Ciudades Verdes: un movimiento que siembra futuro en La Paz y Bolivia

By Antonio Ortega

El programa de Ciudades Verdes se realiza en el Parque Urbano Central de la ciudad de La Paz.

Amael Rivera, estudiante del colegio Martín Cárdenas, es reconocido como uno de los mejores de su curso y un joven comprometido con las causas nobles. Su pasión por el medioambiente lo llevó a sumarse a la campaña Ciudades Verdes de Unifranz La Paz, donde, junto a sus compañeros, universitarios y decenas de voluntarios, plantó un árbol en el Parque Urbano Central.

La jornada, respaldada por la Alcaldía paceña, se enmarca en un proyecto de gran alcance de Unifranz: 1.200 árboles en La Paz y 5.000 en todo el país —incluyendo Santa Cruz, Cochabamba y El Alto—. El propósito trasciende la siembra misma: mejorar la calidad del aire, reducir las temperaturas urbanas, incrementar las áreas verdes y embellecer las ciudades. Se trata de transformar los espacios urbanos en lugares más saludables y habitables.

Durante la actividad se plantaron especies nativas como kiswaras, olmos, mutu mutus, queñuas y atriplex. Más allá de sembrar, estudiantes y voluntarios asumieron un compromiso mayor: crear un legado sostenible para las futuras generaciones, asegurando que cada árbol crezca y se convierta en un pulmón que oxigene la ciudad y la vida de quienes la habitan.

Las autoridades resaltaron el valor de esta acción colectiva. Marco Antonio Martínez Uriarte, jefe de Biodiversidad y Conservación de la Alcaldía de La Paz, destacó la visión de la comunidad educativa, mientras que Pedro Sáenz, vicerrector de Unifranz La Paz, reafirmó el impacto social de la iniciativa.

“Iniciamos con un gesto que puede parecer pequeño, pero que transforma comunidades, barrios y ciudades, conectando a la gente para cambiar realidades”, explicó el vicerrector Sáenz.

La siembra, en este sentido, también se convierte en un espacio de participación ciudadana, que inspira a los jóvenes y motiva a toda la población a involucrarse en el cuidado del entorno.

Para Amael, el compromiso es personal: no dejar que su árbol perezca. Esa promesa simboliza la esencia del movimiento Ciudades Verdes, que demuestra cómo la suma de pequeñas acciones colectivas puede abrir camino a un futuro más sostenible.

La actividad se realizó el 1 de octubre, Día Nacional del Árbol, instaurado en 1995 para sensibilizar sobre la importancia de proteger los bosques y promover la reforestación. La jornada recordó que los árboles son más que paisajes: purifican el aire, mitigan los efectos del cambio climático, embellecen las ciudades y aseguran bienestar para las próximas generaciones.

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