Por Jorge López
Con el incremento de la actividad turística, surge la preocupación por su impacto ambiental. En un mundo cada vez más consciente de la importancia de preservar el medio ambiente, el turismo sostenible es, en la actualidad, una prioridad.
El turismo y todas las actividades que lo rodean (hotelería, gastronomía, excursiones, paseos, entre otros) tienen un fuerte impacto ambiental, asegura Juan Carlos Núñez, docente de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“En el caso de Bolivia, los principales impactos ambientales del turismo incluyen la pérdida de biodiversidad, la contaminación de cuerpos de agua y suelos, la erosión de senderos y áreas naturales y la sobreexplotación de los recursos naturales, como el agua y la madera”, indica.
Con una generación de recursos por más de 800 millones de dólares en 2023 (según datos oficiales del gobierno), el turismo es una fuente importante de ingresos para muchas regiones del país, pero también puede tener efectos devastadores en el medio ambiente. Desde la contaminación del aire y el agua hasta la degradación de ecosistemas frágiles, el turismo mal gestionado puede poner en peligro la biodiversidad y los recursos naturales.
Para Diego García, experimentado guía de turismo, las áreas turísticas están siendo afectadas por la contaminación debido al aumento de esta actividad.
“La acumulación de desechos y la falta de infraestructura adecuada para el manejo de los residuos sólidos están provocando daños irreparables en nuestro ecosistema”, comenta.
El desarrollo descontrolado de infraestructuras turísticas y el consumo excesivo y desproporcional de los recursos naturales son algunas de las principales causas de la huella ambiental del turismo. La emisión de gases de efecto invernadero, la generación de residuos y la sobreexplotación de recursos naturales son problemas que requieren urgente atención.
“Creo que el turismo sostenible puede contribuir significativamente a la protección del medio ambiente y al bienestar de las comunidades locales al promover prácticas respetuosas con la naturaleza y apoyar la conservación de las áreas naturales”, comenta, por su parte, Carlos Gutiérrez, joven activista ambiental.
Minimizar la huella ambiental del turismo es fundamental para garantizar su sostenibilidad a largo plazo. Adoptar prácticas responsables y tomar medidas de cuidado es posible si se recurre a la educación, la inversión en tecnologías limpias y la implementación de políticas públicas que fomenten prácticas sostenibles.
Huella ambiental
El turismo, tiene una huella ambiental significativa. Según un informe de la Organización Mundial del Turismo (OMT), el transporte, especialmente el aéreo, es una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero en el sector turístico. Los vuelos internacionales generan grandes cantidades de CO2, contribuyendo al cambio climático. Además, el transporte terrestre y marítimo también tiene un impacto considerable, con el uso de vehículos y barcos que emiten contaminantes al aire y al agua.
La infraestructura turística, como hoteles, resorts y otros servicios de alojamiento, también contribuye a la huella ambiental. La construcción de estas infraestructuras a menudo implica la deforestación y la alteración de los hábitats naturales, lo que afecta la biodiversidad local, según estudios del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
El turismo también puede afectar negativamente a los destinos naturales y culturales. La afluencia masiva de visitantes puede causar la degradación de los ecosistemas frágiles, como arrecifes de coral, playas y parques naturales, debido al pisoteo, la basura y la contaminación. Para mitigar estos impactos, es esencial promover prácticas de turismo sostenible que minimicen el daño ambiental.
¿Qué es el turismo sostenible?
La OMT define el turismo sostenible como “el turismo que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y ambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas”.
Es una forma de viajar que busca minimizar el impacto negativo en el medio ambiente y las comunidades locales, mientras maximiza los beneficios económicos y culturales.
Según la UNWO (Organización Unida de Bienestar) se enfoca en la conservación de los recursos naturales y la cultura, y la promoción del bienestar social y económico de las áreas visitadas.
Protección del turismo sostenible
Las leyes y normas ambientales no perjudican al turismo, más bien la favorecen, según Alberto Salamanca, director de la carrera de Derecho de Unifranz.
“Éstas permiten que tomemos conciencia de la importancia del medio ambiente, su cuidado y protección. Además, nos permiten estar en sintonía con las prácticas de cuidado del medio ambiente que se están llevando a cabo en muchos otros países”, explica el académico.
El turismo sostenible es una experiencia que busca equilibrar el desarrollo económico, la conservación del medio ambiente y el bienestar de las comunidades locales. Pero no se podrá alcanzar si no se cuenta con el compromiso de la gente para la implementación de prácticas de gestión ambiental, reducción en la generación de residuos sólidos y limpieza de áreas naturales.
“El turismo sostenible fomenta la creación de oportunidades económicas equitativas para las comunidades locales, promoviendo la creación de empleo, el desarrollo de pequeñas empresas y la redistribución justa de los beneficios del turismo”, añade Salamanca.
En términos de desarrollo económico, el turismo sostenible busca generar empleo y oportunidades comerciales para las comunidades locales, alentando la participación activa y equitativa en sus beneficios. La clave está en la promoción de empresas locales, la capacitación de la fuerza laboral y la creación de asociaciones entre el sector turístico y las comunidades anfitrionas.
“Es muy importante el papel de las autoridades, que son las llamadas a difundir este conjunto de normas ambientales de protección al medio ambiente, además de generar programas para que, desde colegio, la universidad o las instituciones públicas y privadas, conozcamos sobre la importancia de preservar el medio ambiente”, añade el jurista.
En términos de gobernanza, el turismo sostenible requiere la participación activa y colaborativa de cada uno de los actores involucrados, desde el gobierno, las empresas turísticas, las organizaciones no gubernamentales y las comunidades locales. Esto implica el desarrollo de políticas públicas que promuevan la sostenibilidad, así como el involucramiento de las comunidades en la toma de decisiones.
La clave para minimizar el impacto ambiental del turismo, según los expertos, reside en la adopción de prácticas sostenibles, tanto por parte de los viajeros como por la industria, como, por ejemplo, la elección de medios de transporte con menor huella de carbono hasta el apoyo a economías locales, pasando por la sostenibilidad cultural y social.
A nivel global, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sugiere maneras para lograr un impacto positivo en los viajes, evitar plásticos y ser precavidos con el uso del agua. Además, recomienda a los turistas utilizar transporte público y reducir residuos, como parte de las acciones individuales para disminuir esta huella.
Fomentar el respeto y la valoración de la cultura local y la biodiversidad puede ayudar a sensibilizar a los turistas sobre la importancia de conservar el patrimonio natural y cultural de un destino.