“Aprendiendo a Aprender”: una nueva visión del rol del estudiante en el aula
La transformación educativa no solo implica cambios metodológicos, sino una nueva manera de entender cómo aprenden los estudiantes. Hoy más que nunca, se requiere un modelo pedagógico que los involucre activamente, permitiéndoles desarrollar competencias esenciales para enfrentar un mundo complejo y cambiante. En este contexto, el proyecto “Aprendiendo a Aprender” propone una mirada renovada al papel del estudiante dentro del aula, promoviendo la construcción de conocimiento desde la participación, el pensamiento crítico y la autorregulación.
Clara Heredia, especialista en pedagogía del proyecto Aprendiendo a Aprender, parte del equipo de Aprendizaje y Difusión del Proyecto Zero de la Escuela de Posgrado en Educación de Harvard, afirma que uno de los mayores desafíos en la transformación pedagógica no es solo iniciar el cambio, sino lograr que este sea sostenible a lo largo del tiempo.
“Uno de los cambios pedagógicos más importantes para el desarrollo de los estudiantes es que tengan un rol activo en su aprendizaje. Buscamos hacer visible su pensamiento con el objetivo de que logren una comprensión más profunda de sus aprendizajes”, explica la especialista.
Heredia realizó una maestría en: Enseñanza y Liderazgo Docente en la Escuela de Graduados en Educación de la Universidad Harvard y será una de las voces clave en el VI Foro Internacional de Innovación Educativa (FIIE) 2025, organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz. Su exposición brindará herramientas y reflexiones prácticas para transitar desde una enseñanza centrada en el docente hacia un modelo donde el estudiante es el protagonista.
En cuanto al FIIE, este se ha consolidado como una plataforma de intercambio educativo en América Latina, reuniendo cada año a especialistas que promueven una educación más participativa y contextualizada, donde el aprendizaje cobra sentido para los estudiantes y esté conectado con la realidad.
“Aprendiendo a Aprender” es una de las iniciativas que se desarrollan bajo la cobertura del Proyecto Zero con una trayectoria reconocida en el estudio del pensamiento, la creatividad y la ética en contextos educativos.
Desde esa visión, el proyecto se enfoca en acompañar a los docentes en la creación de entornos de aprendizaje activos, donde el conocimiento no se transmite, sino que se construye con base en la experiencia, el diálogo y la reflexión conjunta.
Entre las prácticas destacadas están las rutinas de pensamiento, que ayudan a los estudiantes a estructurar ideas y argumentaciones; el enfoque por indagación, que fomenta preguntas profundas y búsqueda de respuestas; y el uso de las artes como vía para expresar y analizar la realidad desde múltiples ángulos. Estas estrategias no solo mejoran el desarrollo cognitivo, sino que redefinen la experiencia educativa como un proceso dinámico y colaborativo.
Uno de los aspectos que Heredia considera crucial en esta transformación es que no se trata solo de aplicar nuevas metodologías, sino de sostenerlas a largo plazo. Para que estas nuevas prácticas realmente se consoliden, es necesario que se integren de manera orgánica en la cultura institucional, que cuenten con el compromiso continuo del equipo docente y con espacios de reflexión colectiva que permitan ajustar, mejorar y adaptar las estrategias según las realidades del aula. La sostenibilidad del cambio implica, además, acompañamiento, formación permanente y liderazgo pedagógico que impulse la innovación desde dentro del sistema educativo.
“Para que las nuevas propuestas realmente perduren, es fundamental que se integren en la cultura institucional. Además, resulta clave trabajar de forma colaborativa con un equipo que facilite la reflexión conjunta sobre los aciertos y desafíos que enfrenta cada educador”, señala.
Por ello, el proyecto trabaja a través de comunidades de docentes que se reúnen de forma periódica para analizar sus prácticas, compartir experiencias y generar aprendizajes colectivos. Este enfoque ha sido fundamental para impulsar cambios genuinos en diversas realidades educativas.
El impacto del Proyecto Zero se ha extendido por diferentes niveles del sistema educativo, desde primaria hasta formación profesional, adaptándose a distintos contextos socioculturales y mostrando que es posible enseñar a pensar en cualquier parte del mundo.
En Panamá, con apoyo de la Fundación Ciudad del Saber y el Ministerio de Educación, se implementó un diplomado llamado «Aprendiendo a Aprender: Transformando la Pedagogía Juntos», dirigido a docentes para fortalecer comunidades de aprendizaje que fomentan el pensamiento crítico y el aprendizaje profundo en estudiantes. Esta iniciativa incluyó talleres, observaciones en aula y seguimiento para mejorar prácticas pedagógicas basadas en la indagación.
Los beneficios observados fue una mejora en la capacidad de los estudiantes para pensar críticamente y aplicar el conocimiento en situaciones diversas. También se observó un incremento en la motivación, curiosidad y sentido de pertenencia al proceso educativo por parte de los estudiantes y el desarrollo profesional del docente, mediante comunidades de aprendizaje colaborativas.
Propuestas como “Aprendiendo a Aprender” pueden generar impactos positivos incluso en contextos educativos marcados por desafíos estructurales significativos. A través de una implementación comprometida, acompañada de formación docente continúa y trabajo colaborativo, se ha logrado adaptar el enfoque del proyecto a las realidades locales, mostrando que la innovación educativa no está reservada a sistemas privilegiados, sino que puede florecer donde exista voluntad y acompañamiento pedagógico genuino.
Uno de los aportes más significativos del proyecto es el desarrollo de la metacognición, entendida como la capacidad de los estudiantes para observar, analizar y comprender sus propios procesos de pensamiento y aprendizaje. Esta competencia es fundamental en el contexto actual, donde el acceso a la información es casi ilimitado, pero donde lo verdaderamente valioso es la capacidad de discernir, reflexionar con profundidad y aplicar el conocimiento de manera crítica y contextualizada.
En este sentido, “Aprendiendo a Aprender” va más allá de introducir nuevas metodologías: plantea una transformación del vínculo entre el estudiante y el saber, promoviendo una actitud activa, consciente y responsable frente al aprendizaje. Es una propuesta que busca empoderar al estudiante no solo como receptor de contenidos, sino como constructor de sentido y protagonista de su propio desarrollo intelectual y personal.
La participación de Clara Heredia en el FIIE 2025, organizado por Unifranz, reafirma el compromiso institucional con una educación de calidad, centrada en el estudiante y en el desarrollo de competencias para el siglo XXI. Su intervención invita a la comunidad educativa a repensar sus prácticas desde una perspectiva más humana, reflexiva y transformadora. Porque, en tiempos de cambio, aprender a aprender no es solo una necesidad: es una apuesta por el futuro.
