“El gran desafío que tenemos las mujeres es visibilizarnos (…), dejar un impacto positivo donde estemos liderando. Eso es lo que nos hace crecer, alcanzar la prosperidad y emprender vuelo”. La afirmación corresponde a Verónica Ágreda de Pazos, rectora de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, y se produjo en el marco del segundo congreso internacional de liderazgo.
Según Ágreda, poco a poco la mujer ha ido ganando espacios laborales y ha asumido cargos de liderazgo no solo en las empresas sino en diferentes gremios. Para la rectora, el género no está en desventaja y debe trabajarse en la complementariedad entre hombres y mujeres.
La revolución digital transformó gran parte del ecosistema laboral. Las mujeres enfrentan tradicionalmente unas barreras impuestas por la sociedad machista (techo de cristal) y por el mismo género (techo de cemento). Es decir, que las mujeres no alcanzan puestos de liderazgo debido a los techos de cristal que le impiden ascender a cargos de dirección, pero también a otras barreras que ellas mismas se imponen.
“Si el hombre nos pone el techo de cristal, nosotras nos ponemos uno de cemento. Tenemos que derribar ese techo de cemento a partir del desarrollo de diferentes habilidades, como las digitales”, indica Ágreda.
La ponencia planteada por la académica propone “una mirada al estado del liderazgo femenino en Bolivia”. La expuso dentro del segundo congreso internacional de liderazgo que se desarrolló en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. En el evento participan importantes oradores nacionales e internacionales.
La brecha de la equidad se ha reducido
“Somos la mitad de la población. La humanidad tiene dos alas. Una es mujer y la otra es hombre. Hasta que no se hayan desarrollado de forma igual, y que hayan desarrollado las virtudes y capacidades necesarias, el ave no podrá volar”, dijo Ágreda.
Un reciente informe del Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés) resalta crecientes desigualdades en materia de trabajo o participación política. La pandemia de Covid-19 ha contribuido a ampliar esta brecha. El mismo informe considera que se requieren 132 años para cerrarla. Es decir, se prevé que el mundo tardará más de un siglo en alcanzar la paridad entre hombres y mujeres al ritmo actual.
El panorama, según ONU Mujeres, es más sombrío. Para esta entidad, se prevé que el mundo necesitará hasta 286 años, es decir, casi tres siglos, para alcanzar la ansiada paridad.
Al respecto, Ágreda sostiene que, más allá de las fechas contempladas, América Latina va bastante bien, porque esta brecha en los distintos campos se ha ido reduciendo, aunque a ritmos lentos.
“Para mí, hay esperanza (…), en América Latina estamos avanzando con respecto al resto del mundo. En temas de equidad de género, Bolivia, sorprendentemente, está sobre la media latinoamericana con un 73.4%”, indica.
Las mujeres tienen que luchar por la equidad
¿Queremos ver el vaso medio lleno o medio vacío? Se pregunta la rectora de Unifranz en relación a la búsqueda de más espacios de liderazgo para las mujeres. Por ejemplo, en el año 2000 había una sola mujer en la lista Fortune Global 500, un escalafón de las primeras 500 empresas del mundo medidas por los ingresos. Ahora son 50, es decir el 10% de las 500 empresas de Fortune, están lideradas actualmente por mujeres.
En Bolivia, la proporción es similar. El mismo 10% que hay a nivel global, con la diferencia de que en el país se tropieza con otra barrera. La visibilización de liderazgos femeninos es una tarea urgente.
“El Big Data no tiene en su radar a las mujeres líderes bolivianas. Por eso tenemos que visibilizarnos y hacer que el ChatGPT encuentre a estas maravillosas mujeres y lo que están haciendo para no solamente estar en este ranking, sino para también convertir a sus lugares de trabajo en los mejores lugares de trabajo”, dice la también CEO del Instituto de la Mujer y Empresa, IME.
¿Qué pasa en el mundo laboral?
El 80% de los hogares en el mundo están liderados por mujeres. En Bolivia hemos pasado del 68% al 75%. O sea que la brecha va decreciendo, en comparación con otros países de la región. Asimismo, en el ámbito educativo, hay más mujeres que terminan la secundaria que hombres y que se gradúan de la universidad. Lamentablemente, su inserción laboral no es proporcional.
Actualmente, el 70% de los emprendimientos económicos están liderados por mujeres, aunque 8 de cada 10 mujeres trabajan en la informalidad, sin seguro social y tampoco aportes para la jubilación. La equidad se hace, generalmente, una cuesta arriba para las mujeres porque, además de trabajar, deben seguir cuidando a los hijos. “No entendemos que tienen que ser roles compartidos (…). Hay que compartir el peso (…)”, destacó la rectora en su intervención.