Pik’ari: la mermelada de locoto que combina identidad, innovación y sostenibilidad

By Leny Chuquimia

En El Alto, una ciudad donde la cultura y la fuerza emprendedora laten con intensidad, Unifranz decidió transformar un sabor tradicional en una oportunidad de negocio sostenible. Así nació Pik’ari, una mermelada de locoto que reivindica la identidad boliviana y demuestra que la innovación también puede tener raíces.

“Pik’ari es cultura y tradición”, dice con orgullo Jhamil Frederick Chávez Quiroz, uno de los impulsores del proyecto. Su visión es clara, llevar el sabor del locoto más allá de la llajua, convirtiéndolo en una experiencia exótica capaz de posicionarse en el mercado nacional e incluso internacional. “Queremos que Pik’ari sea visto como una alternativa moderna, una propuesta que une lo nuestro con lo contemporáneo”, agrega.

Pik’ari es uno de los trabajos ganadores en las V Jornadas de Investigación de Unifranz, un espacio académico y colaborativo que promueve la generación, socialización y aplicación del conocimiento desde una perspectiva interdisciplinaria y con impacto social. Cada año, estudiantes, docentes e investigadores se reúnen para presentar proyectos, avances y resultados en áreas clave como salud, tecnología, educación, sostenibilidad, economía creativa y transformación digital.

El equipo está compuesto por Jhamil Frederick Chavez Quiroz, Jhudit Brenda Vasco Chino, Osmar Poma Jurado, Nathaly Wara Apaza Lazaro, Ericka Huanca Aruquipa, todos estudiantes de Ingeniería Comercial en Unifranz.

Un proyecto con propósito y estrategia

Pik’ari nació como un proyecto académico con un objetivo ambicioso: diseñar una estrategia comercial para introducir un producto innovador y sostenible en el mercado local. El plan de promoción expuesto ante un jurado calificador contempla:  campañas digitales, activaciones presenciales y alianzas estratégicas. 

Desde el principio, el grupo definió una misión y visión coherentes con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 12 y 13). Su propósito es ofrecer una mermelada natural, sin conservantes, que combine tradición e innovación, y que promueva el consumo responsable. 

Además, el proyecto apuesta por minimizar su huella ambiental: producción bajo pedido, reducción de residuos, promoción digital y uso limitado de papel. “Nuestro producto busca cuidar no solo la salud del consumidor, sino también la del planeta”, afirman los jóvenes.

La filosofía de sostenibilidad también se refleja en su enfoque operativo. Los insumos provienen de productores locales, principalmente de la comunidad de Colomi, Cochabamba, donde el cultivo de locoto es cinco veces más abundante que en La Paz, garantizando así una cadena de valor más justa y ecológica. 

Osmar Alejandro Poma Jurado detalla: “Investigamos dónde podíamos obtener materia prima de forma sostenible. Nos enfocamos en no dañar el medio ambiente”.

Un trabajo interdisciplinario

Pero el trabajo no queda en la estrategia de venta, detrás del trabajo hay todo un proceso de investigación interdisciplinario. No solo se trata de lo comercial, sino de la fórmula exacta para conseguir el sabor, textura y aroma, para lo que se acudió a estudiantes de otra de las carreras de Unifranz.

“Para esta parte del proceso trabajamos junto a los compañeros de Bioquímica y Farmacia. Ellos nos ayudaron no solo en la preparación de la mermelada, sino en lograr las combinaciones saludables con ingredientes como ajo, manzana o maracuyá”, relata Poma.

Así nacieron ocho variedades, de las que dos fueron elegidas como los productos especiales: la tradicional mermelada de locoto y la exótica mermelada de locoto y maracuyá.

El poder del sabor

Su propuesta sensorial es amplia y diversa: ocho variedades con diferentes texturas, niveles de picante y combinaciones de frutas, desde la versión tradicional hasta mezclas con maracuyá, manzana verde o ajo.

“Nuestra mermelada ofrece una experiencia nueva”, explica Ericka Huanca Aruquipa. “Algunas son más dulces, otras más picantes, y en ciertas versiones se pueden sentir pequeños trozos de locoto para realzar la textura. Queremos que los consumidores la usen no solo en el desayuno, sino también en platos fuertes, meriendas o recetas gourmet”.

El concepto rompe paradigmas sobre el consumo de mermeladas en Bolivia. En lugar de competir con productos industriales, Pik’ari apuesta por la autenticidad artesanal y el sabor local. Está planificado para utilizar maquinaria eficiente, pero conserva el toque manual en cada frasco, manteniendo el equilibrio entre productividad y artesanía.

Nathaly Wara Apaza Lázaro explica que, tras analizar el mercado, las variedades más prometedoras son la tradicional y la de maracuyá picante. “La de maracuyá tuvo una aceptación sobresaliente porque combina lo exótico con lo nacional. En nuestras encuestas, el 91.7% de los participantes afirmó que compraría Pik’ari. Ese dato confirmó que el producto tiene un potencial real en el mercado gourmet”, comenta.

Entre la idea y la empresa: una visión de futuro

Lo que empezó como un proyecto universitario se transformó en una iniciativa con bases empresariales sólidas. Con un análisis FODA detallado, el equipo identificó sus fortalezas —diferenciación del producto, personal capacitado y un modelo operativo flexible—, pero también sus desafíos: capital limitado, costos de producción elevados y la necesidad de posicionar una marca nueva en un mercado competitivo.

Sin embargo, las oportunidades superan las amenazas. La tendencia hacia productos saludables, la disponibilidad de materia prima local y el auge del comercio digital abren un panorama alentador. “La falta de recursos no es una excusa para la falta de resultados”, recuerdan inspirados por Peter Drucker, una de las citas que guió su estrategia.

El plan de negocio proyecta un crecimiento sostenido a cinco años, con ventas que podrían superar las 22.000 unidades para 2030, entre las versiones tradicional y maracuyá. Su estructura financiera muestra rentabilidad positiva tanto con capital propio como con financiamiento externo, demostrando que la sostenibilidad también puede ser rentable.

Jhudit Brenda Vasco Chino resalta que Pik’Ari se alinea con los principios de rentabilidad y responsabilidad. “Queremos que nuestra marca sea un referente de productos gourmet sostenibles, con impacto social y ambiental positivo. Trabajamos bajo los ODS 12 y 13 porque creemos que el futuro de los negocios está en producir de manera consciente.”

Un futuro prometedor

Pik’ari demuestra que la innovación puede surgir desde las aulas y trascender al mercado real. Es un emprendimiento que combina visión empresarial, sostenibilidad ambiental y orgullo nacional, con el potencial de convertirse en un referente dentro de la industria gourmet boliviana.

Porque más allá del picor y el dulzor, Pik’Ari es el sabor de una generación que apuesta por lo propio, con la mirada puesta en el futuro.

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *