Los hábitos alimenticios de las nuevas generaciones, una oportunidad de oro para Bolivia

Los hábitos alimenticios de las nuevas generaciones, una oportunidad de oro para Bolivia

Por Manuel Fiolomeno

Las nuevas generaciones tienen nuevos hábitos de consumo, la alimentación saludable ha generado una gran demanda por alimentos con alto potencial nutricional y producidos de manera sostenible.

Los millenials y, sobre todo, los miembros de la generación Z están optando por una alimentación más saludable, la cual incluye “superalimentos” como la quinua, el amaranto, la cañahua, el tarwi y la maca, entre otros, los cuales son producidos principalmente en los países andinos, (Bolivia, Ecuador y Perú).

Según datos de Statista, el consumo de superalimentos y productos orgánicos seguirá subiendo en los próximos años, debido principalmente a un cambio en los hábitos alimenticios y a una fuerte promoción de los beneficios nutricionales de los granos andinos, frutas exóticas y otros productos.

Esto ha impulsado un crecimiento en las exportaciones globales. Datos del Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales (CIEN) de Perú, en 2023, reportan que el mercado global de granos y cereales alcanzó un valor de $us 65,574.9 millones, lo que representa un aumento del 15.9% respecto al año anterior. Entre los principales compradores, destaca China, que concentra el 11% del valor total de las compras, equivalente a $us 7,227.9 millones. Le siguen Japón con $us 5,888.4 millones y Corea del Sur con $us 4,332.1 millones.

El mayor exportador de estos granos, Perú, registró, por ejemplo, un crecimiento del 12.3% en 2023, alcanzando los $us 130.6 millones, superando las cifras pre-pandemia. La quinua continúa liderando las exportaciones (76.1%), pero la diversificación de la oferta con productos como el maíz gigante, chía y el amaranto demuestra el potencial de otros granos andinos en los mercados internacionales.

Este auge también ha beneficiado a Bolivia directamente, ya que, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el valor de las ventas de quinua al mercado externo durante el primer trimestre de este año se incrementó en 56,6%, pasando de $us 10,5 millones durante los primeros tres meses de 2023, en comparación con los $us 16,5 millones vendidos de enero a marzo de 2024.

En cuanto al volumen, las exportaciones han tenido un modesto crecimiento de 5,7% entre enero y marzo de este año con relación a similar período de 2023, al haber pasado de 5.397 toneladas a 5.704 toneladas.

Potencial

“La venta de granos andinos, como la quinua, la cañahua y el amaranto, tiene un enorme potencial para Bolivia, especialmente en un momento en que estos productos están ganando popularidad a nivel global por sus beneficios nutricionales y su carácter sostenible. Este auge en la demanda ofrece una oportunidad única para que Bolivia fortalezca su economía a través de la exportación de estos superalimentos”, expresa Carlos Molina, director de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

De acuerdo con el experto, aprovechar este boom significa mejorar las cadenas de producción y comercialización, garantizar la calidad del producto, y establecer relaciones comerciales sólidas con mercados internacionales. 

“Además, se podría incentivar la diversificación de la producción de otros granos andinos menos conocidos, pero igualmente valiosos, ampliando así la oferta y la capacidad exportadora del país, también se puede aprovechar los contactos con clientes actuales que ya conocen la calidad de los productos”, explica.

Por su parte, el presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Pablo Camacho, señala que el auge de los superalimentos y los granos andinos representa una oportunidad de oro para Bolivia, sin embargo, ésta no podrá ser aprovechada a cabalidad mientras no se cuente con reglas claras y un marco jurídico apropiado para las inversiones, nacionales e internacionales en el campo.

“Tenemos un potencial enorme en el tema de los granos como la quinua, el amaranto o la cañahua; sin embargo, tenemos un problema con la falta de inversión y es que no tenemos seguridad jurídica que pueda garantizar las inversiones necesarias para que las microempresas que se dedican a este rubro puedan crecer. Es necesario que se realicen los esfuerzos necesarios, desde el Estado y desde el sector privado, para solucionar este problema”, expresa Camacho.

Además, ambos expertos coinciden que para aprovechar esta tendencia en el mercado internacional es importante que Bolivia trabaje en la certificación orgánica y en la promoción de estos productos en ferias internacionales, destacando sus cualidades únicas. 

“También es crucial apoyar a los pequeños productores y comunidades rurales que cultivan estos granos, asegurando que se beneficien directamente de esta demanda global creciente, mediante políticas de incentivos para que estos productores puedan empezar a crecer y desarrollar nuevas tecnologías”, finaliza Molina.

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