La medicina y la salud como otras áreas profesionales están marcadas por la actualización constante en la formación académica, la investigación y las herramientas tecnológicas que devienen de la innovación. Expertos en medicina identifican cinco tendencias para construir un nuevo enfoque de salud y servicio apoyado en la tecnología, el manejo de la información y el trato humano con el paciente.
El contexto de la emergencia sanitaria por la pandemia de COVID-19 evidenció serias falencias del sistema de salud, además del desconocimiento de su historial clínico, enfermedades de base y otros indicadores de control básico que debe tener un paciente.
Hoy, el paciente puede construir y hacer seguimiento a indicadores como las horas de sueño, nivel de estrés, ingesta calórica, presión arterial, oxigenación, entre otros, por medio del uso de aplicaciones tecnológicas y accesorios inteligentes como relojes, oxímetros e incluso balanzas que se vinculan al teléfono móvil para el monitoreo básico.
Aplicaciones móviles
“Las aplicaciones móviles ayudan a monitorear todo lo que uno quiera en forma básica, ayuda al manejo consciente de la salud del propio paciente. En la asistencia de un experto sirve de gran manera, coadyuva a sus tareas”, afirma el Dr. Jimmy Venegas, Médico Cirujano y Decano Académico de la Universidad Franz Tamayo, UNIFRANZ.
El uso de aplicaciones y tecnología en la formación del profesional médico es una herramienta primordial en el aprendizaje y la práctica médica. Entre las aplicaciones más populares está el MedScape, que permite llevar áreas de estudio como la farmacología hacia la toma de decisiones terapéuticas (tratamientos), con cierta precisión y en combinación de medicación y recomendaciones de parámetros de dosis.
“Tradicionalmente el médico que más sabía conceptos y teorías de memoria, era considerado el mejor, hoy, en cambio, si tengo acceso a esta tecnología para que mi toma de decisión sea adecuada, el riesgo de mi paciente es menor. Este tipo de aplicaciones puede mejorar el resultado del tratamiento de un paciente”, afirma.
Big data
La digitalización de la información médica para el manejo y gestión de datos en los sistemas de salud puede significar un alto costo para el sistema público, pero al mismo tiempo es una tendencia de la medicina que permite una proyección más precisa en la distribución de recursos que facilita la identificación de tendencias patológicas estacionales, demanda de profesionales por especialidad e incluso patrones epidemiológicos.
“Creo que la información es absolutamente necesaria y el médico tiene ese problema, no hemos sido orientados realmente hacia la toma de decisiones a partir de información. Debemos entender que las tendencias, los patrones de nuestros laboratorios, etc. nos pueden orientar hacia un mejor resultado para saber si estamos haciendo bien o mal las cosas”, afirma el académico.
Estas aproximaciones de la bioinformática (recolección de data) representarán la base de la toma de decisiones informadas que podría prevenir escenarios como los vividos en 2020, creando un historial clínico accesible para cualquier médico y garantizando una distribución más efectiva de los recursos en el sistema público.
Inteligencia artificial
Herramientas como la generación de imágenes y el ChatGTP han puesto en boga los avances de la inteligencia artificial como una fuente alimentada por información que genera proyecciones a partir del machine learning (modelo de aprendizaje automático) y el reconocimiento de patrones.
El uso de estas herramientas facilita la revisión de información en casos clínicos, puntualiza Venegas: “a veces para pacientes complejos tienes que revisar varios artículos científicos y ver cuáles cuentan con evidencia y cuáles no, para luego discernir. La inteligencia artificial puede facilitar ese proceso optimizando tiempos para la toma de decisiones”.
Otro elemento de la inteligencia artificial aplicable a la medicina es el reconocimiento por imagen. Existen softwares en imagenología que permiten el reconocimiento de cuerpos extraños, tumores y otras lesiones a partir de esta tecnología.
Los expertos hacen referencia a la medicina de precisión, y la toma de decisiones terapéuticas a partir de datos obtenidos mediante estas herramientas de imagenología médica como la tomografía computarizada, imagenología por resonancia magnética, tomografía por emisión de positrones y rayos X, genómica y otras variables clínicas.
“Se han hecho algunas pruebas en las que la inteligencia artificial, por ejemplo, podía detectar anomalías en estudios de imagenología, según parámetros como tamaño y forma de acuerdo a las características de las lesiones. Sugiriendo un diagnóstico preliminar al interpretar una imagen”, acota.
Impresión 3D
Las tecnologías de fabricación digital han cambiado la manera de elaboración de prótesis e implantes dentro de la medicina. Estos, reproducen los modelos digitales que se generan en base a las características físicas de cada paciente y son elaborados con material biocompatible y biodegradable como el PLLA, más conocido como ácido ácido poli-l-láctico.
El experto asegura que en caso de una fractura de un miembro inferior del cuerpo (ósea), hoy es más sencillo crear un inmovilizador con la impresión 3D, a medida, respirable y más liviano que un yeso convencional convirtiéndose en una solución más cómoda, estética e higiénica.
Por otra parte, la fabricación de órganos artificiales es otro gran reto para la impresión 3D, aseguran será posible gracias a la fabricación aditiva, es decir con materiales compatibles al cuerpo humano. “Hoy podemos imprimir un modelo 3D de un cerebro por ejemplo y el cirujano puede ver con claridad con qué se va a encontrar y planificar esa cirugía”, comenta.
Tecnología de simulación
La tecnología de simulación pone a disposición del estudiante y el médico pacientes mecánicos (muñecos robóticos), pacientes virtuales, mesas de simulación anatómica y softwares de simulación de tratamientos clínicos e incluso quirúrgicos (operaciones) para apoyar la toma de decisiones en distintos escenarios posibles. “La tecnología de simulación permite practicar y reducir el margen de error para cuando se trate a una persona real”, afirma el experto.
Es inevitable pensar en que la tecnología y la digitalización de la vida cotidiana no se ponga al servicio de la salud. Estas cinco tendencias plantean un trabajo interdisciplinario en favor de una mejora significativa en la manera de hacer medicina y sobre todo de una gestión más accesible a la salud y el bienestar.