Reinaldo Cifuentes, experto en educación superior
Las situaciones disruptivas que enfrenta el mundo producto de la pandemia del coronavirus, los cambios que vive la sociedad desde finales del siglo pasado por la revolución tecnológica, la aparición de nuevos escenarios fomentados por la creatividad en tiempos de globalización e incluso el escenario de guerra entre Ucrania y Rusia, son momentos de inflexión para la educación superior en Latinoamérica, pese a innumerables limitaciones, abrió posibilidades para la innovación e internacionalización del conocimiento.
Reinaldo Cifuentes, experto en educación superior y coordinador de la Red de Administradores Universitarios (RAUI), mira con optimismo estos avances. Asegura que Latinoamérica vive un momento crucial de reconfiguración de la educación superior, ya sea por la pandemia o por otras variables propias del avance de la globalización.
“La pandemia permitió mirarnos hacia adentro en términos de continente y, desde ese punto de vista, en términos de internacionalización estamos buscando mejorar y ampliar las relaciones que nos permitan establecer nexos culturales en el ámbito de la universidad, de la educación y del conocimiento en nuestro espacio geográfico más próximo”, explica Cifuentes.
El uso de aplicaciones que rompieron límites de tiempo y espacio y la hibridación del aprendizaje en la interacción del conocimiento en situaciones propias de la globalización, permitieron acercar los conocimientos que generan en la rama de la investigación en distintas universidades, logrando alianzas en universidades con los mismos objetivos.
El caso de la iniciativa de la Pontificia Universidad Javeriana, que impulsa el Centro de Investigaciones de Salud Global es digno de resaltar. Con subvención de la National Institute for Health and Care Research (NIHR), de la Unidad de Psiquiatría Social y Comunitaria de la Queen Mary University of London de Inglaterra, lleva adelante el desarrollo de investigaciones en salud, mediante una alianza entre tres universidades latinoamericanas, entre ellas la Universidad Franz Tamayo, UNIFRANZ, de Bolivia (sede académica Santa Cruz) y la Universidad Rafael Landívar de Guatemala.
Se trata de investigar para buscar soluciones y mejorar la calidad de vida de quienes viven con enfermedades crónicas no transmisibles, principalmente, en aquellas poblaciones indígenas del país, además de que fomentará la investigación en varias áreas del conocimiento.
Intercambio de conocimientos
El experto asegura que hace más de 300 años se vive la universidad global como espacio del conocimiento universal, “aunque suene exagerado”. La esencia de la internacionalización es, sobre todo, la difusión, comunicación e intercambio del conocimiento que se crea en el seno de la institución universitaria con mirada a otras universidades, trabajo coordinado y en conjunto entre estudiantes, docentes, especialistas e investigadores.
La globalización en términos de la universidad va a continuar, la universalidad del conocimiento que se vive en la actualidad la pone en evidencia. Cifuentes pone el ejemplo de los microchips que no tienen apellido: “todo el mundo habla de Taiwán, pero China y Europa también los produce. Los espacios geográficos y políticos se adueñaron del conocimiento”.
En el caso Sudamericano la pandemia permitió constatar que en países vecinos como Chile, Perú, Brasil o Argentina haya oportunidades para intercambiar conocimiento en términos de educación o cultura y que no se lo hace, asegura el también asesor del eje de internacionalización de UNIFRANZ.
“Es destacable que las universidades, a partir de la mezcla del aprendizaje, de la virtualización y el uso masivo de la tecnología, tengan la oportunidad de mirarse unos con otros y UNIFRANZ es un ejemplo de ello porque inició el proceso de internacionalización antes de la pandemia”, afirmó.
El futuro para la internacionalización de la educación superior en América Latina se torna más optimista en la actual coyuntura. Las universidades han asumido el reto y lo están aplicando de manera exitosa.