La crisis por la pandemia desnudó una serie de falencias en el sistema educativo, que hasta 2020 no se habían advertido y evidenció que, en ese momento, la única manera de acceder a la educación era a través de las nuevas tecnologías.
Esta disrupción tecnológica llevó a descubrir el mágico mundo de los FabLabs, espacios donde se puede construir casi todo, a partir de herramientas digitales y tecnológicas y donde palabras como crear, jugar, soñar, innovar, voluntad, actuar son parte de su día a día.
¿Qué es un fablab?
El FabLab o laboratorio de fabricación es un espacio donde confluyen ciencia y tecnología para crear productos inimaginables y donde comunidades de makers (niños, artistas, diseñadores, artesanos, empresarios) hacen realidad sus ideas a partir de la fabricación digital.
Inspirar y capacitar a las personas para diseñar y fabricar lo que se puede comprar en tiendas es su fuente de inspiración para cambiar la mentalidad del individuo de consumos a un individuo fabricante (maker), empoderando así a las personas.
Elementos que caracterizan a un FabLab
Los FabLabs cuentan con tres elementos esenciales:
- La comunidad maker: personas que aprenden a través de lo que hacen de forma colaborativa, que se han habituado a resolver problemas de todo tipo y disfrutan con ello. Un FabLab sin una comunidad maker que cree e innove solo es un laboratorio más
- Los fabers: personas que hacen o fábrica; que se distinguen del resto por su capacidad de controlar el entorno a través de herramientas. Son las personas que guían el trabajo creativo de los makers.
- Herramientas digitales: Un FabLab completo cuenta con maquinaria con tecnología de punta: impresoras 3D, cortadoras CNC, cortadora láser, impresoras de resina, máquinas para realizar microcontroladores con microelectrónica, área de realidad virtual, entre otros.
Grupos que se benefician con un FabLab
Jorge Pazos, responsable del FabLab Santa Cruz, indica que los FabLabs están, principalmente, dirigidos a makers, colegiales, emprendedores y universitarios, sin límite de edad, pero con mucha voluntad de crear.
“Basta que sepan leer y escribir para acceder a los talleres de programación robótica”, puntualiza Pazos, a tiempo de agrupar a los beneficiarios en:
- Empreendedores, que son los profesionales que pueden desarrollar prototipos de sus productos.
- Comunidad maker, que son los adolescentes y jóvenes que aprenden a desarrollar talleres para sus cursos, para completar sus carreras profesionales o su currículo universitario.
- Alumnos de colegios, que logran acceso a todo lo que es robótica, Arduino y también máquinas de última generación.
¿Qué proyectos se desarrollan en un FabLab?
En un FabLab se puede diseñar en 3D y fabricar de todo, integrando electrónica con microcontroladores como Arduino, tales como prótesis, joyas, adornos, caretas, piezas mecánicas, prendas de vestir, muebles y más.
El FabLab es un lugar donde la imaginación y creatividad rompen todos los límites.
Impacto de los FabLabs
Los FabLabs permiten desarrollar comunidades tanto de alumnos como de emprendedores para buscar soluciones a los problemas que aquejan a la sociedad.
Su impacto se enfoca a la resolución de crisis sociales y desafíos que permiten avanzar en el desarrollo de cada país a partir del espíritu creativo de niños y jóvenes que dan libre curso a su imaginación, creando proyectos que antes solo eran accesibles a las grandes empresas.
Por qué los FabLabs nacen dentro de la academia
Grecia Bello, del FabLab Santa Cruz, sostiene que estos espacios son sinónimo de progreso, ingenio y desarrollo no sólo a nivel personal sino también para la economía nacional. En estos espacios es donde nace nueva tecnología, soluciones que aportan a la sociedad y que ése, precisamente, es uno de los roles de la academia.
En ese marco, la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, creó el FabLab Santa Cruz para que miles de jóvenes empiecen a soñar y crear de la mano de tecnólogos, diseñadores, innovadores, programadores y académicos.
Estos espacios de innovación, creatividad y tecnología tienen la misión de ser una red global de laboratorios locales, con acceso a software y hardware abiertos, que favorezcan la creatividad a partir del acceso universal a herramientas digitales, porque en este nuevo siglo hay nuevas formas de aprender y enseñar.