La irrupción de las nuevas tecnologías en la industria, las comunicaciones, la salud o la educación no solo le está facilitando la vida a la gente, también le está dando mayor protagonismo en los procesos productivos y de comercialización de las marcas. El concepto de prosumidor es un claro ejemplo de ello.
El prosumidor puede entenderse como el usuario consumidor de cualquier bien o servicio que, además, lo produce o participa en su producción. “El consumidor está migrando a ser un prosumidor”, dice Delia Barriga, directora Ejecutiva del FabLab Perú, quien participa en el Futures Week 2023, organizado por Millenium Project y la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
El concepto de prosumidor hace referencia a los consumidores que se convierten en parte activa de la creación de productos de consumo y servicios de amplio impacto.
Hasta hace algunos años, el consumidor era una persona que iba a una tienda y decidía si compraba o no un producto o servicio. Hoy, la tecnología le permite a esa persona dejar de ser un consumidor pasivo para ser activo, con capacidad de elegir el diseño, co-diseñar el producto que desea, escoger los materiales e, inclusive, decidir cómo quiere que le sea entregado.
Si se entiende que esta dinámica es totalmente diferente, también tiene que ser totalmente diferente la manera de producir los bienes y servicios, según Barriga.
Prosumidor es un concepto que se acuñó en el ámbito de la economía en 1980, hace más de 40 años, por el futurólogo norteamericano Alvin Toffler, en su libro “La Tercera Ola”, al combinar las palabras productor y consumidor. Allí se definía el prosumidor como el consumidor que participa en el proceso productivo de los propios bienes o servicios comprados por él mismo.
“Además, el prosumidor es un agente de cambio, porque el producto no va a ser un producto masivo, estandarizado, como es el caso de la producción china, por ejemplo, sino va a ser un producto masivo personalizado, porque el consumidor lo personaliza a lo que desea o en función a sus necesidades”, indica Barriga.
La industria aun no entra a la era del prosumidor
Pese a todos los cambios en el mercado, a las empresas les está costando entender este nuevo concepto porque siguen enfrascadas en una lógica de producción masiva y estandarizada.
Para Barriga, si las empresas no entienden lo que ya está viniendo y el proceso de cambio que hay en el consumidor, se van a quedar atrás, ya que una de las características de la revolución industrial 4.0 es, precisamente, la personalización de los productos o servicios.
“Las industrias, como las conocemos, se van a achicar y van a dar paso a la fabricación distribuida; es decir, no se va a fabricar en un solo lugar, sino se va a fabricar en muchos lugares”, puntualiza la difusora de la ciencia y tecnología y activista por los derechos de la mujer peruana.
La moda es un claro ejemplo de este proceso, según Barriga. Por ejemplo, cuando una persona va a un evento, o una fiesta y se tropieza con una persona que tiene similar vestido, no le gusta. Sin embargo, sabe que esos vestidos son hechos de forma masiva y a gran escala y que siempre será posible que se encuentre a personas luciendo lo mismo que ella.
Por eso, las personas tienen tendencia a la personalización. “Los productos personalizados son muy frecuentes y tienen la gran oportunidad de sumarle tecnología y dar estos saltos cuánticos de la segunda a la tercera revolución industrial.
El prosumidor reúne algunas características que le dan, precisamente, la cualidad. Barriga menciona las siguientes:
- Tiene una mirada crítica y analítica
- Es una persona informada y con criterio propio
- Busca la excelencia
- Tiene los medios para producir o crear contenido de calidad aceptable
Diferencias entre un prosumidor y un consumidor
- El consumidor tiene presencia pasiva para la marca. El prosumidor se caracteriza por ser activo al contactar a la compañía y etiquetarla en sus publicaciones.
- Consumidor es cualquier persona que adquiere un artículo. Mientras que el prosumidor, además de comprar, lo prueba, realiza una valoración y la comparte por diferentes medios.
- Aunque un consumidor tiene opinión respecto a un producto o servicio, simplemente se la guarda. En tanto el prosumidor busca obtener los mejores beneficios de una marca.
- Un consumidor no tiene gran influencia en la imagen de una marca. Por el contrario, el prosumidor puede convertirse en un aliado de la marca.
- Un consumidor no piensa mucho para tomar su decisión de compra. En cambio, un prosumidor investiga y se informa a profundidad antes de adquirir un producto o servicio, compara precios, ventajas y desventajas.
- El consumidor no forma parte esencial de una estrategia de marketing. El prosumidor puede formar parte del marketing digital de una marca, al ser un colaborador voluntario o patrocinado.