Por Manuel Filomeno
Nunca imaginó que tomar un destornillador sin permiso para desarmar su nintendo (consola de videojuegos) la llevaría a descubrir su pasión por la ingeniería electrónica y la robótica, la travesura marcó su vida. Grecia Bello, coordinadora del Fab Lab Santa Cruz (espacio dedicado a la experimentación y la fabricación digital, pionero en Bolivia) se considera ingeniera «de nacimiento», es una «master maker», enfocada en aprender haciendo, especialmente en proyectos colaborativos que combinan diversión y tecnología.
“Mis papás me habían regalado una consola de videojuegos, me dio mucha curiosidad saber cómo funcionaba así que agarre el destornillador de mi papá y desarmé el aparato, no sabía lo que hacía, creo que rompí algunas piezas en el proceso, hasta que llegué a la placa madre, una pieza verde y llena de circuitos. Eso me causó una impresión enorme, porque me dije ‘no entiendo’ y ‘es muy difícil’, pero alimentó mi intriga porque me encanta lo que es difícil de aprender”, dice la joven recordando su infancia.
Su primer encuentro con la tecnología despertó su interés por entender el funcionamiento de dispositivos como cámaras, televisores y computadoras, lo que la impulsó a ingresar al mundo de la ingeniería, comenzando con un simple juguete.
La curiosidad de Grecia la llevó a investigar cómo funcionaban las cosas y a crear soluciones a los problemas que observaba.
Identificó que las comunidades guaraníes de Santa Cruz, dedicadas a la artesanía textil, enfrentaban dificultades para conseguir algodón debido a la expansión urbana y los chaqueos. En respuesta, propuso el reciclaje de plástico como solución, creando Arakuaa, una máquina que convierte botellas de plástico en fibras textiles, lo que no solo ayuda a las comunidades guaraníes a obtener materia prima de manera más accesible, sino que también contribuye a reducir la contaminación por plásticos.
“Arakuaa es una máquina que convierte botellas de plástico en fibras textiles, muy parecidas al algodón, con aplicaciones para hacer ropa, zapatos, bolsos, hasta para construcción. Estamos impulsando la revolución del reciclaje; lo que antes considerábamos basura que termina en los canales lo convertimos en algo útil (…) por qué no convertir esas botellas en ropa, en arte, en artesanías, ayudando a las comunidades”, reflexiona.
La máquina nació como el proyecto final de Grecia para su graduación en Fabricademy en el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña y fue construida con un equipo de makers del Fab Lab Santa Cruz. Fue presentada en el evento mundial FAB24 Puebla, organizado por la Fab Foundation, una red global de 2.700 Fab Labs. En ese encuentro, Arakuaa recibió reconocimiento por su gran potencial, lo que considera un valioso reconocimiento a su labor.
Su historia impacta, inspira y tiene el poder de transformar, razón principal para que la Universidad Franz Tamayo, Unifranz la invite a ser speaker del TEDx Unifranz 2024 que este 28 de noviembre, reunirá a jóvenes líderes que compartirán historias que valen la pena difundir.
“Nada es imposible”
“Nada es imposible, simplemente creo que algunas cosas toman más tiempo en ser resueltas y cuando estamos haciendo algún proyecto, en el Fab Lab o en la universidad, el proceso es lo que se disfruta. No tienes que amar solamente el resultado, sino que tienes que disfrutarlo y para mí el crear, es jugar”, explica.
Ella disfruta del proceso de descubrir y entender, cómo cuando algo no funciona y la solución llega por casualidad, lo que para ella representa la «chispa» de la ciencia.
Considera su trabajo como un juego constante, una experiencia divertida, y lo compara con estar en Disneylandia. Con esta motivación, su objetivo es contagiar su pasión por la ciencia y la creatividad, inspirando a otros makers a explorar y compartir sus ideas.