Por Guiomara Calle
Tal parece que la neurociencia es tendencia, pues cada vez se acuñan más términos relacionados con esta ciencia que estudia cómo funciona el cerebro y su sistema nervioso para producir y regular emociones, pensamientos, conductas y funciones corporales.
Su transversalidad la hace atractiva para diferentes áreas y especialidades, como la educación, la medicina, el marketing y otros, que buscan conocer sus descubrimientos para alcanzar el éxito y fortalecerse.
Uno de los mayores campos de estudio de la neurociencia es la educación. Para James Robles, doctor en investigación científica, director adjunto del Instituto de Neurociencias y director de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, “el educador que no sabe cómo funciona el cerebro no podrá enseñar a sus estudiantes” porque desconoce uno de los más importantes descubrimientos de la denominada neuroeducación: hay muchas formas de aprender, no solo una, y todas están vinculadas a cómo funciona el cerebro del estudiante y los factores que dificultan o facilitan este proceso.
“El educador que sí conoce sobre neuroeducación, por ejemplo, sabrá cuántos de sus estudiantes usan el hemisferio derecho o el izquierdo, e incluso tendrán la capacidad de dar información adecuada según la opción metodológica más conveniente para el estudiante. No olvidemos que hay algunos que son más visuales, otros que son más auditivos; ellos harán ciertas actividades que mejorarán su rendimiento. La neuroeducación nos señala artes de enseñanza, como la neurodidáctica”, explica Robles.
Agrega que la neurociencia también está presente en la salud y esto con prioridad porque uno de sus principales objetivos es el bienestar de las personas. En esta área se habla de los neurobics (similar a aerobics) o la neuróbica, que es la gimnasia cerebral; se trata de un conjunto de ejercicios, problemas y rompecabezas mentales que mejoran el rendimiento del cerebro y evitan el desarrollo cognitivo.
La neurociencia descubrió que el cerebro produce neuronas a lo largo de toda la vida, sin embargo, el paso de los años, no dormir bien y el estrés pueden ser efectos negativos. Por ello, para ayudar al cerebro a mantenerse joven recomienda ejercicios mentales, que van desde el llenado de crucigramas hasta cambiar pequeñas rutinas; también es bueno escribir a mano, una práctica que va quedando atrás con el avance de la tecnología; recordar antes que buscar algún apunte o en la computadora; leer y realizar actividad física en espacios naturales.
Robles menciona, también, la aparición del neurobusiness y el neuromarketing. El primero estudia el cerebro desde una perspectiva empresarial y financiera para aportar teorías y conocimientos sobre cómo el cerebro toma decisiones en esta área, todo ello con el objetivo de mejorar los resultados de una empresa y optimizar las competencias; en tanto que el segundo analiza el proceso de la toma de decisiones de los consumidores antes de comprar, durante la compra y después de la compra.
“Hay ciencias que estudian sólo el funcionamiento, la estructura, la parte química y patológica del cerebro, pero la parte de cómo conquistar mejor al cerebro, cómo mejorar el aprendizaje del cerebro y su bienestar, solo por citar ciertos ejemplos, están siendo respondidas por estas nuevas especialidades. Todas las ciencias están mirando al cerebro para fortalecerse y eso lo trataremos pronto a profundidad en un evento internacional”, indica el académico.
La neurociencia aplicada, es decir la neurociencia de forma transversal en las diferentes áreas y profesiones, será base fundamental del VI Congreso Internacional de Neurociencia que organiza Unifranz a desarrollarse en la ciudad de Santa Cruz, del 11 al 13 de septiembre.
El evento reunirá a especialistas y ponentes de ocho países de talla nacional e internacional para conocer los últimos avances en el campo de la neurociencia.