Hace 50 años, los robots aparecían en las pantallas cinematográficas. Nada hacía pensar que años después, esas mismas máquinas estarían dirigiendo audiencias o dictando sentencias. Hoy la inteligencia artificial ha hecho posible lo inimaginable.
No hace mucho, China anunciaba que había creado un juez dotado de inteligencia artificial, elprimero de su clase en el mundo. Según las noticias generadas en ese país, este “juez robot de Shanghai Pudong dicta un 97% de decisiones correctas tras escuchar los argumentos verbales, y su uso masivo serviría para reducir la carga de trabajo en los juzgados”, recoge el vertical tecnológico Betech perteneciente al grupo Prisa.
A finales del 2022, Argentina reflexionaba sobre esta misma posibilidad en una actividad titulada «Juez robot: retos de la justicia penal frente a la inteligencia artificial”, organizada por la Asociación Argentina de Profesores y Profesoras de Derecho Penal.
“Sin lugar a dudas, la disrupción que imponen los algoritmos predictivos en la automatización de decisiones mediante la inteligencia artificial, sobre todo en el plano judicial penal, merece todo nuestro análisis”, indicaba Alejandro W. Slokar en ese evento.
La Inteligencia Artificial (IA) es tendencia global; sin embargo, su uso en Bolivia en espacios como el Derecho aún es lenta.
El director de la carrera de Derecho de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Alberto Salamanca Kacic, se refiere a la utilización de la IA en el país. Por el momento, afirma, tiene una presencia imperceptible.
“En nuestro país, todavía es mínimo, sin embargo, hay países como Estonia o China que han revolucionado el uso de la inteligencia artificial, generando robots que resuelven casos, robots jueces que se encargan de resolver casos penales, casos comerciales e inclusive civiles”, dice Salamanca.
En Estados Unidos hace poco más de dos semanas, se ha dado a conocer el uso de la inteligencia artificial para la resolución de causas como abogados de distintos clientes, son robots los que ya están fungiendo como abogados.
Generalmente, los robots se encargan de juzgar causas comerciales y las resoluciones que ellos emiten son precisamente para sancionar a aquella persona que ha quedado con deuda y no ha cumplido compromisos. Los jueces robots emiten la sanción correspondiente reteniendo la propiedad que quedó en garantía, estableciendo las multas y los distintos parámetros de lo que viene a ser materia comercial.
“En materia comercial no existe cárcel por deudas en la mayor parte de las legislaciones, de tal manera que la sanción va a ser siempre la multa o la mora por no pago de los créditos”, agrega el director de Derecho de Unifranz.
Otro experto argentino, Mario Caterini, afirma que en el ámbito jurídico, este tipo de decisión automatizada, no busca limitar el proceso mental que lleva a cabo el intérprete, sino que a partir decorrelaciones entre palabras y otros parámetros, elabora modelos derivados de precedentes jurisprudenciales para definir soluciones capaces de resolver el caso concreto.
“El algoritmo de razonamiento no puede desarrollar una argumentación jurídica como lo hace la mente humana, sino que sólo podría reemplazar al juez en la preparación de una decisión basada en la elaboración de precedentes jurisprudenciales”, puntualiza.
Por lo pronto, en la justicia boliviana se tiene en la administración de justicia distintos softwares (informática jurídica) sobre programas a través de los cuales se informa sobre el desarrollo y evolución de un proceso penal o civil.
El Ministerio Publico, es decir, la Fiscalía también tiene un sistema informático (justicia libre) que permite informar a los abogados y a las partes dentro de un proceso, que se están aplicando en la administración de justicia en Bolivia.
“Lo que está fallando es que todos estos sistemas informáticos no están integrados, todos ellos deberían estar pensados en una sola tecnología, por ejemplo, Blockchain u otra forma de interrelación de la información o de las distintas bases de datos. Eso es lo que está fallando en nuestro medio”, puntualiza el jurista.