Por Lily Zurita
En los últimos tiempos, el moho ha emergido como una preocupación creciente en hogares y espacios cerrados. Este intruso microscópico puede esconderse en rincones oscuros y húmedos, desencadenando problemas no sólo para la integridad de las estructuras, sino también para la salud de quienes habitan esos lugares.
Fuera del hogar, el moho juega un papel en la naturaleza al desintegrar materias orgánicas tales como los frutos o las hojas que han caído o los árboles muertos y puede crecer dentro del hogar cuando las esporas caen sobre superficies mojadas.
Las condiciones húmedas y cálidas favorecen el crecimiento del moho, como por ejemplo en alrededor de las filtraciones en techos, ventanas o tuberías, o donde hubo inundaciones. Crece bien en productos de papel y de madera, en cartón, y en los paneles del cielo raso. También puede crecer en el polvo, las pinturas, el empapelado, el material aislante, los paneles de yeso, las alfombras, las telas y los tapizados.
El moho es un tipo de hongo microscópico que se encuentra en el ambiente de manera natural, explica Patricia Avilés, directora de la carrera de Bioquímica y Farmacia de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“Pertenece al reino Fungi (uno de los grupos en que la biología clasifica a las formas de vida conocidas porque comparten características como la inmovilidad, la alimentación heterótrofa y ciertas estructuras celulares) y se reproduce a través de esporas que pueden dispersarse en el aire. El moho puede crecer en diversas superficies, especialmente en lugares húmedos o con altos niveles de humedad”, indica.
Este tipo de hongo encuentra su hábitat ideal en ambientes húmedos y oscuros. Las áreas propensas a fugas, filtraciones o condensación son terrenos fértiles para su desarrollo.
La presencia de moho se acelera en lugares con deficiente ventilación, poca exposición a la luz solar y altos niveles de humedad.
Según Avilés, las temperaturas moderadas y materiales orgánicos disponibles son tierra fértil para su crecimiento. “Es más común encontrar moho en lugares como baños, sótanos, cocinas, y áreas con filtraciones de agua o daños por inundaciones”.
Tipos de moho
Existen numerosas especies de moho, aunque algunas son más comunes que otras. Los géneros más frecuentes incluyen Aspergillus, Penicillium y Stachybotrys. Cada tipo de moho puede tener características específicas y potencialmente peligrosas.
El moho que representa un riesgo significativo para la salud humana es el Stachybotrys chartarum, comúnmente conocido como «moho negro». Este tipo de moho produce micotoxinas que pueden ser perjudiciales si se inhalan o entran en contacto con la piel.
Más que un problema estético
Más allá de su apariencia desagradable, el moho puede tener efectos perjudiciales para la salud. Las esporas liberadas por el moho pueden desencadenar reacciones alérgicas, irritación en los ojos, la piel y las vías respiratorias.
En casos más graves, que comprometen a personas con sistemas inmunológicos débiles, la exposición prolongada al moho puede llevar a problemas respiratorios más serios y alergias cutáneas.
Cómo evitar la proliferación del moho
- Ventilación de ambientes: hay que asegurar una buena circulación de aire en todas las áreas de la casa, abriendo las ventanas o usando ventiladores para permitir que el aire fresco circule.
- Control de la humedad: mediante el uso de deshumidificadores en espacios propensos a la humedad, como sótanos y baños.
- Reparación de fugas: actuar rápidamente ante cualquier filtración o daño estructural que pueda introducir humedad no deseada en el hogar.
- Limpieza regular: con el secado de cualquier superficie húmeda, especialmente después de derrames o eventos que impliquen agua.
- Luz solar: facilita la entrada de luz solar, ya que el moho tiene dificultades para prosperar en ambientes bien iluminados.
- Inspecciones periódicas: se debe realizar inspecciones regulares en áreas propensas al moho, como sótanos y áticos, para abordar cualquier problema en sus primeras etapas.
- Sellado de ventanas y puertas: las ventanas y puertas deben estar bien selladas para evitar la entrada de humedad.
Las familias deben evitar que el moho se instale al interior de sus casas, no sólo por un tema estético, sino para salvaguardar la salud y la integridad de los miembros del hogar. Al adoptar medidas preventivas y mantener una vigilancia constante, podemos crear entornos más saludables y resistir la invasión silenciosa del moho.
“Es fundamental abordar las fuentes de humedad y la presencia de moho en el hogar o en entornos cerrados. Además, aquellos con sistemas inmunológicos comprometidos o condiciones respiratorias preexistentes deben tener especial precaución y buscar asesoramiento médico si experimentan síntomas relacionados con la exposición al moho. La prevención y el control del moho son esenciales para mantener ambientes saludables y prevenir posibles problemas de salud”, puntualiza la académica.
La identificación específica de las especies de moho requiere análisis de laboratorio especializados. La académica recomienda realizar evaluaciones profesionales para determinar la naturaleza del problema y tomar medidas adecuadas para remediarlo. Además, la prevención de la humedad y la ventilación adecuada son pasos importantes para evitar el crecimiento de moho en interiores.