“Desde mi barbecho”: el periodismo de opinión en la lupa de Alfonso Cortez

“Desde mi barbecho”: el periodismo de opinión en la lupa de Alfonso Cortez

“(…) habitante del tercer planeta del Sistema Solar, frecuenta y fantasea en una delirante Sucupira, pero duerme en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia”, así se describe Alfonso Cortez, columnista que, “Desde mi barbecho”, deleita con sus ocurrencias a los lectores de El Deber.

Hace unos días, Cortez compartía, con mucho entusiasmo, su amor por la escritura creativa y el género de opinión con estudiantes de la carrera de Periodismo de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Con la pasión que lo caracteriza, además de los números, la música y las fechas, en esa oportunidad, habló del género de opinión, de su estructura clásica, del estilo, de los temas que se abordan y “de algunas experiencias y travesuras” que se da el lujo de cometer desde su columna semanal.

“Siempre dije que las columnas de Alfonso Cortez tienen un algo que atrapa (..) Aprendimos todos y quedamos muy contentos y enriquecidos”, comentó Mónica Salvatierra, jefe de prensa de El Deber y docente de Unifranz, tras la visita de Cortez a su clase de Periodismo.

Cortez asegura que, a diferencia del género informativo, el periodismo de opinión expresa puntos de vista personales y subjetivos respaldados y fundamentados en argumentos, hipótesis y/o evidencias de quien lo ejerce. En este género se incluyen: artículos, editoriales y columnas.

“La columna y el artículo de opinión son, básicamente, lo mismo. Se diferencian en que la columna tiene un nombre –Desde mi barbecho, en mi caso– y una frecuencia de publicación periódica (…)”, dice.

Académicamente, el artículo de opinión tiene una estructura básica. Cortez destaca una entrada donde se plantea una tesis; luego, argumentaciones respaldatorias; y una o varias conclusiones.

“En estos tiempos digitales —de mucha competencia, estímulos audiovisuales y poco tiempo de atención—, se exige una entrada lo más atractiva posible (el título es parte de esa entrada) y en pocas líneas iniciales capturar la atención del lector”, asegura.

Cómo escribir un artículo de opinión atractivo

Jorge Carrión, escritor, crítico literario y columnista español, propone tres elementos para una buena columna de opinión, como parte del género de opinión del periodismo.

“Yo diría que en una columna o un artículo hay que intentar que, como mínimo, estén estos tres elementos: una idea o perspectiva novedosa, un dato que el lector no conocía y un adjetivo o una imagen o una metáfora memorable. Puedes fracasar, pero tienes que intentarlo. Siempre”, reflexiona el escritor desde su cuenta de Twitter.

La selección de temas es muy personal y tiene que ver con los intereses y especialidades del articulista o columnista. Hay opinadores económicos, políticos, sociales y otros de especialidades bien específicas: petroleros, tributarios, psicológicos, y un largo etcétera.

Cortez dice que, en su caso, intenta escribir temas —no necesariamente coyunturales—, “que tengan un alto interés para potenciales lectores. Esto me ha llevado a tratar temas diversos, en diferentes campos del conocimiento, que pueden ser atemporales y publicarlos en libros, posteriormente”.

Una columna de opinión influyente

“Desde mi barbecho”, es la columna de opinión del escritor y comunicador cruceño que, a lo largo de estos años, le ha deparado gratas y algunas amargas experiencias.

Cortez dice que la columna tiene dos épocas. A principios de los 90, se publicaba en la revista Reflejos de la Semana, los viernes. “En esa época, uno de mis artículos me generó un juicio, que no prosperó porque tenemos una Ley de Imprenta obsoleta”, recuerda.

La segunda época de la columna empezó en septiembre de 2016, en El Deber. “Algunas de mis columnas han sido referenciadas por otros columnistas; también, en el editorial del diario; una de ellas, provocó un reportaje; pero, donde mayor repercusión tienen, es en las redes sociales, porque se viralizan y circulan por diferentes grupos y redes”, asevera.

Con satisfacción, el escritor comenta que en la página web de El Deber, al pie de cada artículo, también se generan comentarios, a favor o en contra, pero que, al final, “de eso se trata la opinión, de generar respuestas y reacciones de los lectores”.

“En Twitter, la consagrada escritora española, Irene Vallejo (El infinito en un junco), retuiteó una de mis columnas, que hacía referencia a un breve ensayo escrito por ella en su libro ‘El recordado futuro`: …gracias por leer mis palabras y entretejerlas con las tuyas. Bello artículo’, escribió Vallejo”, evoca Cortez.

La tecnología ha cambiado la forma de consumir información

La disrupción tecnológica está revolucionando la vida de las personas. La forma de hacer y consumir información no es la excepción. Esto ha provocado una crisis en el modelo de negocios de los medios tradicionales (impresos, radiales y televisivos) que deberán adaptar y reinventar sus modos de operación para acompañar estos cambios.

“El cierre de Página Siete y la precaria situación de otros periódicos son una muestra de esa crisis mundial. No se ha encontrado una fórmula válida de suscripción de las ediciones digitales que pueda sostener las estructuras de costos de las empresas de medios de comunicación. Los retos para enfrentar la gratuidad y otras formas de acceder a la información, son los desafíos de estos tiempos”, explica Cortez.

En todo este panorama, la formación de las nuevas generaciones de periodistas debe tomar en cuenta estos aspectos ya que “no se puede repetir la base teórica del viejo periodismo para satisfacer los nuevos y diferentes consumos de información de los lectores, oyentes y televidentes actuales”.

Las redes sociales, el streaming, y otras herramientas de comunicación modernas, deberían ser parte de la currícula universitaria de los periodistas de este nuevo siglo.

Mientras tanto, Cortez sueña con tener una vida que no sea estéril, “ser útil y dejar poso. Seguir disfrutando de una mirada, una conversación, un gesto, una llamada, un roce… y de honrar la vida que le ha dado tanto”.

 

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