En la última década, la expresión «crisis económica» se ha vuelto familiar en los hogares bolivianos. Mientras que para muchos esta situación representa desesperanza, para otros puede ser una oportunidad de oro para invertir sus recursos económicos en bienes raíces y beneficiarse de las ventajas de este tipo de inversión.
Osvaldo Nina, exdirector del Banco Central de Bolivia y docente de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, sostiene que invertir en propiedades, como casas o departamentos, es una forma de «protegerse contra la devaluación», lo que puede generar tres tipos de ganancias: primero, por el aumento del precio de la propiedad; segundo, por el incremento del valor debido a la inflación; y tercero, por la cobertura contra la devaluación.
“En términos simples, conviene comprar un activo tangible, como un inmueble, que además generará un ingreso pasivo. Por ejemplo, si compras un departamento, no solo aumentará su valor con el tiempo y te protegerá contra la devaluación y la inflación, sino que también te permitirá obtener ingresos por alquiler. En cambio, si compras dólares, estos no generan ingresos pasivos porque se mantienen sin producir nada», explica Nina.
¿Qué es una crisis económica?
La Real Academia Española (RAE) define una crisis económica como una «reducción en la tasa de crecimiento de la producción de una economía o la fase más baja de actividad de un ciclo económico».
Según Nina, un indicador clave de una crisis económica es la inflación, que se manifiesta claramente en el aumento de los precios de los alimentos. Los consumidores notan que los precios suben cada vez que visitan el mercado, ya sea por el alza del precio de la gasolina o por otros factores que encarecen tanto los productos como los servicios relacionados, como el transporte.
Para las familias de bajos ingresos, la inflación es especialmente devastadora. Cerca del 80% de sus ingresos se destina exclusivamente a la compra de alimentos. Cuando estos precios suben, disminuye la capacidad de ahorrar o de adquirir otros bienes y servicios, como ropa o entretenimiento, lo que evidencia claramente que están enfrentando una crisis económica.
Perfil de riesgo
La forma en que una persona reacciona ante una crisis económica depende en gran medida de su perfil de riesgo. Aquellos con un perfil conservador tienden a invertir en activos de refugio, como dólares o bienes raíces. En contraste, quienes tienen un perfil de riesgo más agresivo pueden ver la crisis como una oportunidad para realizar inversiones de mayor riesgo y, por lo tanto, de mayor rentabilidad.
“A mayor riesgo, mayor rentabilidad. En tiempos de crisis, siempre hay un aumento del riesgo, pero también de la rentabilidad. Algunos optarán por inversiones más agresivas porque el contexto les ofrece la oportunidad de obtener mayores ganancias. Otros preferirán una estrategia más conservadora para protegerse contra la inflación y la devaluación del tipo de cambio, invirtiendo en activos que cubran estos fenómenos, que son los más críticos en una economía familiar”, aclara Nina.
En el contexto boliviano, una ventaja adicional de invertir en bienes raíces es que la mayoría de los créditos se otorgan en bolivianos, lo que significa que aquellos que reciben ingresos en esta moneda no enfrentan riesgos de devaluación.
Esta situación brinda mayor estabilidad financiera en comparación con la crisis económica de 1985, cuando el 95% de los créditos y depósitos estaban en dólares, exponiendo a las familias a las fluctuaciones del tipo de cambio.
En tiempos de crisis, las personas tienden a diversificar sus inversiones según su perfil de riesgo. Mientras algunos buscan seguridad en activos tangibles como bienes raíces, otros aprovechan las oportunidades de mayor riesgo para obtener mayores rendimientos. Sea cual sea la elección, la clave está en adaptarse a las condiciones económicas y proteger el patrimonio familiar.