María Luisa Torrez es mamá de Luciana, una pequeña niña sonriente que se convirtió en la luz de sus ojos desde el primer momento en el que la tuvo entre sus brazos. La joven es estudiante de Enfermería en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, y alcanzó la nota máxima desde que inició sus estudios universitarios; asegura que quiere ser un ejemplo de superación y resiliencia para su hija.
“Luciana llegó a mi vida en un momento inesperado. La noticia de ser madre me generó muchas emociones, un poco de miedo, pero, sobre todo, mucho amor. No es fácil ser mamá y estudiar en la universidad al mismo tiempo, pero mi pequeña me inspira a esforzarme cada día más”, expresó la joven mamá.
Entre clases, prácticas y turnos en los hospitales, María se da modo para brindarle a su pequeña todo lo que necesita. Ahora Luciana tiene cinco años y va al kínder, asegura que su mamá es su superheroína, porque está para ella en todo momento.
“Mi mamá es mi superhéroe, ella me cuida y me llena de amor. Cuando sea grande quiero ser como ella, porque es fuerte, inteligente y muy bonita. Ella me cuida mucho, me hace reír y da los mejores abrazos del mundo”, indicó la pequeña.
Fueron dos los momentos que inspiraron a María para que estudie la licenciatura en Enfermería: el primero ocurrió en plena pandemia del Covid-19, cuando su padre enfermó de gravedad y sintió mucha impotencia de no saber cómo ayudarlo. El segundo sucedió cuando Luciana nació, momento en que la cesárea se complicó y fue hasta después de tres horas que pudo tenerla en su pecho.
“Ver cómo mi papá estaba cada vez más delicado por el Covid-19 y no tener cerca a mi hija cuando nació fueron las situaciones que me impulsaron a ser una profesional de la salud. No quiero que vuelva a ocurrir una situación similar, pero, si llega a suceder, quiero estar capacitada de la mejor manera para ayudar a quienes más lo necesiten”, manifestó María Luisa.
El secreto de la excelencia
La futura licenciada en Enfermería sabía que el reto de iniciar sus estudios superiores y ser mamá no iba a ser fácil. Ahora cursa el quinto semestre y asegura que, la planificación y el trabajo en equipo le permitieron alcanzar sus objetivos.
“Yo anoto todo en mi agenda, hago esto desde el primer semestre, no hay algo que haga y no esté planificado. Ser muy exigente conmigo misma y el apoyo incondicional de mi esposo y mi familia han hecho que logre llegar hasta donde estoy hoy. Claro, no ha sido un camino fácil, pero quiero seguir esforzándome para que mi hija vea que cuando uno es disciplinado y decidido, puede cumplir todas sus metas”, señaló la destacada estudiante.
Entre María Luisa y su esposo se turnan para recoger a Luciana del kínder. Lo mismo ocurre al momento de apoyar a la pequeña para que haga sus tareas y manualidades. Sin embargo, logran coincidir en tiempos y pasar momentos juntos los tres.
“Me organizo para hacer mis proyectos, para asistir a mis prácticas y para guiar a mi niña en sus trabajos del kínder. Con mi esposo hacemos buen equipo, ambos nos apoyamos y nos esforzamos para darle lo mejor a Luciana, ella lo es todo para nosotros”, señaló.