Por Manuel filomeno
Las empresas son como los árboles, nacen y crecen, si su desarrollo es sostenido y cuidado, se reproducen, generando nuevas oportunidades. Sin embargo, al igual que las personas, estos emprendimientos requieren de una guía en su crecimiento, alguien que con su experiencia y consejos coadyuve a que la semilla plantada, finalmente, fructifique.
En el mundo empresarial son conocidos como mentores, profesionales que apoyan al crecimiento de emprendimientos, brindando sus conocimientos, sus experiencias y trayectorias para que las nuevas empresas puedan rendir frutos y dejar un impacto positivo en la sociedad.
“Un mentor tiene que tener la vocación de querer transmitir sus conocimientos (…), es una decisión personal del mentor”, explica Xiomara Zambrana, coordinadora del Instituto Mujer y Empresa (IME) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
De acuerdo con Endevor, una organización de apoyo al emprendimiento patrocinada por Microsoft, el escalamiento de empresas es un factor clave para la generación de miles de empleos y la dinamización de economías y sociedades.
Para lograrlo, es necesario rodearse de expertos y personas que tengan contactos y el conocimiento suficiente para ayudar a las compañías a dar un salto de calidad.
“Estos expertos son los mentores, personas que están dispuestas a donar su tiempo y conocimiento con el fin de ayudar a los nuevos empresarios”, manifiesta la experta.
Es importante no confundir a un mentor con un coach, ya que se trata de dos conceptos diferentes, aunque muchas veces pueden trabajar en conjunto.
Por una parte, el coaching, se define como “un proceso de acompañamiento reflexivo y creativo con clientes que les inspira a maximizar su potencial personal y profesional”. Implica una relación a corto plazo entre el entrenador y el alumno.
En tanto, la mentoría es la relación que se crea entre una persona con experiencia y éxitos, y un alumno al que guía y aconseja para enriquecerlo tanto a nivel personal como profesional. Necesita de relaciones duraderas en el tiempo, que generen el clima de confianza necesario para que el individuo comparta sus preocupaciones y dudas.
“Son figuras distintas para trabajos distintos, pero ambos se complementan para acompañar a un emprendedor porque, así como tienes que desarrollar habilidades duras, también necesitas trabajar en habilidades blandas, capacidad de negociación, confianza o seguridad, capacidades que ya tienes pero que necesitas potenciar”, dice Zambrana.
Tareas específicas
El mentor puede apoyar el crecimiento de los emprendimientos de múltiples maneras, entre las que se incluyen:
- Ser un modelo: dar ejemplo tanto personal como profesionalmente, educar en valores y enseñar cómo establecer buenas relaciones.
- Desarrollar habilidades: debe transmitir la importancia de saber escuchar, preguntar, discutir y de llegar a acuerdos que beneficien a ambas partes de una negociación.
- Compartir: es necesario poder ayudar a través de la generación de ideas, la experiencia acumulada a lo largo de los años y las expectativas que se tienen de cara a los retos del futuro.
- Dar aliento e inspiración: entender y experimentar el mecanismo de estímulo – reacción. Entra en consideración saber cuáles son esos buenos momentos para aconsejar, guardar silencio y conservar la calma. Es aquí donde ser un ejemplo de vida sirve como inspiración para los demás.
- Solucionar: finalmente, aparte de aconsejar, es importante traer soluciones tangibles, pues sólo a través de ellas sabremos medir el impacto de la labor y si la ayuda sí está siendo útil.
Cómo escoger un mentor
A partir de la experiencia del IME, Zambrana afirma que el paso inicial para vincular al emprendedor con el mentor es establecer un enlace.
“Dentro del IME hemos consolidado la red de mentores extranjeros y bolivianos, si te interesa algún perfil, nuestra institución te puede dar una mano con eso”, explica.
El mentor también se forma y se capacita. El emprendedor, bien podría hacer ese camino solo, pero también tiene la opción de acercarse a instituciones creadas, precisamente, para este tipo de apoyo, a través de redes de mentores.
En el caso del IME, las emprendedoras tienen una membresía que les da la posibilidad, todo el año, de sacar la mentoría a través de un sistema de reserva, donde los mentores son notificados antes de establecer el enlace entre ambos, con la puntualización de que el acompañamiento permanente es clave para el éxito del emprendimiento.
“Hay un mapeo del ecosistema emprendedor en línea, donde se puede ver programas para dar soporte al emprendedor. Cuando hay programas de incubación o aceleración, tienes que tener tu mentor que, por semana, te vaya guiando”, puntualiza la coordinadora del IME.
Se trata de una relación de ida y vuelta para saber si es el mentor adecuado, no es un profesor sino un guía. La implementación le corresponde al emprendedor o a la persona que hace el proyecto, quien debe tener la capacidad necesaria para sacarle provecho a las sesiones de mentoría.