Por Manuel Filomeno
Bajo la sombra de una urbanización que avanza a pasos de gigante y en medio de problemas medioambientales, de gestión de recursos económicos y naturales y falta de planificación, la proyección de las ciudades del futuro se convierte en una necesidad imperiosa.
“Proyectar las ciudades del futuro en Bolivia bajo un enfoque de sostenibilidad ofrece múltiples beneficios que impactan positivamente tanto en el ambiente como en la calidad de vida de los habitantes, los principales beneficios incluyen la reducción de la desigualdad y una mayor cohesión social mediante la mejora del acceso a servicios básicos. Estas ciudades serían más resilientes dado que contarían con una infraestructura verde que promueve la adaptación al cambio climático”, señala Marcelo Arroyo, economista senior del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Bolivia.
Arroyo abordará este tema durante el Futures Week® o semana del futuro, un espacio de discusión ciudadana nacido como una iniciativa de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, que busca generar propuestas para la elaboración de políticas y acciones conjuntas para proyectar los años venideros.
La versión 2024, que se realizará del 22 al 25 de octubre, reunirá a más de mil jóvenes de las ciudades de El Alto y Cochabamba, con una treintena de expertos nacionales e internacionales, con la intención de proyectar las ciudades futuro o “smart cities”.
Futures Week® se constituye en una plataforma para el debate y la acción en torno a los desafíos globales, con un enfoque específico en el desarrollo sostenible. El desarrollo del evento se centrará en cinco ejes fundamentales inspirados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas: Ciudad Saludable, Ciudad Culta, Ciudad Consciente, Ciudad Creativa y Ciudad Tecnológica. Estos temas reflejan las aspiraciones de la ciudad para enfrentar el presente y preparar un futuro resiliente y próspero.
Beneficios de una ciudad inteligente
Según el experto, una ciudad sostenible e inteligente ofrece todo tipo de beneficios, como la mejora del bienestar físico y mental de los ciudadanos, mediante la creación de espacios verdes accesibles y el desarrollo de áreas recreativas que fomenten la actividad física y el encuentro social.
“Además, se espera que la provisión de servicios públicos más eficientes reduzca la contaminación ambiental, especialmente en zonas densamente urbanizadas como La Paz, El Alto, Cochabamba o Santa Cruz, donde la calidad del aire y el acceso a agua potable son problemáticos”, señala.
Por otra parte, la incorporación de prácticas de construcción sostenible también reducirá los costos a largo plazo, mejorando la eficiencia energética y minimizando el impacto ambiental.
Por estas razones, la planificación urbana no solo debe abordar los desafíos actuales, sino también anticipar soluciones innovadoras para un desarrollo sostenible y resiliente.
“Las ciudades bolivianas enfrentan una expansión urbana desenfrenada (Se estima que en 2030 más del 80% de la población se concentre en áreas urbanas), con altos niveles de informalidad y desigualdad socioespacial, lo que agrava problemas ambientales y de gestión de recursos públicos. Para abordar estos desafíos, es fundamental llevar adelante procesos de planificación urbana integrales y sostenibles”, expresa Arroyo.
El experto del PNUD señala que, para afrontar el futuro, las ciudades bolivianas deberán priorizar el uso racional y eficiente del suelo, desarrollar infraestructuras verdes, como parques urbanos y áreas de conservación y promover el uso de tecnologías sostenibles en la construcción, entre otras medidas.
La tecnología, en el centro del cambio
Las tecnologías inteligentes pueden jugar un rol crucial en la transformación urbana, sobre todo en un contexto como el de Bolivia, donde el crecimiento urbano ha sido mayormente informal y espontáneo, dice el experto.
“El uso de plataformas tecnológicas puede ayudar a generar información y evidencia, a modelar y hacer ciencia y análisis de datos para la toma de decisiones, para monitorear los recursos urbanos en tiempo real y mejorar la gestión del espacio público. Soluciones como los sistemas de transporte inteligente y el monitoreo ambiental ayudarían a mejorar la eficiencia energética y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, manifiesta.
Arroyo indica que, con el empleo de tecnologías digitales y el análisis de datos, el Laboratorio de Aceleración del PNUD plantea la posibilidad de concebir ciudades más eficientes, inclusivas y sostenibles.
Participación ciudadana para articular esfuerzos
El experto del PNUD apunta que nada será posible sin la participación ciudadana, ya que esta es el componente fundamental para la sostenibilidad de las ciudades en Bolivia.
Esto es especialmente importante en un contexto donde los conflictos urbanos y la desigualdad socioespacial son marcados. La informalidad es lamentablemente una de las características clave de las ciudades bolivianas (se estima más del 80% de informalidad laboral en el ámbito urbano).
“Incorporar a la ciudadanía en procesos de planificación urbana permitiría crear soluciones más inclusivas y adaptadas a las necesidades locales”, acota.
Para lograr la participación de la ciudadanía, son necesarios los espacios de consulta pública y los colectivos activistas, que ya han demostrado ser actores importantes en la defensa del espacio público y los derechos urbanos.
“Este tipo de participación activa fortalece la resiliencia, al permitir que los ciudadanos co-gestionen los recursos y sean actores claves en la planificación y mitigación de riesgos. Sin embargo, es fundamental promover el desarrollo de mecanismos alternativos de participación ciudadana que, adicionalmente a los tradicionales, recupere la mirada y el enfoque con mayor representación y legitimidad, esto hoy es posible gracias a la conectividad, las redes sociales y la tecnología”, reflexiona el economista senior.