Historias detrás de una sonrisa: el caso clínico de hiperdoncia múltiple con final feliz
A sus 23 años, Mario (nombre convencional para preservar su privacidad) se enfrentaba a un diagnóstico inusual: hiperdoncia múltiple no sindrómica. Esta condición, caracterizada por la presencia de piezas dentarias supernumerarias, había comenzado a manifestarse cuando tenía 19 años y empezaba a complicar su calidad de vida.
“Sentía molestias constantes en los maxilares, especialmente con la erupción de los terceros molares inferiores”, relató el paciente durante su primera consulta. Fue entonces cuando una radiografía panorámica reveló la presencia de varias piezas adicionales alojadas en regiones paramolares, las cuales no solo alteraban la estética dental, sino que también comprometían su salud bucal.
El tratamiento interdisciplinario y quirúrgico de este caso estuvo liderado por Damián M. Bertiz Loza, médico dentista y docente de la carrera de Odontología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“Estos casos son poco frecuentes y representan menos del 1% de la población, especialmente cuando no están asociados a síndromes específicos”, explica el especialista a propósito del estudio del caso clínico, que fue tratado exitosamente para evitar futuras complicaciones.
Las piezas supernumerarias pueden darse en cualquiera de las dos denticiones del hombre, ya sea temporaria o permanente, en uno o varios grupos dentarios. Su diagnóstico generalmente es incidental, pero de vital importancia para evitar complicaciones en su proceso de evolución.
Hiperdoncia: cuando los dientes desafían las normas
Las piezas dentarias supernumerarias, conocidas también como hiperdoncias, son anomalías dentales que alteran la fórmula habitual de 32 dientes en la dentición permanente o 20 en la decidua (dientes de leche que suelen acompañarnos durante nuestros primeros años de vida). Aunque su origen exacto sigue siendo incierto, varias teorías apuntan a la división del germen dentario o la hiperactividad de la lámina dental como posibles causas.
“En la mayoría de los casos, las hiperdoncias se identifican de forma incidental durante exámenes radiográficos de rutina. Sin embargo, cuando las piezas comienzan a erupcionar, pueden generar dolor, apiñamiento dental, alteraciones estéticas y daños en las estructuras adyacentes”, explica Bertiz.
Este fue precisamente el escenario que enfrentó Mario (caso clínico), cuyo diagnóstico temprano permitió una intervención quirúrgica efectiva.
La cirugía: un enfoque preciso y multidisciplinario
Mario fue sometido a una cirugía bajo anestesia general para la extracción de las piezas supernumerarias bilaterales ubicadas en la región paramolar inferior.
“La planificación previa al procedimiento es clave. Contar con imágenes diagnósticas detalladas, como radiografías panorámicas y tomografías computarizadas, nos permite abordar quirúrgicamente las zonas afectadas con mayor seguridad”, destaca el odontólogo.
El procedimiento incluyó la incisión de la mucosa en las áreas linguales, el levantamiento de colgajos quirúrgicos y una osteotomía cuidadosa para evitar dañar estructuras anatómicas críticas, como nervios y glándulas salivales.
“La precisión en cada paso es fundamental para minimizar riesgos y garantizar la recuperación del paciente”, añade el especialista.
Tras la extracción de las piezas supernumerarias, se realizó la síntesis del lecho quirúrgico utilizando suturas reabsorbibles, seguidas de un riguroso protocolo postoperatorio que incluyó analgésicos, antibióticos y enjuagues antisépticos. La evolución de Mario fue satisfactoria, logrando una cicatrización completa en solo 15 días.
La importancia del diagnóstico y tratamiento oportuno
El caso de Mario ilustra cómo un diagnóstico temprano y un enfoque interdisciplinario pueden marcar la diferencia en la salud bucal de los pacientes.
“Es crucial que las personas acudan a revisiones periódicas con su odontólogo. Muchas de estas alteraciones son asintomáticas y, si no se tratan a tiempo, pueden derivar en complicaciones más graves”, enfatiza Bertiz.
Además, este tipo de intervenciones no solo tienen un impacto funcional, sino también emocional. “Recuperar la sonrisa de un paciente y mejorar su calidad de vida es nuestra mayor recompensa como profesionales de la salud”, concluye.
Este caso clínico, documentado por el equipo de especialistas y difundido en Vitalia, una revista científica académica de Paraguay, no solo enriquece el campo de la odontología, sino que también subraya la importancia de compartir experiencias para mejorar la práctica profesional.