Transformando el aula: dinámicas creativas para el aprendizaje

By Aldo Juan Peralta Lemus

A medida que disminuye la edad, aumenta la timidez. Muchos jóvenes enfrentan dificultades para interactuar debido a la falta de asertividad, autoestima o confianza. Por ello, implementar dinámicas en el aula o en contextos grupales que fomenten la interacción y el aprendizaje puede ser una herramienta valiosa para profesores y profesionales.

La implementación de dinámicas de aula se ha convertido en una estrategia clave para fomentar la participación, la creatividad y el pensamiento crítico en los futuros profesionales.

Leslie Vidaurre, experta en pedagogía y miembro de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, señala que las ventajas de implementar estrategias de enseñanza y aprendizaje, implica que los estudiantes puedan involucrarse más en la comprensión de los conocimientos.

“Los beneficios más importantes de trabajar en dinámicas de aula van a hacer que los estudiantes muestren mayor interés, estén motivados, comprometidos en su enseñanza aprendizaje. Esto facilita la aplicación de casos reales,mejora la comprensión y sobre todo va a haber una mejor retención del contenido aprendido”, explica Vidaurre.

La educación moderna ha evolucionado hacia un enfoque más dinámico e interactivo, donde las dinámicas de aula juegan un papel importante en el desarrollo académico y personal de los estudiantes. Las dinámicas de aula demostraron ser herramientas clave para mejorar la calidad del aprendizaje en estos entornos educativos, especialmente en la educación universitaria. Estas estrategias promueven la participación activa de las y los estudiantes.

Las dinámicas de aula no son un concepto reciente. En el ámbito de la educación se ha buscado maneras de hacer más atractivas sus clases, de alguna manera implementando tecnología.  También, involucrando a los estudiantes a participar como una manera de favorecer su aprendizaje. Esto hace que las dinámicas de aula adquieran una relevancia aún mayor, impulsando la necesidad de reformular los métodos tradicionales de enseñanza.

Las actividades que se incluyen, lejos de ser simples distracciones, son estrategias pedagógicas que fomentan la participación activa, la colaboración, la puesta a prueba de conocimientos, el pensamiento crítico, generando beneficios a corto y largo plazo.

“Vamos a desarrollar de esta manera sus habilidades, vamos a fomentar entre ellos la comunicación entre pares, van a trabajar en grupos colaborativos y también va a haber una resolución de problemas en grupo. Esto para los docentes es muy importante, ya que nosotros vamos a poder responder a diversas necesidades de los estudiantes”, explica la experta en pedagogía.

Tipos de dinámicas 

Dinámicas de presentación: ideales para grupos nuevos, evitando que los jóvenes se sientan excluidos y ayudando a fortalecer la conexión entre ellos.

  • Gente a gente: Esta dinámica permite que todos se conozcan, compartan sus nombres y aficiones. Se forman dos círculos con el mismo número de personas, mirando uno hacia adentro y el otro hacia afuera. Los participantes se presentan en parejas y, cuando se indica «gente a gente», el círculo exterior avanza, cambiando las parejas. 
  • Nos vamos de fiesta: Esta actividad ayuda a que los miembros se conozcan y pone a prueba la memoria. Se desarrolla en un círculo, el primer participante menciona su nombre y algo que llevaría a una fiesta imaginaria. El siguiente repite lo mencionado por el anterior y añade lo suyo. Esta actividad ayuda a que los miembros se conozcan y pone a prueba la memoria.
  • Rompehielos: Los integrantes se dividen en parejas y deben hablar durante 5-10 minutos, compartiendo información sobre sí mismos. Después, cada pareja presenta una característica interesante del otro. Esta dinámica facilita la conversación y rompe la tensión inicial.

Dinámicas para generar distensión: Crear un ambiente relajado y estrechan lazos entre los jóvenes.

