnología. Sin dejar de lado la economía naranja que tiene un potencial enorme en Bolivia, podemos vivir de nuestra cultura”, agrega.
Finalmente, el experto expresa que el papel de las universidades en la formación e incubación de startups es fundamental para enriquecer el ecosistema empresarial del país.
“Es tarea de las universidades ser catalizadores de startups llevando el talento y creatividad de los jóvenes a encontrar problemas locales para luego incubarlos en startups solucionadoras de estos problemas. En otras palabras, la academia tiene la materia prima más fresca y enérgica del país”, concluye el emprendedor boliviano.