Arquitectura con propósito: estudiantes rediseñan viviendas de emergencia ante inundaciones

By Paula Beatriz Cahuasa

IMAGEN UNIFRANZ

Las lluvias intensas y las inundaciones amenazan cada año a cientos de familias bolivianas. Frente a esta realidad, la creatividad, la empatía y el conocimiento técnico se convierten en herramientas clave para transformar vidas. En este desafiante contexto, estudiantes de la carrera de Arquitectura de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, diseñaron soluciones habitacionales para comunidades vulnerables, proponiendo viviendas de emergencia elevadas, construidas con materiales locales y reciclados.

El proyecto, desarrollado junto a la Fundación Techo, intenta no sólo mitigar los riesgos naturales, sino también ofrecer dignidad y resiliencia a quienes más lo necesitan.

“Queremos que los chicos comprendan que el rol del arquitecto va más allá del diseño estético. Ellos deben aprender a detectar problemas sociales, económicos, culturales y ambientales, y desde el diseño, ofrecer respuestas reales que transformen vidas”, explica Carmen Aparicio, arquitecta y docente de Unifranz a cargo del proyecto.

La experta señala que el plan, titulado «vivienda de emergencia progresiva», parte de una lógica de doble impacto: brindar una solución inmediata a quienes han perdido su hogar por un desastre natural, y permitir que esa misma estructura tenga capacidad de crecimiento a mediano y largo plazo, convirtiéndose en una vivienda permanente. 

Ronald Proy, uno de los estudiantes participantes, explica que “el proyecto está enfocado en ofrecer una vivienda digna a personas desplazadas por desastres. Principalmente pensamos en las inundaciones frecuentes en Santa Cruz, por eso diseñamos una vivienda que no esté fija al terreno, sino que se eleva con módulos de llantas recicladas para proteger su base”.

La propuesta incluye criterios de diseño bioclimático, aprovechando las condiciones naturales del entorno para mejorar la eficiencia térmica, reducir el uso de materiales contaminantes y mantener condiciones habitables incluso en climas extremos. 

Aparicio resalta: “El diseño pasivo es clave. Ellos han resuelto sus proyectos con materiales locales y sin añadir elementos costosos, adaptándose al calor, la lluvia y la humedad desde una mirada sostenible”.

El enfoque pedagógico del proyecto también fue profundamente transformador para los estudiantes, al llevarlos directamente a las comunidades beneficiarias. En la primera etapa, visitaron zonas donde Techo ya había intervenido y observaron de cerca las deficiencias de las viviendas existentes. 

“Fue una experiencia muy enriquecedora”, relata Ronald,  “porque nos abrió los ojos. Vimos cómo las personas, con escasos recursos, lograban construir viviendas acordes a sus necesidades. Ellos resolvían mejor aspectos de comodidad y seguridad que muchos diseños convencionales”.

A partir de ese diagnóstico, los estudiantes desarrollaron soluciones en grupos, integrando conceptos como modularidad, rapidez de montaje y posibilidad de adaptación. 

“Una vivienda de emergencia debe construirse rápido, ser habitable y segura. Pero también debe tener potencial de convertirse en un hogar permanente”, añade Ronald, quien destaca el valor del trabajo colaborativo durante el proceso. “Al principio trabajamos de forma individual, pero después nos organizamos en grupos. Eso nos ayudó a comprender mejor los objetivos y enriquecer las ideas”.

El proyecto es un claro ejemplo de cómo el modelo educativo de Unifranz, centrado en la formación integral, potencia habilidades técnicas y humanas por igual. La universidad promueve que sus futuros arquitectos no sólo dominen la teoría, sino que la apliquen al servicio del bien común, involucrándose activamente en la transformación del entorno. 

“La arquitectura es una herramienta para interpretar y transformar el mundo. Cuando se vincula con la acción social, puede generar justicia, equidad y oportunidades”, reflexiona Aparicio.

Además, la especialidad en Arquitectura Bioclimática ofrecida por la universidad dota a los estudiantes de herramientas técnicas que les permiten optimizar el rendimiento térmico y energético de sus propuestas, utilizando los recursos naturales disponibles. Así, los futuros arquitectos no solo diseñan viviendas urgentes, sino sostenibles y adaptadas a las condiciones reales del país.

Las propuestas generadas por los estudiantes de Unifranz no solo fortalecen su aprendizaje académico, sino que también podrían servir como base para que la Fundación Techo renueve sus modelos actuales. Más aún, posicionan a las comunidades como actores activos en la solución de sus problemas habitacionales, en lugar de meros receptores de ayuda.

En tiempos de crisis climática, desigualdad y urgencias habitacionales, formar arquitectos capaces de ofrecer soluciones reales, humanas y sostenibles no es solo una responsabilidad académica, es un compromiso con el futuro de nuestras ciudades y de las personas que las habitan.

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Paula Beatriz Cahuasa

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