Las ciudades están en una constante y desmedida expansión. Datos del Banco Mundial (octubre de 2022) develan que, alrededor del 56% de la población mundial, es decir 4.400 millones de habitantes, vive en ciudades.
El panorama se vuelve más sombrío para 2050 ya que la tendencia creciente de la población urbana proyecta que casi 7 de cada 10 personas vivan en las ciudades.
La concentración poblacional en centros urbanos está afectando al medio ambiente. El evidente crecimiento de la mancha urbana de las principales ciudades del país, por ejemplo, está acabando con áreas verdes, pulmones verdes y toda la biodiversidad que acogen.
De ahí la importancia de considerar el paisajismo en los entornos urbanos como uno de los requisitos que permiten mejorar la calidad de vida de las personas.
Claudia Dorado Rodríguez, docente de la carrera de Arquitectura de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, destaca que el paisajismo es una oportunidad valiosa para preservar y proteger el medio ambiente.
Qué es el paisajismo
La Federación Europea del Paisaje (IFLA Europe) sostiene que el paisajismo estudia, planifica, diseña y gestiona paisajes urbanos, rurales y naturales en el tiempo y en el espacio, basándose en las características propias y en los valores históricos y culturales del lugar.
Para conseguir este fin, utiliza técnicas apropiadas y materiales naturales y/o artificiales, guiándose de principios estéticos, funcionales, científicos y de planificación.
Dorado aclara que el paisajismo es una disciplina que combina conocimientos de arte, ciencia y diseño para aplicarlos en el desarrollo y la conservación de entornos naturales, ya sean rurales o urbanos.
En tanto, los espacios verdes “son puntos de encuentro para compartir y crear vínculos entre los habitantes de las ciudades, los cuales pueden ser naturales, es decir sin la intervención del ser humano o artificiales, los cuales habrán sido creados por el ser humano”, dice.
Planificación urbana y espacios verdes
Así como se realizan grandes inversiones en infraestructuras, edificios, viaductos, puentes o autopistas, los gobiernos locales y nacionales deben hacer inversiones en el mantenimiento de la naturaleza y promover la integración de ella en el diseño urbano.
La naturaleza afecta mucho a la forma de vida de las personas. En cuanto a:
- Salud y bienestar: la presencia de espacios verdes y áreas tranquilas para pasear, practicar deporte mejora la salud física y mental de los habitantes.
- Reducción de la contaminación: La naturaleza ayuda a depurar el aire y el agua.
- Mitigación del cambio climático: los árboles y plantas actúan como sumideros de carbono y ayudan a reducir los efectos del cambio climático.
- Protección de la biodiversidad: las zonas verdes en las ciudades ayudan a la conservación de la biodiversidad y a proteger especies en peligro de extinción.
Importancia de las áreas verdes
Está comprobado que la naturaleza, que está presente en las calles y plazas, ayuda a sus habitantes a mejorar su calidad de vida.
Para Dorado, las ciudades más atractivas, “son aquellas cuyos espacios para la relajación y la convivencia están presentes. Por lo que es primordial incluir más árboles y plantas en las ciudades y reducir así el porcentaje del hormigón en los espacios comunes”.
Por otro lado, estudios demuestran, que la presencia de espacios verdes disminuye considerablemente, los índices de violencia en las ciudades, también aumenta la esperanza de vida, mejora las relaciones sociales y permite concienciar sobre la ecología respecto a la calidad del aire y el agua.
Mientras más cemento, mayor calentamiento global
La ausencia de árboles y de áreas verdes, en general, contribuye al calentamiento de la ciudad y al establecimiento de islas de calor.
“Esto significa que mientras más cemento exista en las ciudades esto aumentará los porcentajes de incidencia calórica, así como a la retención del agua, lo cual es un problema latente en nuestra ciudad”, dice Dorado.
Área verde mínima por habitante
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las ciudades y pueblos deben tener un área mínima de nueve metros cuadrados (9 m2) de área verde por habitante. Otros estudios estiman que debe haber disponible, como mínimo, un árbol por cada tres habitantes para respirar un mejor aire en las ciudades.
Otras reglas urbanas de especialistas en ecología determinan que debería haber, al menos, tres árboles por cada hogar. Es decir, desde sus casas las personas deberían visualizar como mínimo tres árboles.
“Es importante entender que el paisaje verde en entornos urbanos no solo mejora la calidad de vida de sus habitantes, sino que también permite a las ciudades ser sostenibles”, puntualiza la académica.