Por Carlos Dabdoub Arrien, Director INU y Vicerrector de UNIFRANZ Santa Cruz.
La alianza entre la Universidad Franz Tamayo, UNIFRANZ y Virtual Educa, además de ser valiosa en el propósito que le anima a nuestra alma mater cuál es la de re-imaginar la educación y alcanzar hacia el año 2030 su transformación ha dado lugar a los Foros internacionales de Educación Superior que se han convertido en espacios de diálogo, reflexión y colaboración, conformados por todos los actores del sistema educativo, junto a expertos y educadores de nuestro país, de Europa, América Latina y el Caribe.
Los avances científicos de los últimos años, sumados a la nueva realidad condicionada por la pandemia del Coronavirus, han llevado a las universidades a realizar cambios que podrían haber sido impensables en otros momentos. En uno de estos foros, José Eduardo Castillo de la Universidad 2030, nos decía que prácticamente habíamos saltado de la Escuela 2.0, que integraba tibiamente la nueva tecnología del aprendizaje a la Educación 4.0, donde el contenido es libre, de rápido acceso, seleccionado por el propio estudiante “a necesidad”, y que hoy por hoy corresponden a la generación Z o Centennials. Todo ello se puede definir en una sola palabra: autonomía.
En esta línea de re-imaginar la educación, Lluís Pastor, Director del Elearn Center de la Universitat Oberta de Catalunya nos recrea con lo que él llama los “Superpoderes” de algunas universidades del sistema universitario actual. Puede ser el caso de Minerva University (EUA), donde sus estudiantes se educan en varias ciudades del mundo, a medida que avanzan en sus estudios. Su propósito es convertirse en profesionales o ciudadanos de clase internacional.
Otro ejemplo son aquellos centros donde se aprende ya sea creando una iniciativa o empresa propia. La Universidad Kaospilot (Dinamarca) y la École 42 (Francia) de programación informática, no tienen profesores, libros ni asignaturas. Trabajan resolviendo problemas hasta alcanzar la cúspide de una pirámide que tiene 21 pisos o grados. En la Universidad Hyper Island (Suecia), sus alumnos trabajan en grupos, planteándose retos y proyectos, que luego son evaluados por expertos. También hay centros universitarios cuyos programas de aprendizaje se basan en investigaciones científicas y tecnológicas, más allá de las fronteras del saber. Son las “Exploradoras del conocimiento” que buscan transformar el mundo. Un ejemplo es Singularity University (EUA). En otros sitios ya no son los docentes los decisores del plan de estudios de los estudiantes, son ellos los que eligen los cursos que le servirán para generar su propio perfil profesional (Illinois University). El caso de Mondragón (España) es singular porque el estudiante aprende mientras crea su propia empresa. Lo hace mediante trabajos cooperativos (saber haciendo).
Para llevar a efecto la transformación de la educación, José Eduardo Castillo postula cinco pasos: 1) Inspirar y soñar para terminar en una estrategia; 2) Adecuar la cultura y los valores de la empresa a las exigencias del cambio; 3) Escuchar a los usuarios para saber qué necesitan: 4) Desarrollar una mentalidad digital y 5) Usar la DATA, que nos va a “inspirar a conseguir lo que creímos imposible”. Pastor propone aplicar la “Doble E”: Estrategia (siguiendo la misión y visión de la institución) + Estudiante (saber qué alumnos tenemos, qué piensan y qué profesionales queremos). Esto está ocurriendo ahora. Es momento de re-imaginar la educación para mejorar el mundo.
El documento es parte del editorial de la revista Neurociencia Neuroeducación, edición número 15, del Instituto de Neurociencia Unifranz parte del Centro de Pensamiento Estratégico de nuestra universidad.