Por Manuel Filomeno
Las fichas caen cada vez más rápidas, encajando en los espacios que quedan en la base de la pantalla, la música suena frenética en los altavoces y aumenta el nerviosismo del jugador, que mueve el cursor de derecha a izquierda y hace girar las piezas, evitando que se amontonen y que lleguen a la parte superior del tablero virtual.
Habilidad, destreza, rapidez mental, agilidad y dedos rápidos, el Tetris lleva 40 años desafiando a grandes y chicos con su simpleza y dificultad.
“Tetris es uno de los videojuegos más influyentes y significativos en la historia de los videojuegos. En términos de desarrollo, el hecho de introducir una mecánica de juego que sea muy fácil de entender, pero difícil de dominar, lo hacía accesible a una amplia audiencia”, señala Enrique Oropeza, desarrollador y socio fundador de VReality, empresa dedicada al desarrollo de videojuegos.
De acuerdo con el desarrollador, la aparición de Tetris en junio de 1984 marcó un antes y un después en el mercado de los videojuegos y en su desarrollo ya que “la idea de un juego sin fin, donde el desafío era superar tu propio puntaje, fue la fórmula perfecta para su éxito, estableciendo un estándar para futuros juegos, sobre todo de rompecabezas y arcade”, agrega.
El juego, nacido en la Unión Soviética, en plena guerra fría, es, hasta ahora, uno de los videojuegos más vendido en todo el mundo y cuenta con 215 versiones licenciadas (y muchas más piratas) estando presente en prácticamente todas las plataformas.
Su historia
El videojuego fue originalmente concebido por Alekséi Pázhitnov como una forma de combinar su amor por los rompecabezas con su trabajo en sistemas de inteligencia artificial. Inspirado por los pentominós (un juego de mesa), redujo la complejidad a tetrominos, piezas geométricas compuestas por cuatro bloques. La primera versión del juego se desarrolló en una Electronika 60, una computadora sin capacidad gráfica, lo que llevó a Pázhitnov a usar letras para representar las piezas.
El juego, adictivo desde el primer momento, capturó la atención de sus colegas, que empezaron a compartirlo en sus oficinas.
Sin embargo, a pesar de su éxito inicial, Tetris enfrentó obstáculos significativos. Pázhitnov cedió los derechos del juego a la Unión Soviética, lo que significaba que no recibió compensación económica durante más de una década. Además, el juego se introdujo de contrabando en Hungría y varias empresas comenzaron a producir versiones no autorizadas.
La travesía de Tetris hacia la cima del reconocimiento global estuvo marcada por disputas. Al arribar a tierras occidentales, se introdujeron en el juego ciertos elementos que nunca hubieran sido del agrado de su creador, como las matrioshkas y las cúpulas de las iglesias ortodoxas y la música “Korobeiniki” y fragmentos de “El Cascanueces” de Tchaikovsky, que, sin embargo, contribuyeron al éxito del juego.
Desde su salida de la Unión Soviética hasta la disolución de ésta, Pázhitnov no vio recompensas económicas por su invento hasta que la Unión Soviética se disolvió. Fue entonces cuando estableció The Tetris Company, que hoy detenta los derechos para la creación y distribución de nuevas ediciones del juego.
Beneficios para la salud mental
La sencillez y facilidad de acceso han sido fundamentales para el triunfo de Tetris. Su naturaleza intuitiva, invita a los usuarios a avanzar y perfeccionarse sin cesar, ofreciendo satisfacción al instante. Y como es un pasatiempo pacífico, transmite la sensación de estar edificando en vez de aniquilar, lo cual magnifica su encanto.
Vladimir Pokhilko, amigo de Pázhitnov y psicólogo, contribuyó al desarrollo del juego y fue uno de los primeros en notar sus beneficios psicológicos. Un estudio de 2009 publicado en BMC Research Notes reveló que jugar Tetris puede aumentar la eficiencia del cerebro y engrosar la corteza cerebral, subrayando el potencial del juego como herramienta terapéutica.
La investigación, además, concluye que, en general, los videojuegos fomentan la cooperación y competencia, así como la personalización de experiencias, brindan un sentido de logro, crean atmósferas cautivadoras a partir de la combinación de arte visual, música y sonido.
“Puedo asegurar que los videojuegos me ayudaron a desarrollar habilidades como la visión espacial, la toma de decisiones, la imaginación de escenarios diversos y la agilidad mental, entre otros”, comenta por su parte Ariel Villarroel, miembro de la Jefatura de Enseñanza y Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Por ejemplo, los videojuegos son útiles en el desarrollo de las habilidades blandas, también conocidas como habilidades interpersonales, habilidades sociales o habilidades no técnicas, las cuales se refieren a las capacidades y rasgos personales que permiten a las personas interactuar efectivamente con los demás, trabajar en equipo, comunicarse de manera efectiva, resolver problemas, adaptarse a situaciones cambiantes y tener un buen desempeño en el entorno laboral y en la vida en general.
Estas habilidades están relacionadas con las características y competencias personales que no son específicas de una profesión o industria en particular, sino que son transferibles y aplicables en una amplia gama de situaciones y contextos laborales, concluye Villarroel.