Por Manuel Filomeno
Pueden parecer superhumanos a simple vista, hombres y mujeres en el pico de sus capacidades, pero los deportistas de élite son personas comunes al fin, igual de propensos a enfermarse, lastimarse o lesionarse.
Desde tiempos antiguos, los médicos del deporte han estado ahí para tratar estas condiciones y ayudar a los atletas a volver a levantarse y mejorar.
“La medicina deportiva tiene una larga historia que se remonta desde Grecia misma, entonces ya se conocían a los médicos que atendían a los participantes de las olimpiadas. Este personal de salud que atendía a estos atletas ya eran médicos del deporte. También los romanos tenían médicos del deporte, quienes atendían y mantenían saludables a los gladiadores y trataron sus heridas y lesiones para que estén aptos para ofrecer los espectáculos que se presentaban en el coliseo y otras arenas”, explica el médico del deporte Dalton Salinas.
Salinas dice que un médico del deporte es aquel que se ocupa del tratamiento de lesiones, pero también de la prevención, cuidado, nutrición y prescripción de rutinas de ejercicio, no sólo de los deportistas, sino de la población en general.
“Es decir que la medicina del deporte se ocupa, no solamente de atender a los deportistas, sino a toda la sociedad, porque prescribe ejercicios para diferentes enfermedades y coadyuva en la prevención de enfermedades metabólicas, degenerativas, cardiovasculares. Es un punto crucial que en la actualidad toma mucha importancia porque se ha visto el beneficio que da a estas patologías de los pacientes”, señala.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la actividad física regular y adecuada puede reducir el riesgo de muchas enfermedades y trastornos no transmisibles. Además, practicar algún deporte ayuda a mantener una buena salud ósea y funcional.
Al respecto, el doctor Erick Segales, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, señala que el deporte tiene una infinidad de beneficios para la salud como mejorar la circulación y fortalecer el corazón, controlar el peso, mejorar la acción de las defensas, mantener la energía y el buen estado de ánimo.
“La apropiación de nuevos hábitos saludables mantiene un buen estilo de vida, por supuesto conlleva a una mejora en el bienestar físico y mental. Estos hábitos pueden ir cambiando paulatinamente y, poco a poco, se pueden ver los resultados, la persona es más feliz, más activa y más sana”, explica Segales.
Trabajo con especialistas
El médico agrega que esto se logra gracias a un trabajo conjunto de los médicos del deporte junto a nutricionistas, fisioterapeutas, profesionales de enfermería, entre otros.
“Dentro de nuestro equipo multidisciplinario debemos contar con nutriólogos. Nuestro trabajo es monitorear el requerimiento de la alimentación que necesita nuestro deportista, respecto a las calorías que va a gastar en determinada competencia”, indica el galeno.
Por ejemplo, explica que un futbolista que tiene que jugar un partido, requiere de, al menos, 3.000 calorías para tener un rendimiento óptimo, por lo que su dieta tiene que estar acorde con eso y entregarle entre 3.000 y 3.500 calorías e incluso un poco más.
“Nosotros coadyuvamos con la planeación de esta nutrición para que este número de calorías se cumpla y coordinamos con el nutricionista para que este haga un balance de lo que le va a dar en el desayuno, almuerzo para alcanzar ese balance calórico, además de que reciba los nutrientes necesarios”, agrega el médico del deporte.
Tecnologia
Salinas remarca que la medicina del deporte es una especialidad médica, ya que es un médico titulado, no un fisioterapeuta, no un nutricionista, no un enfermero, el que determina el tratamiento que deben seguir los pacientes y las técnicas que se utilizarán en ese tratamiento.
Estos tratamientos, en muchos casos, se valen de la tecnología para obtener mejores diagnósticos y ofrecer mejores resultados, como sensores cardíacos y de oxigenación, técnicas avanzadas de imagenología, entre otras.
“Nosotros empleamos bastante métodos para la evaluación morfofuncional del deportista, por ejemplo, hacemos una evaluación funcional mediante medios para ver el esfuerzo cardiorespiratorio, con elementos que están conectados a sensores cardíacos y de aire para ver el comportamiento cardiaco ante determinado estrés de ejercicio y cómo está reaccionando y como se están intercambiando los gases, cómo está el consumo de oxígeno máximo, cómo se aprovecha la oxigenación, todo eso mediante elementos tecnológicos de evaluación”, explica.
Asimismo, además de los elementos de evaluación, los médicos deportivos utilizan elementos de imagenología, rayos x, ecografía, resonancia magnética para definir diagnósticos muy precisos en cuanto a la patología del deportista.
“Aparte de los métodos de tratamiento conocidos, ahora tenemos otros métodos como las terapias bioregenerativas que se realizan con plasma rico en plaquetas, células madre y de la aplicación de medicamentos de última generación. También hacemos intervenciones imagenológicas con el uso de ultrasonido, dependiendo de las lesiones que tenga el deportista. Nosotros empleamos mucho la tecnología”, agrega.
Ética
El médico indica que, a pesar de su historia, la medicina deportiva no está muy extendida en Bolivia, ya que se cuentan con pocos profesionales especializados. Además, advierte que, en el país, existen personas que se hacen pasar por médicos deportivos sin contar con la especialización.
El galeno agrega que esto es poco ético y hasta peligroso, ya que éstos no se encuentran capacitados para brindar los tratamientos adecuados
“En cuanto a las relaciones éticas, éstas pueden ser entre colegas de la salud, por ejemplo, hay muchos fisioterapeutas que se hacen pasar por médicos deportivos y hacen tratamientos médicos a los deportistas. Nuestra función es obviamente precautelar la salud del deportista y coordinar con diferentes áreas, con fisioterapeutas, con enfermeras, médicos de otras especialidades para que esto no exista”, acota
Por otra parte, Salinas reconoce que muchas veces existe presión de representantes, clubes, entrenadores o los propios deportistas para acelerar los procesos de sanación, sin embargo, los médicos deportivos deben guiarse por el juramento hipocrático, que los obliga a poner la vida y la salud del paciente por encima de todo
“Nosotros tenemos un juramento, de defender la vida, sobre todo. La ética nos exige precautelar la salud del paciente y no podemos autorizar su alta si es que éste sigue lesionado hasta que no sea tratado y rehabilitado. Por eso mismo, la ética del médico del deporte está por encima de cualquier exigencia”, puntualiza.