  • Caras serias: crean un ambiente informal y divertido. Se forman dos filas con el mismo número de participantes, que se miran entre sí con caras serias. La tarea es hacer gestos, muecas o contar chistes para hacer reír al miembro de la fila contraria.
  • Temores y esperanzas: fomenta la apertura y el apoyo mutuo. Cada participante escribe sus miedos y esperanzas en relación a algo vivido. Luego, el facilitador invita a los jóvenes a compartir lo que han escrito. El grupo discute las emociones más comentadas, fomentando la apertura y el apoyo mutuo.
  • Túnel del tiempo: promueve la empatía y ayuda a los miembros a comprenderse mejor. Los jóvenes  comparten un recuerdo significativo de su pasado y explican cómo ha influido en su personalidad actual. 

Dinámicas para trabajar la comunicación y el conflicto: desarrollan las habilidades comunicativas y la gestión de las emociones.

  • Poniendo orden: fomenta la comunicación efectiva y el trabajo en equipo. Se marcan dos líneas paralelas en el suelo, con espacio suficiente para que los participantes se alineen dentro de ellas. El docente dará un criterio (como fecha de nacimiento, altura o color de ropa) y los participantes deberán ordenarse según ese criterio sin salirse de las líneas. 
  • Las dinámicas pueden abordar aprendizajes basados en retos, problemas o investigaciones, promoviendo una metodología activa en la que los estudiantes gestionan su propio aprendizaje de manera reflexiva y cívica. A través de la curiosidad y el análisis de su entorno, buscan soluciones a problemas reales.

Desde el punto de vista de la pedagogía, las dinámicas de aula favorecen la adaptabilidad de los estudiantes. La disponibilidad de métodos y enfoques utilizados permite que los maestros ajusten su enseñanza según las necesidades del grupo, lo que se traduce en una educación más personalizada. Además, el uso de esta estrategia fortalece la relación entre maestro y estudiante, esto favorece a sostener una comunicación constructiva con los docentes.

Otro de los beneficios más notables de las dinámicas de aula es su capacidad para promover la participación activa de los estudiantes. A diferencia de las clases que comúnmente suelen ser magistrales (exposición total del docente), donde los estudiantes adoptan un rol pasivo, las dinámicas permiten que los alumnos se involucren de manera directa en el proceso educativo. Esto contribuye a una mayor retención de información, ya que el aprendizaje se convierte en una experiencia activa y vivencial.

“Esto va a involucrar la participación del aprendizaje, necesitamos comprometernos como docentes teniendo pasión, compromiso, voluntad formación logrando de esta manera una educación de calidad, una educación participativa y sobre todo exitosa para nuestros estudiantes”, explica Vidaurre.

El trabajo en equipo es otro de los beneficios que promueve las dinámicas de aula. Al realizar actividades grupales, los estudiantes aprenden a colaborar, a compartir ideas y escuchar otros puntos de vista distintos al suyo. Esta práctica enriquece el conocimiento, y da más opciones de abordar diferentes perspectivas. 

Además de la colaboración, las dinámicas de aula fomentan la creatividad y la resolución de problemas. Al enfrentarse a retos o situaciones imprevistas dentro de una actividad, los estudiantes deben usar su imaginación y aplicar sus conocimientos para encontrar soluciones. Este tipo de actividades fortalece su capacidad para pensar de manera crítica y analítica, habilidades esenciales para el desarrollo intelectual.

Esto mejora el rendimiento académico y también favorece el desarrollo de habilidades sociales que son fundamentales para la vida en sociedad y la vida laboral.

Por otro lado, este desarrollo de habilidades permite una evaluación más personalizada en favor de los estudiantes. Porque al incluir actividades interactivas, los docentes pueden evaluar de manera individual las habilidades de los estudiantes, observando no solo su conocimiento teórico, sino también su capacidad para aplicar lo aprendido en situaciones prácticas. Esta forma de evaluación es más completa y permite un seguimiento más cercano del progreso de cada estudiante.

Es importante la inclusión de dinámicas de aula. Representan una herramienta pedagógica invaluable que no solo mejora el rendimiento académico, sino que también contribuye al desarrollo emocional, social y personal de los estudiantes.  Estimula la participación, la creatividad, la colaboración, el respeto entre otros. Las actividades promueven un aprendizaje integral que prepara a los jóvenes para enfrentar los desafíos del futuro. Las dinámicas de aula son mucho más que una simple metodología.

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