El empoderamiento de la mujer, un objetivo marcado para potenciar la economía global

El empoderamiento de la mujer, un objetivo marcado para potenciar la economía global

En el 2010, Naciones Unidas y Pacto Global establecieron los Principios para el Empoderamiento de la Mujer, o en inglés, Womens Empowerment Principles (WEB), mismos que pretenden lograr una igualdad de género en el ecosistema empresarial a nivel mundial y que forman parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible u Objetivos Globales (ODS) de la agenda 2030.

En Bolivia, son 37 empresas las que actualmente se encuentran adscritas a los WEB’s. Y cerca de 100 países a través de 7 mil empresas que han asumido la responsabilidad de avanzar hacia la igualdad de género en todos los niveles dentro de los ámbitos laborales.

Teófila Guarachi, especialista en comunicación de ONU Mujeres

 

“Son 17 los Objetivos de Desarrollo Sostenible que tenemos que cumplir y, el objetivo cinco, es la igualdad de género, donde existen algunos ejes que deben permitir alcanzar esa igualdad de condiciones entre varones y mujeres a nivel global. Uno de ellos es el empoderamiento económico de las mujeres, que está vinculado no solo a temas empresariales o industriales, sino también, a la corresponsabilidad de los cuidados, a potenciar la formación y especialización de las mujeres, para que ellas puedan tener solvencia económica y así romper las barreras de violencia”, señaló Teófila Guarachi, especialista en comunicación de ONU Mujeres.

Los siete Principios para el Empoderamiento de la Mujer, pretenden construir economías fuertes, estables y justas. Quieren mejorar la calidad de vida de las mujeres, de los hombres, de las familias y de las comunidades.

El primer principio, debe sostener una dirección que promueva la igualdad de género al más alto nivel, a través de políticas, programas y acciones que incluyan objetivos y metas. Incluir planificaciones estratégicas, presupuestos específicos y una comunicación interna.

El segundo principio, debe generar igualdad de oportunidades, inclusión y no discriminación en el trabajo.

El tercero, tiene que garantizar la salud, bienestar y prevención de toda forma de violencia en el ámbito laboral. Brindar espacios sanitarios y vestuarios adecuados y separados para mujeres y hombres. Establecer políticas de tolerancia y cero violencia en el ambiente de trabajo, desde el abuso verbal y físico hasta el acoso sexual.

El cuarto principio tiene que permitir los procesos de formación, de capacitación, de actualización en todo el ámbito laboral y de profesionalización de las trabajadoras. Debe existir una justa distribución de oportunidades de entrenamientos y desarrollo profesional entre trabajadoras y trabajadores.

El quinto principio está vinculado al desarrollo empresarial a través de una cadena de suministros de compras y bienes bajo una perspectiva de género, promoviendo las actividades comunicacionales y de marketing no sexista, sin estereotipos.

El compromiso con la comunidad y la sociedad, es el sexto principio. Se debe capacitar e incentivar a los/las empleados/as a participar en trabajos voluntarios para la comunidad con la temática de igualdad de género.

El séptimo está referido a la transparencia y la medición y soporte de inversiones, adquisiciones y los principios de empoderamiento desde las empresas a la sociedad. Publicar la política, su plan de implementación y los resultados, monitoreando y midiendo los indicadores para la inclusión de las mujeres, incluyéndolas en los informes gerenciales.

Como sistema de las Naciones Unidas y los países que están adscritos, hasta el año 2015 han cumplido los objetivos del milenio. Sin embargo, desde el 2015 al 2030, se tiene que lograr el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, mismos que benefician no solo a las mujeres, sino también, a los niños, hombres, la familia, educación, salud, medioambiente y economía.

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