La medicina está experimentando una revolución gracias a las nuevas tecnologías. Salvar vidas, mejorar la salud y contribuir a una situación de salud sostenible en el tiempo, es la premisa con la que la telemedicina o telesalud ha cobrado vital importancia y que evoluciona a pasos agigantados gracias al desarrollo de sistemas inteligentes que permiten predecir patologías y mejorar los tratamientos.
La telemedicina no tendría, sin embargo, efectivos resultados si es que no se cuenta con el compromiso y la participación activa de los pacientes y que debe ser contemplado en toda política pública de salud.
La directora de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Griselda Vargas, explica que la innovación en el área de la salud, poco a poco, se ha ido consolidando en el país, gracias a su interacción con herramientas digitales.
La telemedicina, definida por Vargas como la atención médica a distancia, emerge como un salto crucial en la medicina moderna. La pandemia fortaleció esta práctica, rompiendo paradigmas y generando una conexión inédita entre pacientes y especialistas, sin necesidad de proximidad física.
“Hace referencia a todos los recursos que necesitamos para tener una atención a distancia a personas que no podríamos llegar de otra manera. Es, realmente, un salto muy importante para la medicina el poder generar este tipo de atención. Y, obviamente, con esto vamos a tener que cambiar, también, algunos paradigmas médicos que teníamos antes”, indica la académica.
La accesibilidad económica se destaca como uno de los beneficios clave de la telemedicina, pues elimina costos asociados con traslados y tiempos perdidos y su potenciamiento se logró durante la pandemia, etapa en la que se convirtió en una herramienta fundamental para conectar al paciente con el médico especialista.
“Es con la pandemia donde se vio la necesidad real de reforzar estos esfuerzos que se hacían de forma aislada, que incluso los mismos pacientes no veían como una opción. Los pacientes han empezado a entender que es una forma de podernos conectar con los especialistas y además de hacerlo a distancia”, aclara.
La transformación de la relación médico-paciente es evidente. La telemedicina exige una comunicación puntual y realista por parte de los pacientes para obtener diagnósticos precisos. Asimismo, se exploran nuevos espacios para realizar estudios, como ecografías y radiografías, transmitiendo resultados a especialistas de manera remota.
La interrelación entre médicos de distintas especialidades crea un enfoque cooperativo, una forma híbrida de trabajo que mejora la atención integral. Los sistemas digitales permiten monitorear procesos de salud, enfocándose en la prevención y control de parámetros cotidianos.
Vargas asegura que “se necesita que realmente el paciente vea la necesidad de transmitir sus dolencias, sus quejas de manera muy puntual y con toda la realidad posible para que el médico pueda, de esa manera, conseguir el diagnóstico y el tratamiento necesario”.
Adicionalmente, se buscan otros espacios o lugares específicos donde se hagan estudios, ecografías o radiografías y eso se transmita a especialistas que puedan hacer una lectura real y adecuada para que se les dé un tratamiento.
Es decir, se refuerza la interrelación entre médicos de primera línea, médicos familiares, generales y médicos de especialidad. De esa manera hay una comunicación y se convierte en una forma híbrida de trabajo cooperativo.
Para la Organización Mundial de la Salud, sin embargo, la telemedicina no sustituye la atención presencial y debe desarrollarse en forma complementaria y coordinada.
En 2010, la OMS definió la telemedicina como “la prestación de servicios de atención de la salud, donde la distancia es un factor crítico, por todos los profesionales de la salud que utilizan tecnologías de la información y de la comunicación para el intercambio de información válida para el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades y lesiones, la investigación y la evaluación, todo en aras de avanzar en la salud de los individuos y sus comunidades”.
Salud digital: prevención y accesibilidad
La medicina digital se consolida como un aliado en la prevención, facilitando el acceso a sistemas digitales para todos, dice la académica.
La conciencia del paciente, ahora activo en su tratamiento, se fortalece con dispositivos que brindan lecturas cercanas a la realidad, generando recomendaciones para mejorar hábitos diarios.
Económicamente hablando, los sistemas digitales, cada vez, son de más fácil acceso y ya no son restrictivos para personas de escasos recursos, sino a todas las personas que tengan un celular o un reloj digital.
Empoderamiento del paciente a través de la telemedicina
Vargas destaca el papel activo del paciente en su tratamiento, convirtiéndose en un colaborador esencial.
La medicina digital proporciona herramientas como monitores que informan sobre hábitos de sueño, entre otros. Estos dispositivos permiten al paciente participar activamente en su bienestar y prevenir enfermedades mediante cambios simples en sus hábitos diarios.
El paciente, en este sentido, se ha vuelto un colaborador activo en el tratamiento del médico, empoderándose en su proceso de salud. “Es a esa situación que los médicos queremos llegar, a un manejo de prevención de la salud, más que de rehabilitación”, añade Vargas.
Transformación del rol del profesional médico
La tecnología redefine el papel del profesional médico. La flexibilidad y adaptabilidad a nuevas herramientas digitales se vuelven esenciales. Vargas destaca la importancia de médicos con visión del futuro, ya que la telemedicina será una constante en la atención médica.
“Tenemos que entender que el médico, el profesional del futuro o del presente, es una persona muy flexible en cuanto a la adquisición de nuevos manejos y herramientas digitales. A la par de la tecnología, aparece un nuevo estudio, aparece un nuevo análisis, y nosotros tenemos que estar tratando de aplicar esto en nuestros pacientes”, agrega Vargas.
Los mecanismos digitales permiten a los médicos tener recomendaciones reales y adecuadas. Ya no es solamente la experiencia de una persona por algún tipo de enfermedad, sino es un profesional que está manifestando algunas características para que pueda prevenir o evitar o mejorar las prácticas que manejas en el cotidiano.
En resumen, la medicina y la tecnología están entrelazadas fuertemente, democratizando la salud y transformando la mentalidad de las personas a través de medios digitales interactivos.
Los medios masivos de comunicación, como la radio y la televisión, evolucionan para abrazar este cambio, subrayando la impactante forma en que la medicina está interactuando con las herramientas digitales para brindar una atención en salud más efectiva.