Por Lily Zurita
Las aulas universitarias son testigo fieles del trabajo docente. En carreras como derecho o ciencias jurídicas, los profesionales de la educación insisten en la relevancia del “ser” y del “deber ser”. Ambas se vinculan con los valores éticos y morales que guían las acciones de las personas dentro de la comunidad.
En el ámbito ético, el “ser” es la forma de actuar de una persona dentro de la sociedad, es decir sus éxitos, fracasos o su interacción con el resto de los individuos. En tanto, “el deber ser” son las normas que determinan si esos sus actos son correctos o no.
Ruth Torrez, abogada y docente de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, asegura que la ética es de vital importancia para el ejercicio del Derecho. De forma transversal, estos contenidos se avanzan en la etapa de formación profesional.
“No sólo se trata de hablar de ética y de lo que tienes que ser. En el Derecho tenemos dos esferas: el ser y el deber ser. El ‘ser’ es lo que pasa en la realidad y ‘el deber ser’ es lo que nos marca el Derecho como una ciencia jurídica”, señala. La abogada participó en un conversatorio organizado por Unifranz en relación a la crisis en el Poder Judicial y la necesidad de reformarla estructuralmente.
Percepción sobre corrupción refleja crisis de valores éticos
El Índice de Percepción de la Corrupción 2022 a nivel mundial sitúa a Bolivia con 69 puntos en una escala que oscila entre 0 y 100. La tabla califica con un puntaje más alto a los países que evidencias mayor corrupción. El ranking está liderado por Dinamarca con un valor de 10 (menos corrupto) y el último lugar lo ocupa Somalia con 88 puntos (más corrupto).
Esta percepción sobre corrupción coincide con el criterio generalizado respecto a la profundización de la crisis en el Poder Judicial boliviano. Abogados y litigantes cuestionan la falta de capacidad de los administradores de justicia y el aumento de la impunidad, la corrupción y la pérdida de valores éticos.
El abogado y docente de Unifranz, Paul Coca, considera que el sistema judicial está “bastante mal”. Las nuevas generaciones de abogados están tropezando con un sistema judicial burocrático y corrupto. El académico observa una oportunidad para que los nuevos profesionales sean protagonistas de un verdadero cambio en la administración de justicia.
“A los estudiantes se les está enseñando lo que es la ética, el cómo estar formados para ocupar los cargos judiciales el día de mañana (…). El problema es que el estudiante sale con criterios y valores formados, pero se choca con un muro que es la administración de justicia (…).
Por su parte, Torrez espera que los futuros profesionales abogados tomen conciencia sobre las consecuencias de un accionar poco ético, involucrándose en acciones alejadas de la norma y la ética profesional.
La ética es una rama de la filosofía relacionada con la naturaleza del juicio moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir y que reflexiona sobre lo que es correcto o incorrecto. Surge como consecuencia de una justificación racional de lo que consideramos bueno o malo, con la necesidad de profundizar, argumentar y escuchar a los demás para construir una moral o ética autónoma.
La esperanza está en los nuevos profesionales
El sistema judicial –según Torrez– está completamente contaminado. Muchas veces jueces, abogados y litigantes se ven obligados a entrar al sistema para que “les salgan las cosas”.
“La justicia en el país ha tocado fondo desde hace tiempo, de ahí que es necesario los espacios académicos para realizar análisis profundos. No solo se trata de criticar sino de generar alguna propuesta alternativa de cambio que ayudarán paulatinamente a mejorar algunos aspectos que están mal”, puntualiza.
Al igual que otros expertos, la jurista considera que en los nuevos profesionales y en los estudiantes que todavía se forman en aulas universitarias está la esperanza para la transformación de la justicia en el país.
“En las universidades tenemos que procurar hablar de ética y valores de forma permanente, pero también mucho tiene que ver la formación que tenemos como personas”, concluye Torrez.