Ruddel Calisaya llegó a Santa Cruz con un objetivo claro: fabricar la primera impresora 3D de uso industrial en Bolivia. El cochabambino sintió atracción por la tecnología desde pequeño y con la colaboración de otros creadores cumplió su sueño en el Fab Lab Santa Cruz y acaba de vender su creación a una de las imprentas más grandes del país.
“Hemos creado para Bolivia la primera impresora 3D de uso industrial, eso nos llena de orgullo porque generamos nuevas oportunidades para los productores nacionales. El trabajo colaborativo entre el Fab Lab Santa Cruz y Pro-Cam dio como resultado una moderna impresora que dotará de material didáctico a estudiantes de 50 colegios en el departamento cruceño”, resaltó Calisaya.
El joven es especialista en electromecánica industrial y, junto a su hermano mayor, comenzó un emprendimiento llamado Pro-Cam, una empresa destinada a la fabricación de maquinaria con tecnología CNC (Control Numérico por Computadora) capaz de medir, automatizar y controlar los procesos de fabricación. De esta manera, una labor que tendrían que ejecutar varios operarios lo puede llevar la máquina de forma autónoma gracias a esta tecnología.
El Fab Lab Santa Cruz es un centro de producción digital, investigación y educación que tiene el objetivo de impulsar la creatividad, innovación y lograr que todas las ideas se plasmen en realidad. La Universidad Franz Tamayo, Unifranz, apuesta por este emprendimiento con el objetivo de empoderar a niños, jóvenes y emprendedores de todas las edades para trabajar de forma colaborativa con fábricas digitales de todo el mundo.
Creación de innovadora herramientas
El proceso de creación inició con la fabricación de un prototipo que pasó por un riguroso análisis de funcionamiento y, posteriormente, se fabricó la impresora oficial con todas las mejoras recomendadas y una capacidad de impresión de mayor amplitud de hasta 50 x 50 x 50 cm.
“Esta innovadora herramienta permite imprimir con una precisión de 0.005 con fibra de carbono, biocompatibles (material que reemplaza parte de un sistema vivo o funciona directo con un tejido vivo), ABS (plástico liviano) y PLA (termoplástico que se obtiene a partir de la fermentación de vegetales). Está diseñada con un software denominado Klipper para elaborar desde estructuras de casas hasta prótesis ortopédicas, generando un impacto positivo en la sociedad”, destacó el creador.
Otra de las novedades que presenta la impresora es el uso que se le puede dar a distancia, puesto que cuenta con una aplicación que permite trabajar y monitorear la impresión de los productos de manera remota. La aplicación se la puede vincular a celulares y computadoras para operar la impresora desde cualquier parte del mundo.
“Desarrollar este tipo de tecnologías es muy emocionante porque no tiene límites, uno nunca sabe hasta dónde más puede llegar. Cuando vi por primera vez una de estas máquinas me pregunté si era posible fabricar un equipo así en Bolivia, ahora soy yo quien ha fabricando la primera impresora 3D en el país, esto me llena increíblemente el corazón viendo hasta dónde estoy llegando”, expresó emocionado el joven disruptivo.
Un espacio para hacer de los sueños, una realidad
El Fab Lab abre sus puertas a distintos profesionales y estudiantes sin importar la especialidad que tengan o la institución de la que vengan. Juntos desarrollan nuevas tecnologías e ideas que dan soluciones a problemáticas que se viven actualmente en el mundo.
“El Fab Lab es un espacio en el que aprendemos y enseñamos al mismo tiempo y esa es la idea: compartir el conocimiento. Esto nos ayuda a los bolivianos a crecer y hacer realidad nuestros emprendimientos. La tecnología avanza cada vez más y debemos aprovecharla a nuestro favor”, concluyó.
Este laboratorio de fabricación digital tiene el propósito de promover la investigación, producción digital y educación para brindar oportunidades de acceso a entornos, habilidades y herramientas tecnológicas, en un ecosistema digital donde se promueve el espíritu creador boliviano.