Los estudiantes de Universidad Franz Tamayo, Unifranz sede El Alto, llevaron a la práctica el lema «el turismo se aprende mejor fuera de las aulas», al participar del III Encuentro Nacional de Turismo, en Santa Cruz. Con la emoción de trasladarse a uno de los destinos turísticos más importantes del país, los futuros profesionales se adentraron en una experiencia única que combinó un sinfín de aprendizajes, el intercambio de ideas con compañeros de otras sedes, un “check” en el listado de sitios por conocer y un gran deleite gastronómico.
“Estoy plenamente convencida de que no hay mejor forma de aprender que viajando y viviendo la experiencia en persona. Considero que los estudiantes que participaron de este encuentro tuvieron una experiencia de vida que enriquecerá no sólo su aprendizaje académico, sino también su forma de ver y comprender a otras regiones de nuestro país”, dijo directora de carrera de Administración de Hotelería y Turismo de El Alto, Delia Bustillos.
Desde su llegada a Santa Cruz, para muchos por primera vez, la hospitalidad de los anfitriones hizo que la delegación de El Alto viva una experiencia sería gratificante. La rectora nacional de Unifranz, arquitecta Verónica Ágreda, y el vicerrector del campus académico de Santa Cruz, doctor Pedro Dabdoub, fueron los primeros en recibir a las delegaciones, haciendo énfasis en la importancia de la actividad turística para el crecimiento económico de las regiones y el desarrollo sostenible del país.
La primera actividad del encuentro fue el conversatorio “Turismo: desarrollo local y rescate cultural”, en el campus académico de Unifranz Santa Cruz, que contó con varios expertos como Saira Duque y Ruddy Rolando Cuéllar, del Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible (Cepad) Bolivia, junto a Valeria Salvatierra, de Marca Santa Cruz. El conversatorio tuvo la finalidad de conocer, desde la perspectiva de sus impulsores, las características, retos y resultados de la ruta “SaboreArte Chiquitos”, que fue visitada en los días posteriores.
Más tarde hubo tiempo para caminar por suelo cruceño, conocer las calles históricas de Santa Cruz de la Sierra, su arquitectura colonial y la vibrante vida cultural de la ciudad. La Plaza 24 de Septiembre y la majestuosa Catedral fueron algunos sitios que no faltaron en el recorrido.
Después llegó el momento de iniciar el recorrido hacia la majestuosa Chiquitania, propiamente a San José de Chiquitos. Allí, los estudiantes se sumergieron en la historia del Parque Santa Cruz La Vieja, donde aprendieron sobre los orígenes de la ciudad y la influencia de la cultura chiquitana en la región. Con la guía de expertos locales, exploraron el parque y se sumergieron en el pasado.
La experiencia se enriqueció con la visita a la Casa del Bastón, donde los estudiantes aprendieron sobre el Consejo Indigenal, el baile tradicional del abuelo y la elaboración de la chicha de maíz, en La Siesta del Posoka a preparar empanadas y pan de arroz, luego visitaron El Telar y experimentaron el tejido en telar para luego llegar a Las Hamacas, donde observaron paso a paso el proceso desde la cosecha del algodón, el hilado, teñido y la elaboración de las hamacas.
Para cerrar con broche de oro esta invaluable y enriquecedora experiencia, la delegación tuvo el privilegio de presenciar un concierto privado a cargo de la Orquesta Municipal de Música Barroca, en la iglesia de San José de Chiquitos.
Pero aún faltaba Roboré, donde pudieron recorrer la Ruta Chochís Mágico; el Santuario Mariano de la Torre y Aguas Calientes. En este recorrido, los futuros administradores en hotelería y turismo aprendieron el arte del tallado en madera y la creación de artesanías tradicionales de la región.
“Nuestra alimentación durante el encuentro estuvo a cargo de la Escuela Taller de Gastronomía de San José, donde jóvenes chiquitanos que se preparan en el rescate y revalorización de insumos y platos típicos locales pudieron poner en práctica lo que aprendieron”, dijo Bustillos. Así, los futuros profesionales también conocieron la vasta riqueza gastronómica de la región.
Así, con nuevos conocimientos y un nuevo destino turístico conocido y analizado, los estudiantes de Unifranz El Alto regresaron a casa con una perspectiva renovada y la certeza de que la mejor manera de aprender es haciendo.
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