Docentes transforman el rol educativo en la era del conocimiento

Docentes transforman el rol educativo en la era del conocimiento

Por Lily Zurita

El proceso educativo está en constante evolución. Aspectos como el avance tecnológico, el acceso a internet y el desarrollo de la pedagogía favorecen a los estudiantes y han contribuido en la transformación del rol docente en el proceso de enseñanza aprendizaje.

Con motivo de la conmemoración del Día del Maestro, urge una reflexión respecto a este nuevo rol y la necesidad de adaptación a las nuevas tendencias educativas.

Cerrar brechas y adaptarse a tiempos cambiantes

Dos pilares marcan el presente de la educación. Por un lado se impone la formación profesional continua y, por otro, se afianza el apoyo institucional a la enseñanza. Estos dos principios permiten cerrar brechas y ayudar a los maestros a adaptarse a las demandas cambiantes de los estudiantes.

Al mismo tiempo, los jóvenes también pueden beneficiarse de una mayor comprensión y paciencia hacia aquellos maestros que están en proceso de adaptación. La colaboración y el diálogo entre ambas generaciones puede ayudar a superar estas brechas y promover un ambiente de aprendizaje más efectivo.

El jefe de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Ariel Villarroel, indica que la educación del siglo XXI demanda una constante adaptabilidad y actualización por parte de los maestros.

En este contexto, su papel se transforma en el de ‘amigo’, ‘mentor, ‘guía’ o ‘tutor’, rompiendo con la figura tradicional en la que el docente era el único proveedor de conocimientos y el estudiante simplemente repetía lo que se le enseñaba.

“Ahora, el docente se convierte en un facilitador que orienta al estudiante en su propio proceso de aprendizaje, teniendo en cuenta sus intereses y utilizando esos intereses como base para planificar el proceso educativo”, explica el pedagogo.

Desafíos actuales para los docentes

La pandemia impuso de manera abrupta un modelo virtual de educación. Estudiantes y docentes saltaron de las aulas presenciales a los espacios virtuales. Con la post pandemia, se han ampliado los desafíos para los docentes.

De la pandemia se heredó la adaptación a la enseñanza en línea y a las nuevas tendencias educativas. Los maestros aceleraron el aprendizaje de las herramientas fundamentales para la educación en línea y adoptaron la tecnología como una aliada estratégica para la formación. 

Sostienen la motivación permanente y el compromiso de los estudiantes para suplir la falta de interacción en aula. Han desarrollado diversas formas creativas para mantener a los estudiantes comprometidos y motivados, gracias a la retroalimentación constante y la realización de actividades interesantes y significativas.

El docente presta atención especial a las necesidades individuales de los estudiantes. Buscan formas novedosas para identificar y abordar las necesidades individuales de cada estudiante. De esta manera, ofrecen apoyo adicional cuando sea necesario.

Al igual que muchas profesiones, el trabajo virtual también ha provocado en los docentes la difuminación de los límites entre el trabajo y la vida personal. La enseñanza de hoy ha ampliado las fronteras entre el trabajo y la vida personal. Los maestros enfrentan el desafío de establecer límites claros y encontrar un equilibrio saludable entre su tiempo laboral y personal.

Finalmente, el nuevo escenario educativo promueve la interacción y colaboración entre estudiantes. Fomentan activamente la participación, el trabajo en equipo y la comunicación entre los estudiantes para mantener un ambiente de aprendizaje enriquecedor.

“Enfrentar estos desafíos requiere adaptabilidad, creatividad y una mentalidad abierta por parte de los maestros, así como el apoyo continuo de los padres, administradores y comunidades educativas en general”, indica Villarroel.

Docente

El Día del Maestro conlleva una celebración y un espacio de reflexión sobre la labor educativa

Maestro como facilitador del conocimiento

En la educación superior, el papel del maestro se ha transformado para convertirse en un facilitador del conocimiento. En el contexto actual, los estudiantes tienen un mayor acceso a la información. Por tanto, el maestro dejó de ser la única fuente de conocimiento, por lo que, debe adaptarse a este nuevo entorno y ayudar a los estudiantes a evaluar la información de manera crítica.

También se demanda un enfoque en el aprendizaje activo que dispone a los estudiantes como protagonistas de su proceso de aprendizaje. El maestro se convierte en un facilitador que los guía y apoya, a medida que adquieren habilidades de investigación, resolución de problemas y pensamiento crítico.

Ante estos cambios, el docente fomenta del pensamiento crítico y habilidades transferibles. El reto se traslada a los estudiantes para que desarrollen habilidades de análisis, evaluación y aplicación del conocimiento en diferentes contextos. De esta manera se preparan para enfrentar desafíos del mundo real.

La educación superior valora cada vez más el aprendizaje colaborativo y el trabajo en equipo. El maestro, como facilitador, promueve la colaboración entre los estudiantes, e incentiva oportunidades para el intercambio de ideas, el debate y la construcción conjunta de conocimiento.

“Este enfoque coloca al estudiante en el centro del proceso educativo y reconoce su papel activo en la construcción de su propio conocimiento”, especifica Villarroel.

Dificultades de adaptación de los maestros

Sin embargo, algunos maestros tienen dificultades de adaptación a las exigencias de los estudiantes que son más demandantes de información significativa y de calidad.

“Esta dificultad puede ser el resultado de una combinación de factores, incluyendo tanto una brecha generacional como una brecha tecnológica. Ambos aspectos pueden influir en la forma en que los maestros se enfrentan a los desafíos actuales”, según Villarroel.

La brecha generacional entre maestros y estudiantes coloca en la mesa la diferencia de valores y formas de interactuar. Esto puede generar dificultades para comprender plenamente las expectativas y necesidades de los estudiantes, así como para establecer una conexión significativa con ellos.

Por otro lado, la brecha tecnológica surge con la rápida evolución de la tecnología. Los estudiantes han crecido en un entorno marcadamente digital, mientras que la gran mayoría de docentes tiene una tradición anclada en la educación bancaria.

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