El emprendedor nace como consumidor insatisfecho

El emprendedor nace como consumidor insatisfecho

¿El emprendedor nace o se hace? Ambos, porque el emprendedor es una persona proactiva, con actitudes y aptitudes, además de conocimientos prácticos y técnicos, acordes al emprendimiento que impulsa, asegura el ingeniero comercial, David Coaquira, docente de las materias de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Coaquira sostiene que el emprendedor nace, primero, como consumidor insatisfecho y luego se incorpora al rubro satisfaciendo, al menos, esa su necesidad.

“El emprendedor ve alguna demanda insatisfecha y propone una solución a esa insatisfacción (…), él ya tiene un rol de consumidor insatisfecho, porque simplemente no existe lo que él quiere en ese momento. Otra opción es que ese emprendimiento surja netamente por necesidad, para generar algún tipo de ingreso”, indica.

Gabriel Reinaga es un emprendedor que halló en la gastronomía su nicho de mercado. El joven de 30 años estudió gastronomía. Allí aprendió a hacer carnes a la parrilla, entre otros manjares. Comenta que el “chimichurri” y el «k’allu” son su toque especial y algo que siempre exigía cuando salía a comer a algún restaurante.

A principios de 2022, Gabriel habilitó en el garaje de su casa un enorme parrillero, una carpa tipo japonesa y compró una decena de mesas con sus respectivas sillas. Allí inició su idea de negocio cocinando solo cuatro tipos de carnes a la parrilla cocidas a fuego lento, acompañadas con yuca, arroz con queso y algunas verduras, además de la tradicional llajua y rodajas de pan marraqueta.

Sin embargo, para emprender no basta la idea de negocio, ni las ganas de hacerlo. Se necesita un colchón económico que le permita despegar hasta posicionarse en el mercado. Según Coaquira, la familia, los amigos y las entidades financieras son las instancias a las que el emprendedor suele recurrir para hallar capital semilla.

“Hay bastantes entidades financieras que tienen planes de responsabilidad social que promueven a los emprendedores (…). El emprendedor tiene que ser testarudo, no rendirse, tiene que tocar puertas, de cada 100 seguro que una, dos o tres se van a abrir (…). Al final, el no ya lo tenemos como respuesta, así que vamos por el SÍ”, afirma Coaquira.

Estudio de mercado, requisito para emprender

Generalmente, los emprendedores piensan que su idea de negocio va a ser el “boom” en el mercado y, a veces, no resulta ser así. Para prevenir esa situación, por muy pequeña que sea la idea de negocio, el emprendedor debe hacer un estudio de mercado o una prueba piloto para conocer cuál o cómo será la aceptación del mercado a su idea de negocio.

“El feedback (retroalimentación) de los compradores o consumidores es clave. Eso nos va a decir si es que gusta o no gusta. Hay que probar, primero, con la familia, luego con los amigos y también abarcar a otras personas más diversas que no tengan ninguna relación sentimental con el emprendedor para conocer su percepción respecto al emprendimiento que se va a introducir al mercado”, advierte.

Aprender del fracaso

Muchas veces se cree que el fracaso es lo opuesto al éxito y no se percibe que el fracaso es parte del éxito.

“Todos hemos pasado por errores en la vida, no solamente en el ámbito laboral, sino también en lo personal (…), es necesario fracasar, muchas veces puede ser un fracaso rotundo que nos lance otra vez al reinicio, nos mueva a comenzar otra vez de cero, pero si ya hemos comenzado una vez de cero, podemos volver a comenzar de cero varias veces más”, concluye el experto en ingeniería comercial.

 

David Coaquira, profesor de Unifranz, destaca el tesón de los emprendedores para sostener su idea

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