Salvador Kalavera es un destacado artista boliviano que adoptó el muralismo como una forma de expresión artística de rebeldía y de protesta contra un sistema de producción artística del cual no se sentía parte. Trabaja junto a un grupo de jóvenes virtuosos y disruptivos.
“Empieza como una forma de rebeldía que nos ayudó a mí y otros jóvenes a mantenernos centrados en nuestros objetivos (…). Comenzamos pintando por la noche, de incógnito e “ilegal”, fue la forma de ir en contra del arte de un sistema del cual no nos sentíamos parte”, indica Kalavera. El artista participa de la primera muestra inmersiva de siete artistas bolivianos organizada por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, con motivo de la celebración de sus 30 años de vida.
Kalavera recuerda que empezó a pintar desde muy pequeño gracias al apoyo de su familia, que también son artistas. Con ellos puede compartir y experimentar procesos creativos particulares, a fin de lograr una retroalimentación crítica y positiva a su obra.
Concepto de un mural que no fue mural
El boceto de un mural que refleja la cotidianidad de la Sede de Gobierno, pintado por el artista Salvador Kalavera, cobra vida en la primera muestra inmersiva de artistas nacionales e internacionales. La presentación logró una excelente acogida en Santa Cruz de la Sierra y La Paz. Se apresta a deslumbrar a los cochabambinos a partir de este viernes, por el lapso de tres días.
Kalavera (nombre artístico) indica que su intención, al realizar un mural, es que la gente se identifique con la obra, que la vea y la sienta como parte de su día a día, cada vez que pasa cerca de la pared que la acoge.
“He tratado de juntar toda la cotidianidad de La Paz para hacer una obra completa y representativa de la ciudad, para que la gente se identifique al verla y aprecie cada uno de sus elementos como el majestuoso Illimani, la chola paceña, la ciudad y lo caótica que es o el teleférico, que lo puedes ver desde cualquier punto de la ciudad”, indica el muralista.
La ilustración fue trabajada por Kalavera en 2015 en el marco de una convocatoria de Mi Teleférico, para celebrar el primer año de funcionamiento de la Línea Roja. El original consiste en un mural de gran formato dentro de una de sus estaciones.
La ilustración intenta representar la riqueza del sincretismo cultural boliviano; el choque constante de culturas que existe en la ciudad, a través de elementos representativos como el Illimani y la chola, fusionados con el movimiento, los colores y las formas propias de esta nueva forma de representación artística: la inmersión. Además, mezcla dos polos opuestos, es decir una ilustración inerte con el movimiento de la animación.
“Lamentablemente no fue seleccionada. Y no pude pintarla en gran formato. Pero se fue hasta Italia a una exposición colectiva. Creo que el movimiento es parte representativa de esta ilustración”, indica el muralista.
Kalavera asegura que la técnica del mural, que es su especialidad, permite al artista tener contacto con su entorno y, al mismo tiempo, esperar que la ciudad y su gente se apropien de ella y la hagan parte suya; es decir que haya la fusión de dos mundos, de lo que es la ciudad y lo que es el imaginario de los jóvenes.
“El arte urbano me llevó a distintos lugares con perspectivas diferentes y experiencias enriquecedoras, como Estados Unidos, Italia y toda América Latina, pero principalmente me ha permitido realizar un viaje introspectivo, me ha hecho analizarme a mí mismo y a mi contexto (…)”, puntualiza.
Ver su obra en movimiento, como protagonista de la exposición inmersiva, es una experiencia única e inolvidable, porque como artista trata de plasmar el movimiento en sus obras, pero que, al final, siempre termina siendo una obra estática. Es una experiencia genial ver la obra con ese dinamismo.
Kalavera y su proyección a futuro
El muralista boliviano prevé crecer un poco más para tratar de sumar con sus actividades a la gestión cultural en el país y consolidar que el movimiento artístico, esté más abierto a recibir más gente, con renovados proyectos.
“Ése es mi objetivo más adelante. La idea es realizar más eventos para traer más artistas de todo el mundo a fin que la gente pueda tener otras experiencias y más visiones de otros lugares”, dice.
Este viernes, por el lapso de tres días, la muestra inmersiva abrirá sus puertas al público cochabambino en instalaciones de la sede de Unifranz en la capital de valle, ubicadas en la avenida Villarroel esquina calle Portales. Siete artistas presentan sus obras en el marco de la muestra.