En la actualidad, así como en la vida cotidiana, una empresa que no tiene conexión a Internet, no logra alcance ni relevancia para su negocio. Con más desafíos y oportunidades, la humanidad transita la segunda década del nuevo milenio, caracterizada por el avance acelerado de las nuevas tecnologías.
En esta época, los usuarios acuden a las redes sociales y a los principales motores de búsquedas en Internet para investigar más a fondo sobre las compañías, organizaciones, empresas, fundaciones, ONG’s o startups que les ofrecen infinidad de productos y servicios, reflexiona el director de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Hammeleth Froilán Saavedra Nagayama.
Muchas empresas visionarias desde hace más de una década empezaron a realizar negocios online que soportan gran cantidad de visitas diarias y realizan ventas exitosas. Y es que, con la ayuda del Internet, las empresas se fortalecen y se hacen más flexibles, ágiles y adaptables a cualquier situación.
“El Internet, como parte de una estrategia de crecimiento, mejora la productividad y acelera las operaciones comerciales de las empresas. A su vez, potencia la eficiencia operativa y hace que la comunicación sea fácil y rápida”, indica el experto.
Promoción y ventas online
Las páginas web y las redes sociales tienen una gran incidencia a la hora de hacer negocios. Hoy, la mayoría de las empresas utilizan las Redes Sociales para promocionar y vender sus productos (e-Commerce).
El informe 2022 (abril de 2022) de We Are Social y Hooutsuite da cuenta que las redes sociales recogen a un total de 4.650 millones de usuarios activos en las redes sociales en todo el mundo.
El siguiente cuadro refleja el número de usuarios de las principales plataformas digitales:
Listado de usuarios por plataforma
Ventajas comparativas
¿Es mejor vender nuestro producto en tiendas físicas o solo a través de vitrinas digitales? Ambas formas son buenas y se complementan. Los expertos comparan las ventajas que cada escenario de venta ofrece.
Así, en las tiendas online se ensalza la posibilidad de acceder a un mercado más amplio, de alcance mundial. El negocio virtual conlleva costos más reducidos y facilita el acceso a cualquier hora del día. Además, el sistema puede atender a diversos clientes a la vez, sin necesidad de tener una espera.
El e-Commerce afianza su superioridad en la automatización del servicio y, por consiguiente, en una estrategia de marketing más ultrasegmentada. Es decir, apunta a una mejor tasa de conversión.
El e-Commerce afianza su superioridad en la automatización del servicio y, por consiguiente, en una estrategia de marketing más ultrasegmentada. Es decir, apunta a una mejor tasa de conversión.
Por su lado, el escenario de una tienda física aporta una mayor credibilidad a la transacción, ya que el cliente puede ver físicamente el objeto de compra. Junto a este valor, y casi de la mano, se consolida el factor de fidelización al cliente. El trato humano de un dependiente asienta una singularidad que el mundo digital rara vez consigue.
En cuanto a la transacción en sí, las tiendas físicas venden en aspectos como la seguridad, la ausencia de gastos de envío, la nula espera y la facilidad para la devolución del producto.
Riesgos de las tiendas digitales
Según Saavedra Nagayama, las ventas y/o compras por Internet conllevan algunos riesgos que los usuarios deben considerar al momento de hacer sus compras, como:
Account takeover: El engaño se produce al obtener datos de un usuario o un cliente y tomar el control de su cuenta, cambiando la dirección postal o el número de teléfono para realizar el fraude online.
Robo de identidad: Operación fraudulenta por la que se sustraen datos personales, contraseñas, nombres de usuario o números de tarjetas de crédito.
Fraude amistoso: Al vendedor le entra una compra y pese a que todo parecía normal, se la devuelven. El cliente estafador ha declarado la compra como fraudulenta en su banco, aunque en realidad fuera él quien ideó la trampa para quedarse con el producto a coste cero.
Reshipping: Un defraudador compra en un comercio online con una tarjeta robada y utiliza una mula para recibir el envío y evitar ser descubierto, remitiéndose a este una vez haya llegado.
Triangulación nociva: El cliente compra un producto a través de una tienda online pirata (el cliente desconoce que es un establecimiento ilegal) y ésta, que no dispone del artículo, se lo encarga a un comercio electrónico legal mediante una tarjeta robada.
Phising: El estafador engaña al usuario mediante un correo spam, invitándole, por ejemplo, a realizar una operación bancaria a través de una página que aparentemente es de confianza.
Claves de seguridad en el e-Commerce
Según el último estudio Cart Abandonment Stats de SaleCycle.com (agosto de 2022), la tasa de abandono del carro de la compra online está, de media, cercana al 80%, superándolo en sectores como los viajes. Existen varias razones para este abandono:
Falta de confianza: el consumidor desconfía y teme a la estafa, por lo que es necesario trabajar varios aspectos de la web, para cambiar la sensación de inseguridad y minimizar los ciber riesgos asociados.
Sellos de confianza: Se consiguen a través de unos requisitos mínimos y estándares de calidad. Aunque no son obligatorios, no tenerlos instalados supone una serie de penalizaciones por los buscadores. Además, tenerlos aporta seguridad y confianza al consumidor y aumenta la reputación de la web.
Métodos de pago: Es importante ofrecer variedad, como tarjeta de crédito o débito, pago contra-reembolso, transferencia bancaria, tarjeta virtual o bitcoin, pago vía Paypal o Google wallet. Cuando un comprador online tiene diferentes alternativas de pago se siente más cómodo y seguro. Hay que tomar en cuenta normativas nuevas, como la PSD2 de la Unión Europea, que establecen medidas para reforzar la seguridad de las transacciones.
Experiencia de compra: La experiencia de compra en sí es un factor imprescindible para ganarse la confianza del comprador online. Este concepto abarca multitud de aspectos, como las opciones disponibles para la entrega del producto, una buena gestión de atención al cliente, el valor y la reputación de la marca y la gestión de sus canales de comunicación, como las redes sociales.