La industrialización es una necesidad para los países, las naciones que invierten en sus industrias son más desarrolladas que sus pares, porque producen bienes con valor agregado, menos susceptibles a las fluctuaciones de los precios de las materias primas en los mercados internacionales.
En pasados días, el gobierno nacional promulgó el Decreto Supremo 5095, que amplía, por tercer año consecutivo, la importación de bienes de capital y plantas industriales con incentivos tributarios a través de la exención del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
“Estos incentivos son muy importantes, ya que nuestro país no tiene una industria que permita la elaboración o fabricación de esta clase de bienes, es por eso que se deben tener en claro las políticas y normas para que las empresas puedan tener el panorama completo sobre utilizar estos bienes en sus procesos productivos”, señala el director de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Carlos Molina.
¿Qué es un bien de capital?
El experto explica que un bien de capital es aquel que forma parte del patrimonio de una empresa. Asimismo, permite producir un bien de consumo que se venderá al público.
Este tipo de activo empresarial es conocido también como bien de equipo, bien de producción o bien de inversión.
“Es decir, los bienes de capital son aquellos utilizados para realizar el proceso de producción, son los que permiten transformar una materia prima en un producto terminado. Por ejemplo, la maquinaria que se utiliza en una fábrica que elabora textiles. Los bienes de capital tienen un tiempo de vida largo en comparación con otros bienes ya que forman parte del patrimonio de la empresa y permiten generar ingresos”, indica Molina.
Según el gobierno boliviano, en los primeros tres años de vigencia de la exención del pago de IVA se importaron y comercializaron bienes de capital por Bs 7.404 millones.
Mientras que en el mercado interno se comercializaron los bienes de capital por Bs 3.959 millones, sin el pago del IVA.
La aplicación de esta medida implicó un sacrificio fiscal por $us 235 millones porque se dejó de cobrar el IVA, pero se permitió el acceso del aparato productivo nacional a tecnología moderna.
“El sacrificio que asume el Estado es no cobrar el IVA con el propósito de que los productores puedan renovar su bien de capital para que puedan mejorar su productividad”, remarca el Viceministro de Política Tributaria, Jhonny Morales.
Los principales rubros beneficiados con este incentivo son el agroindustrial, construcción, transporte y salud.
Estos incentivos son importantes para el país, ya que permiten incentivar la inversión, que a su vez tiene un efecto reactivador en la economía nacional.
“Estos incentivos son importantes ya que permiten incentivar la inversión, reactivar la economía, llevar a las empresas a nuevos retos en cuanto a producción y procesos de fabricación. Otro aspecto es que permite una relación comercial con países con los cuales Bolivia no tiene acuerdos comerciales. Por ejemplo, traer bienes de capital de Alemania o Portugal significaba un costo alto para las empresas, pero con este incentivo el costo de importación se reduce considerablemente”, expresa el experto.
Molina agrega que, la importación de bienes de capital ayuda a mejorar la calidad de los productos que se fabrican en el país, se mejoran los procesos, se acortan los tiempos (se realiza una producción Just in Time) porque el mercado aprecia tener los productos requeridos en el tiempo justo, se amplía la oferta de productos y se mejoran diseños.
“Otro aspecto importante es que este incentivo ha permitido reactivar las inversiones nacionales en distintos rubros como el agroindustrial, minería, construcción, transporte o comercio, entre otros. Esto permite a las empresas que pertenecen a estos rubros generar mayor valor agregado a sus productos y tener acceso a nuevas tecnologías para incrementar sus ventas y su capacidad productiva”, acota.
El papel del ingeniero comercial en el comercio exterior
Molina señala que el cumplimiento de normas como el Decreto Supremo 5059, no sería posible sin el trabajo de ingenieros comerciales, los cuales cumplen tareas fundamentales en el desarrollo del comercio exterior.
“El ingeniero comercial cumple una función estratégica al momento de analizar mercados externos, viendo cuales son las características del cliente internacional. En algunos casos, también analizan el tema de la legislación comercial internacional, bajo la cual se tiene que exportar un producto al exterior o cuál es la legislación si quiero traer un producto al país”, explica.
Otra de las funciones que manejan estos profesionales tiene que ver con los procedimientos aduaneros que son necesarios tanto para exportar como para importar bienes al país.
“En ese caso, el ingeniero comercial lo que hace analizar y determinar cuál es la mejor manera de traer y sacar productos, ya sea por vía marítima, aérea o terrestre dependiendo de la calidad y cantidad del producto”, acota.
Finalmente, Molina asegura que los ingenieros comerciales tienen la misión de evaluar las mejores estrategias para que las empresas puedan rentabilizar sus negocios internacionales y, al mismo tiempo, ver cuáles son las políticas y tendencias que permitirán, ya sea conseguir nuevos mercados para los productos nacionales o traer nuevos productos innovadores que puedan ser vendidos en el país.