Una ola de calor afecta a los bolivianos desde hace varios días. Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), cinco ciudades del país han superado la pasada semana registros históricos de hace más de 20 años.
La expansión urbana –priorizando el cemento– y el aumento de la población trajo a la par altos niveles de contaminación, falta de espacios verdes, la degradación del medio ambiente y como consecuencia el calentamiento global que provoca el cambio climático.
Frente a ese escenario surgen tendencias que buscan contrarrestar el impacto de la actividad humana en los núcleos urbanos, creando infraestructuras que apuestan por ambientes naturales para uso recreativo que puedan ayudar a mejorar la sostenibilidad urbana como los llamados corredores verdes.
El caso más emblemático es del de Medellín, la segunda ciudad más grande de Colombia, que implementó desde el 2016 su programa de «corredores verdes» para contrarrestar los altos niveles de contaminación del aire y el aumento del calor.
La implementación de este tipo de espacios en las principales ciudades del país podría mejorar significativamente la calidad de vida de la gente, coinciden urbanistas, quienes resaltan que deben responder a planes maestros de desarrollo urbano que identifiquen en qué sectores específicos se pueden realizar este tipo de intervenciones.
“En el caso de La Paz es posible habilitar corredores verdes. Por ejemplo, un Plan Maestro debería determinar cuáles son las vías principales donde se pueda incorporar estos corredores verdes”, dice Álvaro Viaña, urbanista y exsecretario de Planificación para el Desarrollo de la Alcaldía de La Paz.
La construcción de mobiliario urbano en las avenidas, que incorpore vegetación, podría permitir la descontaminación del ambiente y de las emisiones de CO2 de los automóviles. También se puede encarar la peatonalización de algunas vías, es decir, ceder el espacio público para los peatones.
“En el centro paceño, por ejemplo, se podrían generar corredores verdes que confluyan en el Parque Urbano Central (PUC), como para que la gente siga un recorrido verde (…). Se puede pensar en ese tipo de intervenciones y también se puede recuperar espacios que en nuestra ciudad no los visibilizamos, pero que podrían funcionar muy bien como corredores verdes”, dice Viaña.
En tanto, Nataly Dorado, urbanista y docente de la carrera de Arquitectura de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, cree que es posible habilitar estos corredores en la capital oriental como potenciador de interacción social, dada su diversa vegetación e infraestructura pública, de anillos y áreas de equipamientos distritales y de unidades vecinales ya que las áreas verdes son pulmones para las ciudades.
“Todos estos elementos, pueden ser claves a la hora de habilitar los corredores verdes pues permitirían conectar todos estos espacios e integrarlos con el centro histórico, como parte de los recorridos urbanos, ya que en la actualidad se encuentran desarticulados y aislados unos de otros”, dice la docente.
Los corredores verdes son elementos conectores de áreas centrales dentro de las ciudades, que, en algunos casos, tienen características específicas en aspectos de movilidad, como líneas troncales de transporte masivo, alta cantidad de flujo vehicular y densidad comercial y de servicios.
“Su desarrollo no afecta a los sistemas de transporte existentes dentro de las ciudades; sin embargo, tienen una relación directa con ellos, pues en este proceso de desarrollo de los corredores verdes se debe aprovechar la disponibilidad de terrenos baldíos existentes”, apunta Dorado.
Este tipo de espacios pueden tener diferentes funciones, tales como: sendas peatonales, ejes de transporte público masivo, tránsito vehicular, ciclovías o áreas de vegetación, entre otros.
La urbanista asegura que también se puede atender necesidades específicas de los ciudadanos, identificando las áreas verdes como un gran componente para el esparcimiento, la recreación y el deporte y, por otra parte, el resto de equipamiento urbano podría utilizarse para salud, educación, asistencia social o el abasto.
“Es importante entender que estos lineamientos deben estar basados en los Proyecto para Espacios Públicos (PPS por sus siglas en inglés), que recomienda la estrategia de las ‘10 o más’, lo que significa establecer 10 espacios o características a escala para lograr corredores urbanos exitosos. Por ejemplo, a escala de ciudad crear 10 o más grandes destinos, dentro de cada destino crear 10 o más lugares clave, dentro de cada lugar clave crear 10 o más actividades”, sostiene la arquitecta.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) prevé que para 2050, un 68% de la población mundial vivirá en las ciudades, es decir más de 6.600 millones de personas estarán concentradas en las megaurbes, con el consiguiente incremento de la contaminación y la aceleración del cambio climático.
Este pronóstico lleva a reflexionar en torno a la necesidad de una reconducción en la planificación urbana en la región.
En esa línea, la ciudad de Medellín con la implementación de los corredores verdes logró el retorno de algunos animales silvestres (aves) a su centro histórico y la reducción de la temperatura hasta en 2°C, según datos proporcionados por su Alcaldía.
Beneficios de los corredores verdes para las ciudades
Los corredores verdes brindan varios beneficios a los habitantes de una urbe. Por ejemplo, densifican y concentran las ciudades para evitar la expansión de las mismas y logran que las calles dejen de ser únicamente vías de transporte y se vuelvan lugares de encuentro.
“En estos espacios de encuentro, los automóviles pierden totalmente su jerarquía frente a los peatones, los ciclistas y el transporte público, de manera que el espacio pueda ser compartido y apropiado por los ciudadanos”, explica Dorado.
También se vuelven en lugares atractivos (no necesariamente en la estética), motivando a las personas a acudir a las mismas como espacio de dispersión y sociabilización; además, brindan seguridad, ya que el verde reduce la delincuencia y la vegetación ayuda a las personas a relajarse y ser menos agresivas
El contacto con la naturaleza ayuda a crear la sensación de bienestar en las personas dándoles salud física y psicológica. También sirven como hábitat para animales silvestres como las aves, ayudan a reducir riesgos naturales, como las inundaciones y reducen contaminantes tanto del aire, como del suelo y del agua, entre otros beneficios.