El Metaverso, más allá de los videojuegos, las redes sociales o el entretenimiento, está revolucionando el cotidiano vivir de la gente, particularmente de los jóvenes, dándoles la posibilidad de sentir experiencias únicas o aprovechar herramientas relacionadas con la salud, la educación, la ingeniería, la arquitectura o el urbanismo, entre otros.
También, está creando espacios virtuales donde las personas pueden reunirse y compartir sin importar limitaciones espaciales. Las posibilidades son infinitas y van desde intercambiar conocimientos, democratizar el arte o, incluso, el activismo político.
“El metaverso es como una realidad alternativa. Es amplio. La posibilidad es que lo podamos aplicar en diferentes contextos. Obvio, en educación tiene un potencial amplísimo”, indica Guillermo Gándara, investigar prospectivista y profesor titular del Tecnológico de Monterrey, quien participó en la sexta versión del Futures Week (la semana del futuro), que se desarrolló en las ciudades de Santa Cruz y La Paz, organizado por el Nodo Bolivia del Millennium Project y la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Con sus luces y sombras, la pandemia fue la oportunidad ideal para coincidir virtualmente a alumnos y profesores como si estuvieran en el salón de clases. Gándara asegura que hay diversas dinámicas educativas que se pueden generar dentro del metaverso.
Sostenibles e incluyentes, así deben ser las ciudades del futuro
Una ciudad puede llevarse al Metaverso. De hecho, hay aplicaciones gratuitas, como Minecraft, un video juego de construcción de tipo ‘mundo abierto’, donde ya se pueden construir por bloques, edificios o tramos de carretera.
Lo interesante es que también permite hacer simulaciones ya que sus funciones son, prácticamente, similares a la vida real. “Por ejemplo, antes de tomar una política pública de urbanización de un nuevo suelo en la ciudad, se pueden evaluar las consecuencias de ello, la carga o la huella ecológica de la que tanto hemos hablado en el Futures Week 2023”, puntualiza Gándara.
En concordancia con ONU Hábitat, el investigador manifiesta que el desafío actual para los planificadores urbanos es lograr ciudades sostenibles, incluyentes e inteligentes, donde se reduzcan las huellas de carbono, energéticas e hídricas y “podamos convivir con la biodiversidad que navega junto con nosotros en la Tierra”.
Rol de los jóvenes
Los jóvenes no sólo son el futuro del planeta sino también son el presente. En ese marco han asumido, no solo un compromiso con las futuras generaciones, sino un rol innovador para evitar el colapso del planeta como consecuencia del cambio climático cuyos efectos están causando estragos, con sequías extremas, disminución de la biodiversidad o inundaciones con millones de afectados, no solo en países en vías de desarrollo sino, principalmente, en las grandes potencias mundiales.
Para Gándara, tanto en el Metaverso como en la realidad, las herramientas digitales permiten la reflexión y la generación de conciencia en los jóvenes respecto a estos desafíos. Su naturaleza activa, propositiva, transformadora, creativa y tecnológica les permite la búsqueda de soluciones disruptivas a estos grandes problemas que aquejan a la humanidad.
Los países, las regiones y las ciudades necesitan políticas públicas articuladas, a nivel local, regional y, por qué no decirlo, global. “Los jóvenes también deben formarse como tomadores de decisión para ejercer un rol de cambio a futuro, ya sea en el sector privado, en el sector público o en el sector ciudadano.
Los FabLabs, laboratorios de co-creación de ideas y prototipos, son espacios ideales para los jóvenes ya que les están permitiendo pasar a la acción de manera creativa e instantánea. Para Gándara, “el FabLab tiene la capacidad para que, junto a un equipo interdisciplinario, se pueda abordar una problemática y, ahí mismo, con tus manos, empezar a trabajar en el diseño y en los prototipos para resolver estos grandes retos de la humanidad”.