¿Cómo la generación Z está influyendo y cambiando el mundo del trabajo?
Trabajan diferente, piensan diferente y eligen diferente. La Generación Z, nacida entre 1997 y 2012, no solo ha ingresado al mercado laboral, lo está transformando. Lejos de seguir los esquemas tradicionales, estos jóvenes profesionales traen consigo nuevas exigencias, valores y una visión distinta de lo que significa «trabajar». Para ellos, adaptarse no implica obedecer, sino transformar su entorno para alinearlo con su identidad.
Según Rafael Vidaurre, coordinador del Observatorio Nacional del Trabajo de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), los jóvenes de la Generación Z tienen una ventaja clave: su capacidad para adaptarse rápidamente a las tareas que se les asignan en el entorno laboral. Sin embargo, advierte que su tolerancia a la presión en el trabajo aún genera dudas.
“(La generación Z) fundamentalmente se caracterizan por tener un nivel de conocimientos acorde al nivel del avance de la tecnología, están acostumbrados a tener ya los enlatados versus a lo que antes teníamos que descubrir los procedimientos. Esto ocasiona algunas limitaciones que después puedan generar el rápido desánimo, en cuanto a su tarea a desarrollar. Es decir que son menos resilientes a la presión, pero también son rápidamente adaptables al ritmo del trabajo”, explica Vidaurre.
Adaptables por naturaleza, digitales por instinto. Los también denominados “Zetas” crecieron en un mundo conectado, acelerado y cambiante. Esta generación no solo domina la tecnología, sino que la incorpora como parte esencial de su identidad laboral. Se integran con facilidad a entornos digitales, dominan plataformas, herramientas colaborativas y si hay la oportunidad, se sienten cómodos en un trabajo remoto.
La estabilidad laboral para ellos no se mide en años. A comparación de los millennials, que aspiraban a quedarse en un puesto por cinco o diez años, la generación Z no teme cambiar si el entorno no los motiva. Son nómadas laborales que priorizan su bienestar emocional y su desarrollo personal.
Pero su verdadera fuerza está en la mentalidad. Son rápidos para aprender, se adaptan al cambio constante y están más abiertos a reinventarse profesionalmente cuantas veces sea necesario. No temen saltar de un rol a otro, ni cambiar de industria si eso significa crecer o encontrar mayor sentido en lo que hacen.
Un ejemplo de ello, durante la pandemia, la propuesta del teletrabajo, home office para esta generación no fue un reto, fue una oportunidad. Mientras muchos se adaptaban forzosamente al home office, la Generación Z abrazó como una evolución natural del trabajo. Prefieren modelos híbridos o 100% remotos, donde puedan gestionar su tiempo, equilibrar su vida personal y profesional, y evitar traslados innecesarios.
Según el estudio del Randstad Workmonitor en el año 2024, revela que el 46% de la Gen Z considera el teletrabajo no negociable, y el 51% valora la flexibilidad horaria como factor decisivo para aceptar o renunciar a un empleo.
En esa misma línea, el estudio de Pluxee (2025) sobre “Mix generacional en las empresas españolas” muestra que el 95% de los Zetas rompe normas laborales tradicionales, como horarios estrictos, buscando mayor flexibilidad. Un ejemplo claro de esto se dio en España, donde empresas como BBVA han adaptado políticas de trabajo híbrido, con un 23.1% de su fuerza laboral compuesta por Zetas, para responder a su demanda de equilibrio entre vida personal y profesional.
Vidaurre expresa que las instituciones y empresas, al evaluar perfiles de postulantes, generalmente valoran la inteligencia emocional como uno de los aspectos diferenciadores para “capturar” a los profesionales con esta habilidad.
“La inteligencia emocional es un aspecto fundamental para que los profesionales puedan tener una permanencia y una duración mucho más prolongada y sostenible dentro del trabajo, lo que va ligado a manejar sobre todo sus emociones frente a cualquier tipo de presión o problema que se les pueda presentar”, sostiene Vidaurre.
Empresas en modo Z para no perder talento joven
Es evidente que esta generación se está instalando y ocupando más puestos laborales, por el curso natural, y está desplazando a otras generaciones como los Baby Boomers, Millenials. Un estudio de InfoJobs (España, 2023) sobre “Nuevas generaciones en el mercado laboral” destaca que la generación Z representará el 30% de la fuerza laboral para 2030.
Las empresas que desean atraer y retener talento joven ya entendieron que la generación Z no trabaja como las anteriores. Los jóvenes Z están obligando a las organizaciones a repensar sus estructuras, culturas y formas de liderazgo.
Cada vez más compañías están adoptando modelos híbridos, programas de bienestar mental, políticas inclusivas y esquemas de desarrollo profesional continuo. Además, están fomentando espacios de participación activa, donde estos jóvenes puedan proponer ideas, sentirse escuchados y crecer sin jerarquías opresivas. Ya no se trata solo de ofrecer un buen salario, sino de construir experiencias laborales significativas con base en:
- Fomentar culturas inclusivas: Las empresas deben alinear sus valores con los de la generación Z, promoviendo diversidad, sostenibilidad y transparencia.
- Ofrecer flexibilidad: Modelos híbridos y horarios adaptables son clave para retener talento.
- Invertir en desarrollo: Programas de formación continua y mentorías son esenciales, ya que la Gen Z valora el aprendizaje constante.
- Mejorar la comunicación: La honestidad y el feedback constante son cruciales para conectar con su enfoque realista.
La generación Z aporta al mercado laboral una combinación de habilidades digitales, practicidad y compromiso ético. Su adaptabilidad es notable en entornos tecnológicos y dinámicos, aunque enfrenta desafíos en habilidades interpersonales y entornos tradicionales. Estudios como los de InfoJobs destacan su potencial para transformar el trabajo, mientras ejemplos como BBVA muestra cómo las empresas pueden aprovechar su talento.
