En ciertos periodos u ocasionales sucede que el peine se llena con cabellos, cada día en abundancia, si se da esta situación, hay varias causas y lo recomendable es no automedicarse e ir al especialista. La alopecia es una de las enfermedades más recurrentes.
Los medicamentes tienen sus efectos adversos y no todos tienen una exclusividad para una sola enfermedad, recomienda Alcira Salvatierra, docente de Dermatología de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
La pérdida del cabello puede ser por un problema en el cuero cabelludo, temporal o permanente; también hereditario, por cambios hormonales, afecciones médicas o una situación regular del envejecimiento.
Lo recomendable es “acudir siempre al médico, el uso indebido de medicamentos para el tratamiento u procedimientos no realizados por el dermatólogo, pueden causar efectos no deseados en el paciente”, afirma Salvatierra.
Menciona que la automedicación podría provocar dermatitis bacteriana impetiginizada del cuero cabelludo o forúnculos. “Es indispensable que el tratamiento siempre sea realizado por el médico”, agrega la profesional.
Varias causas, algunas similares
De acuerdo con Harvard Health Publications, revista de la escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, la caída del cabello se debe a un efluvio telogénico agudo (alteración del crecimiento del pelo que se suele manifestar con una caída difusa), que es una forma común y sucede dos o tres meses después de una situación en la que el cuerpo ha estado sometido a un estrés intenso, como una enfermedad prolongada, una cirugía importante o una infección grave.
Otro efecto tiene el consumo de un fármaco que contiene litio, beta bloqueadores, warfarina, heparina, anfetaminas y levodopa, también como consecuencia de los medicamentos usados en tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia.
La alopecia androgénica o hereditaria es muy común entre los hombres y puede ocurrir en cualquier momento, incluso en la adolescencia. Usualmente es causada por la interacción de tres factores: tendencia hereditaria a la calvicie, hormonas masculinas y aumento de la edad.
La caída del cabello puede responder a enfermedades como el lupus, la sífilis, un desorden tiroideo, como el hipotiroidismo o el hipertiroidismo. También puede ser un síntoma de una deficiencia de proteína, hierro, zinc o biotina.
Una infección por hongos en el cuero cabelludo provoca pérdida de cabello en parches, ya que quiebra la superficie y se desprenden escamas. La alopecia areata es una enfermedad autoinmune que provoca que el cabello se caiga en una o más áreas pequeñas. La causa es desconocida, aunque es más común en personas que han sufrido enfermedades autoinmunes.
La alopecia traumática está asociada a técnicas de peluquería agresivas, en las que el cuero cabelludo es sometido a tirones, calor extremo o sustancias químicas muy fuertes.
¿Cómo se diagnostica?
Se extrae todo el folículo piloso, se lleva a microscopio y se observa las raíces, que ayudará a determinar factores de la caída del cabello, como también examinar el cuero cabelludo y el estado de este para poder regenerar o adaptarse a la implantación pilosa.
El diagnóstico clínico, mediante la observación, se utiliza para verificar los folículos cortados en bases del cuero cabelludo, para así determinar los trastornos que puedan haber dentro de la anatomía del cabello.
También se hace la prueba de tracción para determinar la cantidad que se desprenden del cuero cabelludo. El tratamiento con minoxidil se aplica como shampoo, cera o aceite, sobre toda la zona afectada.
Hay el tratamiento quirúrgico, que se basa en un trasplante capilar para una restauración del cuello cabelludo y luego para la aplicación de microinjertos.
Se debe evitar el uso frecuente de shampoo, sobre todo aquellos para lavado de cabello seco, ya que son de riesgo cancerígeno. Es importante evitar traccionar el cabello durante el cepillado, el uso de rizadores y alisadores con productos químicos, como el formol.
Por otro lado, se debe consumir alimentos con vitaminas B12, pescado, carne de res, huevo, pollo, leche y otros derivados.