Los “cholets” se extienden a Perú, Chile y Brasil

Los “cholets” se extienden a Perú, Chile y Brasil

Por Nayeli Ortega

El pasado sábado, se llevó adelante la séptima versión del Electro Preste, una fiesta que une la música, la tradición e identidad en la ciudad de El Alto. El evento se realizó en el flamante Salón Gigante Magnate VIP y, durante más de ocho horas, fue animado por 15 artistas musicales, cholitas luchadoras, una banda de morenada, electro morenos, electro pepinos y electro kusillos, entre otros shows.

“Es una fiesta de experiencia completa, que dura más de ocho horas y tiene elementos musicales, visuales, culturales, gastronómicos e íconos tradicionales de la cultura neoandina”, sostuvo Ivana Alvestegui, una de las organizadoras del evento, a pocas horas de su realización.

Desde 2016, la fiesta del Electro Preste se realiza en los “cholets” de El Alto, unas singulares construcciones que marcan la tendencia arquitectónica de arquitectura neoandina.

Cholets, íconos de la nueva burguesía aymara

Freddy Mamani, creador de este estilo arquitectónico, menciona que este tipo de construcciones se caracterizan por tener hasta siete pisos, paredes de colores fluorescentes y albergar desde una pista de baile, hasta un cómodo departamento. “Son los ‘cholets’, edificios ícono de la nueva burguesía aymara, y que se expanden de la mano de la boyante economía de Bolivia, afirma.

Estas edificaciones proyectan a la urbe alteña “como un destino de turismo urbano, porque tiene esa amalgama que combina elementos sociales, culturales, ancestrales y también modernos”, asegura Delia Bustillos, directora de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

En 2005, Freddy Mamani construyó el primer “cholet” en la ciudad de El Alto. Un edificio elegante con diseños andinos y colores brillantes, que en su interior tiene un salón festivo con columnas llenas de espejos, paredes pintadas como tejidos y cerámicas propias del área andina.

Los diseños arquitectónicos de Mamani le dieron a la ciudad una “identidad” utilizando como inspiración la cultura milenaria de Tiwanaku. Hasta la fecha, ya logró construir más de 100 cholets en El Alto, otras ciudades del país, además de países vecinos como Perú.

“En El Alto (hemos construido) unos 70, pero ya en el interior y exterior del país hemos construido algo más de 100. Estábamos en Juliaca, Perú, pero hemos vuelto por la cuestión política en ese país. Tenemos una construcción terminada allá, así como en Cobija (Pando), Chile y Brasil. A futuro tenemos proyectos para realizar en Argentina y la ciudad brasileña de Sao Paulo”, comenta Mamani.

Freddy Mamani construyó en primer cholet en 2005 

 

Recorridos turísticos con visitas a cholets

Actualmente, Mamani trabaja con la empresa Turismo El Alto Tour Operador. Organizan recorridos abiertos para el público, que le permiten mostrar sus obras y posicionarse como ícono de esa ciudad.

“Hemos hecho una alianza y lanzamos el turismo de los cholets (…), a través de recorridos. Ahí explicamos el tema de la evolución, la arquitectura de El Alto o los componentes que tiene un cholet”, afirma Diego Del Carpio, gerente de la empresa Turismo El Alto Tour Operador.

Los “cholets” se han posicionado en la mente de la población. Son un referente potencial para desarrollar el turismo más antiguo: el urbano.

La visita a estas construcciones conjuga la belleza arquitectónica, entretenimiento, actividades culturales, entre otros.  Además, supone una fuente de ingreso directo para los habitantes locales, de acuerdo a los atractivos adquisitivos que se presenten.

“Este tipo de turismo debería influir para que las áreas urbanas planifiquen y busquen ser mucho más seguras, inclusivas y sostenibles no solo para los que las visitan, sino también para elevar la calidad de vida de los locales (…)”, asegura Bustillos.

Aún hay mucho por hacer para potenciar el turismo

Mamani, ha identificado algunas falencias que se deben corregir para potenciar el turismo, el desafío está en el ordenamiento y desarrollo de áreas comerciales.

“Podemos trabajar en la gastronomía o en los textiles. El Alto tiene potencial en mano de obra artística, pero nos falta formalizar. También necesitamos un centro cultural donde los turistas puedan llegar y adquirir objetos, que se lleven de recuerdo como en algunos países”, reflexiona.

Bustillos, por su parte, asegura que las autoridades necesitan reforzar la atención y la planificación urbana y turística. “Necesitamos mejorar y consolidar servicios y productos turísticos. Debe implementar estrategias tangibles de seguridad ciudadana, debe visibilizar y hacer más accesible la información turística de la ciudad; y, ante todo, debe procurar lograr un trabajo conjunto, coordinado, comprometido y constante de los actores públicos y privados”.

El turismo es una fuente importante de empleo a nivel mundial. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT) uno de cada 11 trabajadores son parte de algún área relacionada con recorridos y visitas turísticas.

Desde el exterior e interior, los cholets tienen un rasgo distintivo muy particular

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